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Categoría: Maduras

SONIA, UNA MUJER SENSACIONAL

Como les relataba en "La primera vez de María José" en categoría primera vez, esa noche fué la pérdida de su virginidad, y a partir de entonces lo hacíamos hasta el cansancio viernes y sábado. Ya teníamos séis meses de estar follando, pero por motivos de estudio, ya que estaba en exámenes y prácticas para graduarse en la universidad, teníamos dos meses de inactividad sexual, por lo que un día ´sabado me llamó porque quería tener sexo conmigo, y que fuera a su casa de la Antigua Guatemala, su madre ya sabía de nuestra relación, por lo que me sorprendió que después de la cena y ver un rato televisión, como a las diez de la noche, se retiró a dormir, y me dijo hoy no le arreglé habitación porque me imagino que dormirá con la nena. Los dos estábamos ansiosos de hacer el amor, por lo que llegando a la habitación empezamos con un loco 69, nos estábamos dando unas mamadas espectáculares, ella no aguantaba las ganas de tener adentro mis ocho pulgadas de verga, y así me lo pedía que la ensartara ya. Se sentó sobre mí y empezó a metersela despacio, que rico sentía deslizarse mi pene en su cavidad super mojada y estrecha, se fué hasta el tope y empezó con su cabalgata, no tenía ni dos minutos, cuando explotó en un tremendo orgasmo, la coloqué de perrito y empezé a bombiarla con rapidéz, así estuve como cinco minutos, sentía que me venía pero quería prolongar el acto lo más que pudiera. La puse de lado, y así la empezé a penetrar al fondo mientras les chupeteaba las hermosas, grandes y duras chiches, ella buscaba mi boca para morder mis labios suavemente, y nuestras lenguas se unían como una sóla, volvió a venirse, y me pedía que le echara mis chorros de semen caliente, la envestí rápido y le solte los latigazos de semen, inundando su vagina deliciosa.

AL día siguiente, teníamos que salir temprano para la capital, el tiempo era entre 40 ó 45 minutos de camino, la mamá decidió acompañarnos, porque necesitaba hacer unas compras, y yo me ofrecí a regresarla después. Sonia que era el nombre de la madre de María José, tenía 50 años de edad, alta, morena clara, de cabello negro y ojos café, su rostro era sencillamente bello, su cuerpo escultural, bién conservada, de pechos grandes como su hija, su cintura delgada y un espectácular par de nalgas, y piernas bonitas. ella tenía una licenciatura en historia, era propietaria de una academia de aprendizaje de español, y trabajaba con su esposo, en arqueología, Allain de origen francés, de 74 años de edad. Dejanmos en la U, a María José, y fuimos a sus compras, pero durante el camino, yo no podía dejar de apreciar sus bellas piernas, ella se daba cuenta y me decía mira tu camino, después tendrás tiempo de ver mis piernas cuando nos invites a ir nadar. Estaba en un almacén de ropa, comprandose unos vestidos, yo estaba sentado hojeando una revista afuera del vestidor, cuando me pide que por favor le ayude, entro al vestidor y estaba sólo en ropa interior, una tanga pequeña, y brasier de media copa, que dejaba al descubierto más de la mitad de esos pechos grandes, y duros, luego me dice quiero comprar uno de estos dos vestidos y quiero, que me ayudes con el color, azul o violeta, yo le dije lleva los dos y yo te regalo uno, se acerca para darme un beso en la mejilla, la tomé por la cintura y le dí un tremendo beso, ella me lo respondió y sintió en su vientre el bulto de mi polla que estaba bién parada por la vista del hermoso cuerpo semi desnudo. Al salir de la tienda me dice: Llévame a cualquier lugar estoy tremendamente excitada, tengo años deseando un hombre que me haga sentir, porque como te habrás dado cuenta mi marido es impotente por su edad. La llevé a un apartamento, empezamos a besarnos suavemente, tiernamente, un beso larguísimo que se fué calentando con los segundos, estaba ya sólo en tanga, sus pechos eran devorados por mi boca, su cuello, su vientre plano y duro, y su vagina, deliciosamente rica, mi lengua recorría todo el largo de su ranura para posarse sobre su clitoris, que vibraba de placer, así se vino la primera vez, yo me quité el pantalón con todo y calzancillo, y frente a su cara saltó mi polla en toda su dimención, exclamó: santo cielo que enorme pene, es grueso, y todo eso se come mi nena, con razón está loca por tí, y enseguida se lo mete a la boca, y empieza a lamer la cabeza y parte del tronco, está nuevamente al borde del orgasmo, y me pide que se lo meta, empiezo a penetrarla con un poco de dificultad, está muy estrecha, a pesar de estar super empapada, le metí un poco más de la mitad, se quejó un poco de dolor, y así la empezé a bombear, ya la pija entraba y salía facilmente, le empujé el resto al tope y empezamos a tomar ritmo, me mordía, las orejas los labios, las lenguas jugueteaban, los labios prensados, apretó su vientre hacia mi, apretó los muslos, sentí cuando sus paredes vaginales apretaron mi pene, y gimió fuerte y sentí mas húmeda su vagina se había corrido, me fuí al fondo y allí descargué toda mi leche. Ese día lo hicimos cuatro veces, ya a las cinco de la tarde pasamos por María José y las fuí a dejar, regresé a la capital, porque ya para María José no tenía leche, y estaba cansado.
Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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