Soñador

Soy un hombre de cincuenta que aparenta menos años. Después de mucho tiempo, sigo con la inquietud de participar sexualmente con una pareja. Cogernos entre dos a una mujer me excita demasiado. Estar dentro de ella e imaginarme sentir como penetra la otra verga al tiempo que oprime la mía, separadas solo por una delgada “telita”, que rico. Luego, con el constante mete y saca, “masajeando y estrujando mi miembro contra las “paredes” del caliente y jugoso hoyito… m…

Al inicio de nuestro matrimonio, pretendí convencer a mi esposa de realizar algo así y fue inútil. Intente jugar y tampoco dio resultado. Ella coge muy bien. Incluso me da gusto como dejarme metérsela por culo (¡Mi vicio!) o darme unas ricas mamadas (¡Mi otro vicio!). Lo malo cuando me la mama, es que me vengo “en frió”, contrario a lo caliente y jugoso de una boca que antes disfrutaba y me hizo venir. Además, ella no sufre porque pasen los días sin hacer sexo. A veces son semanas y hasta meses de no hacer nada de nada. Contrario a mi, que deseo coger todos los días. En fin, no le llama la atención e incluso amenaza con dejarme si insisto en cogerla con otro hombre. Por el amor que le tengo abandone la idea pero no las ganas. Esas, aumentan…

Me da miedo contagiarme de una enfermedad o provocar que algo perjudique mi integridad y - por ende - la de mi familia. Sin embargo, las ganas y el deseo me obligan a buscar la forma de llevar a cabo mi fantasía, si se puede, de manera segura y placentera.

Me consuelo con las palabras de Edgar Alan Poe: La mejor manera de acabar con una tentación es llevarla a cabo. ¡Realizarla!

Es difícil expresar con palabras las ideas que llegan a mi cabeza. Por ejemplo imagino encontrarme en un lugar privado y agradable, acompañado de una pareja que me haya aceptado a formar el trío en sus juegos sexuales. No los imagino muy jóvenes y de cuerpos esculturales. Más bien los deseo muy calientes… Ardientes…

Ver a la mujer vistiendo provocativamente sin llegar a lo vulgar, ante la vista de su pareja que se enorgullece de tener una mujer especial. Que a ella se le note lo caliente y lujuriosa para dar y recibir placer. Que se advierta que les gusta disfrutar del sexo y el erotismo, nada más.

De pensarlo, se me suben los huevos en la garganta del miedo, para luego sentir la verga bien parada y comenzar a chorrear de caliente…

Imagino que ella chupa tiernamente la cabeza del pito y a lengüetazos recorre el tronco de arriba a abajo y llega a los huevos, chupándolos también.

Aah…

Luego, poo-co a poo-quii-to, metérsela en la boca hasta tragársela, dando oportunidad con cierta maña para que la observemos, el y su pareja, para regresar a tragársela.

Uuy ¡Mamacita Linda!

Que de vez en cuando haya palabras como:

-¿Te gusta como se la mamo papi?
-Claro mi amor, mamas como una puta…

Mientras se la cogen por el culo, seguir recibiendo unas mamadas que no se comparen con nada en mi vida, esperando mi turno para también chiquitearla con pasión.

¡A mi culo le urge que se lo cojan! ¡Méetemela papacito!

Estar ansioso por mamarle, chuparle, mordisquearle y acariciarle todo, todo, todo a esa mujer, aprovechando la oportunidad para “grabar” en mi “disco duro” - para no olvidar - el delicioso aroma y el rico sabor de ella, al tiempo que doy gracias por disfrutar de ese banquete.

Escuchar como rebotan mis huevos en su mono debido a las embestidas que de repente le de, provocando quejidos de placer mientras la acaricio y la beso todo lo que pueda.

¡Que delicia!

Después, montarse con la panocha en la verga de su pareja, echando el culo hacia atrás y decir:

Ahora Chiquiteame tu… papito…

¡Mira mi amor, van a chiquitearse a tu mujer! ¿Verdad que se lo prestas un ratito?

Colocar la punta de mi garrote en ese hoyito, haciéndolo respingar levemente y continuar despacito. Poco a poquito hasta meterla a tope.

¡AH…

¿Qué sientes papito? ¿Sientes como me enculan? ¿Te gusta?

Divvino… Que rico te estamos cogieenndo muñeca…

Primero dejar mi verga quietecita. Luego empezar a sacarla y meterla cada vez más rápido, estando seguro de que no la lastimo para seguir luego retorcernos de placer.

¡Así, cójanme… cójanme!
¿Qué sientes querido?
Eees increíble…

Parecer una maquina diseñada para meter y sacar las vergas en armonía mientras la leche se acumula en mis huevos. Bufar de calentura y llegar al clímax.
¡No aguanto más, me voy a venir!

Dámela, dámela toda papito…

Yo también me vengo…

AH…

Mójalo, mójalo… Llénalo… Llénalo…

Maravilloso…

Quedarnos un momento sin movernos. Estar empapados de placer.

Ya más repuesto, escuchar la voz de ella y luego la de el:

¿Se merece un premio?

¡Se lo merece!

Al principio mi pito estaría flácido, pero con ayuda de las manos y boca de la asombrosa dama, mi verga se volvería a parar y a estar lista y para que se la vuelvan a tragar, ante la vista de su hombre que goza de ver lo bien que mama su mujer. Que sean tan increíbles sus chupadas que de inmediato provoquen la aproximación de mi leche…

¡Dámela! La deseo…

No poder creerlo… lo que siempre soñé ¡Venirme en una boca! Entonces no aguantar y dejar ir toda la que pueda…

Aah…

Sería maravilloso sentir que por cada respingo de mi verga debido a la salida de chisguetes de leche, recibiera una genial succionada que exprime más y más leche… hasta dejarla limpiecita y a mi satisfecho, sorprendido y agradecido.

Despedirme con estimación y alegría e irme con el recuerdo de una noche fantástica, irrepetible ¡Única!

No es igualito pero se parece.