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SOMETIENDO A BERENICE

B: ¡Ya basta!



L: ¡Te dije que no jugaras conmigo!



B: ¡Me lastimas, además mi marido nos encontrara!



L: ¡No me importa, para que me seduces!



Berenice la amiga de mi mujer estaba en mi balcón siendo penetrada por el ano por mi verga, pero como empezó todo?



Después del rico trio que hicimos con Paula, tuve una noche más con ella, la muy loca le había encantado mi verga y quería probarla nuevamente, yo le di y me di el gusto de estar con ella, después de esa magnífica noche de sexo, ella comenzó a cambiar mucho y ser muy grosera y burlona con todos, su “marido” como ella le decía a su novio, le había metido ideas y ella estaba tan en la baba, ¡que obedecía ciegamente!



La fiesta de una amiga de ellas la celebraríamos en nuestra casa, todos asistieron puntual, Bere llego con su gala, ella soberbia como últimamente actuaba, vestía un minivestido rojo y zapatillas abiertas, ¡el vestido tan ajustado que sus ricas y grandes tetas lucían majestuosamente!



Desde el minuto uno, ella y su pareja estaban de burlones, además de que el maldito les tiraba la onda a todas y quería sentirse más que yo, Bere me decía al oído cocas como: “la tiene grande” “que rico me coge” “se va a coger a Lety”



Yo ignoraba sus palabras, Lety no sabía que yo ya me la había cogido, así que no quise exhibirme ni hacer un escándalo, ¡así que me fui alejando poco a poco de la fiesta!



Me salí a fumar al balcón que da a la avenida, ya eran más de la 1 am así que casi no pasaban carros, mientras fumaba reflexionaba las acciones de Bere, cuando de pronto ella apareció y burlonamente me dijo:



B: Que, ¿te incomoda mi “marido”?



L: ¡Jajá, para nada!



B: ¿Entonces qué haces aquí?



L: ¡Eso no es asunto tuyo y mejor metete antes de que tu wey venga!



B: ¡Jajá, te incomoda que te diga que me coge rico!



L: La verdad no, ¡me vale madres lo que te haga!



B: Si así fuera, ¡no estarías aquí!



L: ¡Hay nena, que loca te has vuelto!



B: ¡Y tú que niñita!



La verdad por más que trate de evadir sus provocaciones no pude y justo cuando se iba a salir la tome de la mano y con fuerza empecé a besarla, ella me manoteaba, pero yo no la soltaba, con mis manos empecé a apretar sus tetas y sus piernas.



B: ¡Ya basta!



L: ¿Eso querías verdad?



B: ¡Déjame, loco!



L: ¡Loca tú, anda me querías, me tienes!



Me baje el pantalón y saque mi verga firme y dura, ¡con mucha fuerza la obligue a ponerse de rodillas y ella disque no queriendo abrió la boca solo para ser follada con violencia!



L: ¡Así perra, toma tu verga, este si es una verga!



Ella trataba de empujarme, pero no podía, seguía follando fuertísimo la boca, la música de la fiesta opacaba los ruidos, así que, con más violencia, ¡le empujaba mis 21 cm!



La puse de pie nuevamente solo para arrancarle su tanga roja, le baje el cierre de su escote para cómeme sus ricas y grandes tetas, mientras mis dedos entraban en su húmeda vagina para jugar con su clítoris!



B: ¡Luis basta, ya!



L: Que ricas tetas, ¡apuesto a que no se las come así!



B: ¡Luis, ya!!!



L: ¡A leguas se nota que es un pendejo, que tú tratas de engrandecer!!



B: ¡Basta maldito!



L: ¡Y lo único que has engrandecido es esta!



B: ¡Ah!!!



La penetre con fuerza, como estaba parada mi verga la lastimo un poco, pero no me detuve, le mordía las tetas y la penetraba fuerte, con una mano en su nalga y otra en su espalda la tenía sometida en la barda del balcón, ¡no me importaba que nos vieran o que alguien de la fiesta nos encontrara solo quería gozar a Bere!



L: ¡Eso perra, gime como la perra que eres!



B: ¡Agh, ah, uf!



L: Vez, ¡tú eras la que necesitaba una verga de verdad!



B: ¡Ya no digas nada, solo cógeme!!



L: ¡Jajá, eso putita, pídeme, pídeme verga!



B: ¡Dámela papi, dámela!



La puse viendo la barda, ella se empino un poco y abrió sus nalgas para mostrarme como escurría de placer, le di un par de fuertes golpes en sus nalgas y un muy fuerte jalón de cabello, ella gritaba, ¡pero me miraba como perra en brama!



L: Como te atreves a compararme con un pendejo, ¡ahora te castigare!



B: ¡Perdón, agh!



L: Eso no basta, ¡ahora te mostrare quien manda perra!



¡Con una gran fuerza y sin estimularla mucho, le empecé a penetrar su rico culo, Bere gritaba y gemía delicioso, yo victorioso sonreía mientras mi verga ya entraba por completo en el apretado ano de Bere!



Seguía dándole con mucha fuerza, le daba de nalgadas y le jalaba el cabello, creo que un par de mirones observaron la acción, yo estaba enloquecido y cegado, ¡solo quería hacerle grande su ano!



B: ¡Me lastimas, Luis!



L: ¡Sí que rico, uf!



B: ¡Nos van a encontrar!



L: ¡Que importa, que vean lo puta que eres!



B: ¿Pero tu mujer?



L: Jajá, uf, crees que no sabe cómo soy, total una mancha más al tigre, pero a ti, ¡a ti si te da miedo ese bastardo!



¡Más fuerte la penetraba a cada palabra que intercambiábamos, la idea de que me encontraran prácticamente violándola me excitaba amucho, ella aun quejándose movía riquísimo su cuerpo, se empezó a ensartar sola y a pedirme más verga en su culo!



B: ¡Agh, más, métela, así, más!



L: ¡Que rico culito, uf!



B: ¡Más rica tu verga amor!



L: ¡No soy tu amor, soy tu amo, tu señor!



B: ¡Si, agh, si amo!



Ella empezó a escurrirse muy rico, sus fluidos resbalaban en su hermosa pierna, yo le mordía la oreja y la empalaba más fuerte, ¡hasta casi sentir que me venía!



L: ¡Me voy a venir perra!



B: Dámela amo, ¡dámela!



L: ¡Eso perra, pide tu leche, pídeme leche!



B: ¡Agh, dame leche, la quiero, dámela!



L: Eso ya viene, ¡ya viene!!!!



Le empecé a llenar su ano de semen, ella gemía y gozaba el orgasmo que nos habíamos provocado mutuamente, le daba de nalgadas, jalones de cabello y cachetadas, ¡le estaba mostrando que ella era mi puta!



Cuando termine ella solo se acomodó, yo me quede su tanga en mi bolsa y empecé a fumar nuevamente, ella con los ojos llorosos me exigía una disculpa, yo la mire y la bese a la fuerza, salí del balcón, pero antes de entrar de nuevo a la fiesta, ¡le pedí que se fuera o le diría a su maridito lo perra que era!



¡Ella tomo a su marido y se fue, esa es la última vez que la vi, nunca más supe de la rica Berenice!


Datos del Relato
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