Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Sadomaso

somdomizada

En los últimos tiempos mis fantasías de dominación habían alcanzado ya la categoría de obsesión. Necesitaba urgentemente a alguien que me hiciera sentir que había perdido por completo la voluntad. Mi deseo de entrega era tan fuerte que mientras no encontraba a la persona adecuada no podía evitar vivir situaciones extremas para suplir mi necesidad de Amo.

Por aquel entonces solía salir con Fer. Somos amigos desde hace años, Fer es completamente gay, una locaza con mucha pluma que siempre tiene ganas de sexo y a quien le gusta jugar muy fuerte. Quedábamos muchas veces en un bar que estaba justo debajo de la oficina en la que yo trabajaba. Un viernes nos vimos allí, y empezamos a hablar mientras tomábamos una copa. Era ya algo tarde y había gente y música alta. Nos sentamos en un rincón tranquilo y nos pusimos a hablar de nuestro tema favorito, el sexo. Fer conocía perfectamente mis inclinaciones y disfrutaba retándome. _ Dime cariño-me dijo al oído- como sumisa me imagino que el físico de tu pareja no será para nada importante, ¿verdad?.- . _ Por supuesto que no, lo excitante es la entrega, el obedecer en todo-. Empecé a excitarme con sólo hablar del tema. Sabía que algo estaba tramando y estaba deseando saber que era.- Mira, me gustaría plantearte algo, cielo. Quiero saber si lo que dices es cierto_ Me miraba con picardía, tratando de retarme, sabía que yo entraría fácil al trapo._ Vayamos a tu casa, deja que yo elija tu ropa y maquillaje y salgamos por ahí. El reto consiste en que, con el primer hombre que se te acerque, sea como sea, te comportes como una auténtica sumisa y hagas todo lo que te pida. ¿Qué dices?-. Lo tomé a broma y le dije que eso era una locura, pero si accedía a cambiarme de ropa y salir esa noche. Una vez en casa Fer me convenció para que me pusiera una camiseta muy escotada y una falda elegante pero muy ceñida. Por supuesto, los zapatos eran de altísimos tacones finos, como a mi me gustaba. No soy una chica delgada, estoy rellenita, tengo grandes pechos y caderas anchas y sugerentes. Una melena castaña muy clara natural, que cae en ondas por mi espalda. Quizás mi cuerpo no sea de modelo, pero está claramente hecho para el sexo. Nos tomamos una copa mientras me arreglaba y ambos estábamos de buen humor. En el taxi Fer me iba contando detalles sobre su última conquista, un jovencito muy caliente que le traía loco.

Durante un par de horas estuvimos tomando copas y charlando de sexo. Al final estaba ligeramente borracha y notaba mi tanga mojado. Me excitaba que Fer me contara los detalles de sus aventuras. Entramos en una especie de pub con pista de baile. Había gente mayor que nosostros, la mayoría por encima de los 40( yo acababa de cumplir 30). Pedimos una copa y entonces Fer volvió a retarme_ Venga Julia, atrevete, sal a bailar a la pista y haz feliz a uno de estos pobres solitarios. Si lo haces prometo presentarte a un amigo mío. Un Amo de los de verdad.- Miré para él sorprendida. Eso no me lo había dicho antes y la verdad es que me apetecía. el alcohol me había dado algo de valor, así que me levanté de la silla y salí a la pista. Había varias personas bailando sueltas, pero la mayoría eran parejas muy agarradas. Era música salsa. Empecé a bailar de la forma más sugerente que supe. Me dejé llevar por la música y sonriendo me movía cada vez con más seguridad. Pronto vi a un chico que me miraba. Estaba serio, pero sus ojos recorrían todo mi cuerpo sin disimularlo. Tendría unos 35 años, era muy atractivo y tenía un aire de seguridad que se me hacía irresistible. Le sonreí con algo de descaro y continué moviéndome sin apartar mis ojos de él. Me comía con la mirada, notaba que le gustaba y empecé a desear que se acercara . Vi que se levantaba y caminaba hacia mi. En ese momento mi corazón latía desbocado. Pero se detuvo en la barra y, sin dejar de mirarme, pidió una copa. En ese momento noté que me agarraban por el brazo._¿Bailas?- La voz me sobresaltó. Miré hacia donde venía y vi a un hombre de pelo canoso y bigote. Era más bajito que yo, que con los tacones le sacaba la cabeza. Iba a decirle que me dejara en paz, pero recordé la apuesta de Fer. Le dediqué una mirada al misterioso y atractivo joven y vi que estaba charlando alegremente con una morena en la barra. Me desilusionó mucho eso, así que acepté el baile. El hombre se presentó, se llamaba Luis. Yo inventé rápidamente un nombre y empezamos a bailar. Llevaba puesta una camisa y corbata. Estaba sudado y se pegó a mi de forma que pude notar la humedad de su ropa a traves de la tela de mi camiseta. Tenía una prominente barriga que no dudó en incrustar contra mi cuerpo. Pude ver que Fer me miraba divertido mientras nos movíamos torpemente por la pista de baile. Luis respiraba ruidósamente, movía sus manos por mi espalda despacio, en un patético inténto de caricia. Mi amigo, por señas, me animaba a que moviera más mis caderas y en ese momento decidí que por qué no hacerlo. Mi compañero de baile acusó en balanceo. Noté que su cuerpo se ponía ligeramente rígido y entonces empezó a bajar una mano y la colocó sobre mi cadera. Como no protesté la fue llevando hacia mi nalga y empezó a sobarla despacito. Con disimulo frotaba su entrepierna contra mi cuerpo, aunque su enorme tripa le impedía un contacto total. Me preguntó si quería beber algo y decidí que me haría falta, así que nos sentamos en un rincón discreto y me trajo una copa. Me bebí la mitad de un trago y el parecía complacido con esto. Me abrazó y empezó a besarme en el cuello. Le dejé hacer, ofreciéndoselo suavemente. Antes de cerrar los ojos pude ver a Fer en la barra, charlando con el desconocido que me había estado mirando. Abracé a Luis y pronto noté sus manos por todo mi cuerpo, mientras su lengua se abria paso entre mis lábios. Jadeaba ruidosamente mientras yo dejaba escapar pequeños suspiros en su oido para excitarlo. Estaba dispuesta a demostrarme a mi misma que el físico no era importante para una sumisa. Me susurró al oido si nos íbamos de allí y acepté no sin antes tomarme el resto de mi copa .
Me llevó a su apartamento, no estaba lejos. Cuando entramos me ofreció asiento y me sirvió algo de beber. No paraba de decirme que estaba muy buena y que le gustaba mucho. Pronto lo tuve de nuevo encima. Me pasaba la lengua por la cara dejando rastros de saliva por toda mi piel mientras con las manos agarraba fuertemente mis pechos, pellizcando los pezones con fuerza. Me sentía humillada y eso hizo que, sin poder evitarlo, mi sexo empezara a mojarse. Puse mi mano entre sus piernas y empecé a apretar su paquete. No parecía gran cosa, pero eso no me importaba. Saqué su sexo y me arrodillé ante él. Pasé mi lengua por su punta. Estaba algo húmeda y saboreé esas gotitas maravillosas que me vuelven loca. No era muy grande, pero empecé a mamarla despacio, jugueteando con la lengua, pasándola todo a lo largo y girándola por la punta. Apreté la verga en mi boca y moví mi cabeza frotándola con los labios y presionándola con la legua contra el cielo de la boca. Jadeaba como un cerdo, sudoroso y caliente. Me dijo que parara y me desnudara. Obedecía al momento. El se quedó en calcetines y camiseta, tenía un aspecto patético. Fuimos para la habitación y me tumbó en la cama. Separó mis piernas y empezó a sobarme el sexo, metiéndome los dedos mientras se reía y me insultaba. Me decía que tenía coñito de puta, que era una buena zorra y que me iba a dar polla toda la noche. Que nada más verme bailar se había dado cuenta de que era una perrita en celo buscando macho. Estaba empapada. Luis metió la cabeza entre mis piernas y empezó a pasar la lengua por todo mi coñito. Sin poder evitarlo tuve un fuerte orgasmo. Se acercó a mi y me dijo que era una nenita muy buena, y que iba a tomarme otra copita porque papi me lo pedía. Le miré con carita inocente y le dije que si, llamándole papi. Noté que eso le excitaba. Bebí unos sorbos de la copa y el se me acercó pidiéndome que le echara el aliento. Me sorprendió pero no me negué. Entonces puso cara de enfado y me dijo que era una niña mala, que había bebido y que eso molestaba a papi. Le abracé juguetona y entré de lleno en el juego.- No te enfades conmigo, papi, sólo ha sido una copita, te prometo no hacerlo más.- -Eres una niña muy mala, muy mala, seguro que te gusta hacer cosas sucias, venga, chúpale la polla a papi, por mala, chupa-. Me puse de rodillas en la cama y empecé a chupar despacio. Lamí sus huevos y me los metí en la boca. - Siiiiiii-gemía- eres una niña muy mala, muy puta, cómete los cojones de papi, si- Seguí chupeteando . El tenía las piernas muy separadas y puede ver el agujerito de su culo. No pude reprimirme y empecé a pasar la lengua por el. Lo lamía dejando que la saliva de mi lengua resbalara hasta caer sobre el esfínter que ya estaba brillante y mojado._Ahhhhhhhhhhh!!!!!!!!!! que niñita más puta, métele la lengua en el culo a papi, venga, zorra- Obedecí muy excitada. Pude ver que tenía una erección muy fuerte mientras lo hacía, así que con una mano empecé a masturbarlo rápidamente sin dejar de jugar con mi lengua dentro de su agujero. Me agarró fuertemente por los pelos y llevó mi cara a la altura de su pene. Un fuerte chorro de leche cayó por toda mi cara, y luego otro y otro. - Toma puta, toma la leche de papi, ahhhhhh!!!!!!!!-
Tenía la cara chorreando semen, pero no me dejó limpiarme, me dijo que él lo haría tan pronto recuperara el aliento. Me miraba y sonreía satisfecho. A mi me picaba la cara y me sentía un poco humillada, pero no me limpié. Pude ver que su pene en reposo era realmente minúsculo. Cerró los ojos y pronto roncaba ruidosamente. No sabía que hacer pero decidí esperar. Estaría así un cuarto de hora, hasta que abrió los ojos de nuevo y me miró. Se levantó y miró mi cara llena de chorretes de semen seco. Fuimos al baño y me ordenó sentarme en la bañera. Abrió la ducha y, sin poner el tapón, empezó a lavarme despacito. -Así, mi niñita muy limpita, si. No me mojaba la cara, solo me la limpiaba con una esponja. Me separó las piernas y dirigió el chorro de lleno entre ellas. El agua estaba algo fría y me dio impresión. Tenía la vejiga llena, había bebido mucho y no había ido al baño desde hacía horas. Sin poder evitarlo se me escapó un chorro de orina. - Es es, guarra, meate toda, venga- Nunca agradecí tanto cumplir una orden, a pesar del pudor tenía tantas ganas que dejé salir toda la pis sintiendo un alivio inmenso. - Mi nenita es una cerdita,uhmmm, si , eso es- Cuando terminé me limpió cuidadosamente y me llevó de vuelta a la habitación. Aun tenía puesta la camiseta y los calcetines y su sexo diminuto colgaba flacido. Yo estaba, como siempre, completamente depilada, eso le gustaba y no paraba de acariciarme diciendome lo suave que era. Me abrió de nuevo las piernas y se acostó sobre mi. Empezó a frotar su picha blanda contra mi coño abierto moviendose y jadeando por el esfuerzo. Se agarraba fuerte de mis tetas, retorciendo los pezones. Empecé a gemir suave y pronto noté como se le endurecía y crecía contra mis labios internos. -Si nenita, ya verás como papi va a hacer que lo pases bien, golfa. Eres una niña mala y papi te va a dar una leccion, por puta y zorra. El sudor de su frente caía sobre mi cara. Noté como entraba en mi y contraje los músculos para notar su roce. Me envestía fuertemente, con violencia, pellizcandome el culo y las tetas mientras lo hacía. - Si, papi, si-gritaba mientras me follaba. Pasados a penas dos minutos noté como gemía alto y su leche se derramaba dentro de mi. Se dejó caer a un lado , totalmente derrotado. - Anda, vete, quiero dormir- Me dijo como toda despedida.
Me vestí y salí del apartamento. Estaba muy excitada, sobre todo por la forma de despedirme. Pulsé el stop del ascensor y me masturbe de cuclillas hasta aliviarme, al menos un poco. Estaba despeinada, con el tanga manchado de restos de flujo y semen y oliendo a sexo.Salí al portal, eran las cinco de la mañana. Paré a un taxi y me fui a casa. Allí me esperaba Fer, que estaba pasando unos días en mi casa mientras buscaba un nuevo apartamento. - Me he ganado conocer a ese Amo, créeme.- - Te creo, cariño, por eso le he traido conmigo.- Mis piernas empezaron a temblar. Había alguien más en la sala.
Datos del Relato
  • Autor: incognito
  • Código: 14869
  • Fecha: 07-06-2005
  • Categoría: Sadomaso
  • Media: 5.17
  • Votos: 52
  • Envios: 4
  • Lecturas: 3357
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.141.198.113

1 comentarios. Página 1 de 1
yola
invitado-yola 07-06-2008 00:00:00

quiero leer la siguiente parte. y si puedes enviar fotos de ti sometida, mejor.

Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 38.525
»Autores Activos: 2.283
»Total Comentarios: 11.907
»Total Votos: 512.106
»Total Envios 21.927
»Total Lecturas 106.079.833