Ahora la asistente administrativa de la facultad de derecho llegando a su oficina bien temprano para matar el tiempo antes de cruzar al edificio principal a desayunar, sentada en el sillon pegado a la baranda se corre la falda azul oscura al bajarse y quitarse las medias con el panti, saca una crema lubricante y un vibrador. En un dedo de echa y hunta un poco de la crema lubricante, con ese dedo se lo mete superficial, suavecito como poquito a poquito en su clitoris; ya estimulado la vagina se lo mete más a profundidad llenandose de un clímax imaginable como increíble igualmente excitante hasta deleítoso. Hay mismo se acuesta poniendo las piernas en la misma varanda en forma de ube al ponerse crema lubricante en el dedo ahora al darle en la misma forma original en su ano llenandose como una injección de placebo por el mismo vibrador que la va enloqueciendo y satisfaciendola al máximo punto de ebollución hasta poniendola cachona, caliente, sabrosa, deseada y sobre todo, placentera en todo su ser.
Inquinandose con la mano izquierda al lado izquierdo del sofa, huntandose y echandose cremal ubricante en el dedo derecho se lo mete al culo en la misma manera que lo hizo con anterioridad en su clitoris y ano, pasandola muy emocionadisima también divertidamente inclusive, gozandola a plenitud este objeto similar a como la estuviera follando su propio amante. Terminando se agacha al meterselo con su mismo dedo con crema lubricante por su clitoris al tener unos orgasmos fascinantes, que comienza agitarse sudorosa al palpar que ya viene se saca el dedo dispara a chorros como una bala de caños todos los jugos vaginales al mismo piso en grandes cantidades industriales quedando con un rostro sonriente y agotadisima pero valió el esfuerzo y la oportunidad como la pena tenerlo por ella misma. Toma el tinaco termina de descargar al limpiarse con papel higuienico, entrando al baño para lavarse sus partes intimas prohíbidas femeninas al acomodarse el vestuario de trabajo; tomando el tinaco y lavarlo hasta rocearlo con desinfectante para disfrazar y eliminar el olor de sus jugos vaginales, toma mucho papel toalla para recorger la muestrita del piso que no queda ningún rastro.
Justito es la hora de ir a desayunar baja y cierra la puerta de la facultad de derecho cruzando la calle al edificio principal la contenta como alegre y sobre todo, muy feliz de su capacidad sexual por parte de la asistente administrativa esa mañana desde temprano.