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Envío un saludo especial a todos los lectores de mis relatos, de igual manera a los y las que me han escrito, gracias por sus comentarios. Dudé al principio en escribir mis experiencias en la web, pensando en si valdría la pena o no contarles, que beneficio tendría, o solo despertaría el morbo en los lectores. Sin embargo, me llevé una grata experiencia que obviamente les deseo contar.
Al poco tiempo de escribir mi experiencia con Lucy la tía de Sonia, una mujer maravillosa de cincuenta años, me escribió a mi correo electrónico una bella señora llamada Sofía (es un nombre ficticio, guardando por respeto el anonimato de las damas implicadas), en dicha nota me comenta lo agradable que le pareció mi relato, y de cómo ella se había identificado con Lucy, esa noche se había masturbado con su almohada en la intimidad de su alcoba, y que deseaba tener una experiencia conmigo. Inmediatamente le respondí el correo, y estuvimos así escribiéndonos durante un par de días; lo que produjo que me enterara quien es ella, poniéndonos de acuerdo para vernos prontamente.
Sofía es una mujer de 48 años, profesional y alta ejecutiva de una Empresa de Consultores Gerenciales, ella estaría en mi país por dos días impartiendo conferencias de alto nivel a empresarios y gerentes en un hotel conocido de la ciudad. Por sus diversas actividades y viajes descuidaba su hogar y por consiguiente a su marido, fruto de ello su marido le era infiel descaradamente con muchas mujeres, y, ella estaba necesitada de un buen momento, y... además quería vengarse de su esposo, disfrutando de una noche de placer. Intercambiamos números de teléfono y acordamos que yo estaría entre el público en la conferencia del primer día, ella era la expositora principal, por lo tanto no podría perderme. - Ah, otra cosa - me dijo ella, - vendré acompañada de Marta, mi amiga inseparable en estos viajes, espero no causarte ningún inconveniente, - puntualizó.
Llegado el día, asistí al evento, hacen la presentación, y ahí estaba ella; impecable, hermosa, una mujer delgada, de buena figura para su edad, de tez blanca, su pelo negro ondulado le caía hasta sus hombros, vestía saco y falda azul oscuro que le llegaba un poco arriba de las rodillas, mostrando unas bien cuidadas y hermosas piernas. Al caer la tarde ya finalizado el evento me llamó a mi teléfono celular, preguntándome en donde estaba; le manifesté que la había estado admirando todo el día sentado en la penúltima fila de las sillas del frente del auditórium vestido de traje y corbata color negro. Ella volteó su rostro, cruzamos nuestras miradas y me sonrió de una forma que cautiva a cualquiera.
Concluido el evento, entre saludos, felicitaciones de los asistentes y anfitriones, me acerco cautelosamente a una distancia prudente para esperarla, ella se despide pronto, se me acerca viéndome a los ojos con esa linda sonrisa y me saluda con un beso corto, pero sugestivo en mis labios, con una naturalidad como si nos conociéramos de años, intercambiamos frases de saludos y le felicito por su espléndida exposición, cruza su brazo en el mío y me dice: - salgamos, quiero estar en otro lugar, solamente recojamos a mi amiga Marta -. Marta era su compañera inseparable de viajes y confidencias, un año menor que ella, de aspecto más gordito, reservada, callada, nerviosa, pero explosiva por dentro. Me tenía impresionado la osadía, espontaneidad e iniciativa de Sofía, no en balde era una alta ejecutiva.
Fuimos a cenar los tres al restaurante del hotel, pedimos una deliciosa comida, una botella de vino y charlamos de nosotros, de lo bien que se sentía en mi país y de la grata oportunidad de conocernos y estar juntos; pasadas un par de horas de risas y bromas, (ya el vino había hecho su efecto) ella se acerca a mi y coloca su muslo junto al mío, viéndome fijamente a los ojos, sentí un estremecimiento placentero, coloque mi mano en su suave y tersa piel de su muslo y empiezo a acariciárselo lentamente, juntamos nuestros labios y nos besamos suave y delicadamente; jugábamos con nuestra lengua y poco a poco mi mano tocó su tanguita que cubría escasamente su vagina peludita ya húmeda por los líquidos que comenzaban a fluirle, le introduje mis mano entre su dos piernas, ella las aprieta fuertemente y empezamos a besarnos apasionadamente en aquel restaurante, mientras que con mi mano le masturbaba esa deliciosa concha. Por supuesto el lugar donde estábamos sentados era apartado y discreto. Marta, sentada de frente, veía aquel cuadro sin decir nada, sin interrumpir. Sofía y yo, nos olvidamos de ella, y cuidándonos de no hacer mucho ruido, continuamos. Nuestras respiraciones subieron de tono, oía su excitación y sus jadeos, cuando ella muy suavemente me dice en el oído: - Ya no aguanto cariño, me vengoooo siiiii que rico mmmm y se viene en su primer y callado orgasmo, ahí sentados en el restaurante. Cuando poco a poco reaccioné, pude observar a Marta, cubierta sus piernas con un mantel pequeño se introducía su dedo en una deliciosa paja, ella también disfrutaba aquel momento. – No te preocupes – me dijo Sofía, - ella es mi confidente y podemos disfrutar los tres. Subamos a la habitación, siento que exploto - Pagué la cuenta y subimos a la habitación.
Estando ya en aquélla lujosa habitación de un hotel cinco estrellas, Sofía toma la iniciativa, se quita su traje y la veo tal como es: hermosa. Llevaba una tanga y brassier negros que apenas le cubrían su lujuriosa concha, se le veían sus deliciosos bellos bien recortados, sus pechos eran grandes con unos lindos pezones erguidos ya por la excitación. Ella me acuesta en la cama y me dice: - Míranos -. Marta, por su parte se había quitado igualmente su ropa, no era esbelta como Sofía, pero invitaba también a disfrutarla. Se acercan las dos y comienzan a besarse lujuriosamente sacando la excitación que llevaban dentro, Sofía comienza a lamer y chupar con pasión los senos de Marta, ella se movía fuertemente al sentir los labios de Sofía, se acuesta abre sus piernas y le entrega su caliente y mojada vagina a Sofía, que, con una impresionante rapidez comienza a darle una gran mamada, introduce su boca y su lengua a lo profundo de aquella concha bebiéndose aquellos líquidos de placer, Marta gemía Mmmmm Mmmmmm moviendo su vientre hacia arriba lentamente disfrutando aquella rica boquita.
Yo, por mi parte, me había quitado toda la ropa, no podía esperar más. Ellas, al ver mi pene erecto y duro me jalan hacia ellas, me acuestan en medio y entre las dos empiezan a acariciar y a mamar mi polla. Marta se la introduce toda en su deliciosa boquita. Se la mete y se la saca varias veces suavemente, se la da a Sofía y ella hace lo suyo, las dos me dan una mamada de lo más delicioso besándose ellas en medio de ese placentero momento. De pronto me pregunta Sofía: -¿Qué sientes? – rico – le respondo.
Danos tu leche cariño, danos tu leche. En ese momento no aguanto más y eyaculo mi semen en medio de sus dos rostros, ellas llenas de placer se introducen mi polla en sus bocas tragándose ese líquido que tanto les fascina, Marta continua jugando con mis testículos y Sofía se quita el brassier y su tanga, se acuesta y me dice abriendo sus piernas: - Ahora me toca a mí, mamámela por favor, mamámela- Sin perder tiempo, abro con mis dedos los labios de su vagina tremendamente mojada y empiezo a introducirle la lengua en ese hoyito delicioso, ella brincaba de placer, le chupo y le muerdo su clítoris bien paradito y ella grita Ahhhhh Ahhhhhh assiiii assiiiii comeme, comemeeee, mientras tanto Marta le mordía y mamaba sus deliciosos pezones, Sofía gemía y jadeaba de placer. Metémela ya cariño, metémela ya. Marta se acerca y comienza nuevamente a mamarme la polla de una manera muy deliciosa que poco a poco comienza a ponerse mi pene duro y erecto, listo para follar a aquella ejecutiva impresionante.
Me coloco sobre ella, y le introduzco suavemente mi pene en su concha. Uhhhh Uhhhhh grita, la quiero toda, la quiero todaaa, y comienzo a follar a aquella hembra lujuriosa, le mordía y mamaba sus pezones, le besaba sus deliciosos labios, ella se movía frenéticamente: Siiii Siiiii eso es, eso esssss cojéme mass, cojéme masss , me detengo, le doy vuelta con suavidad, se coloca boca abajo, le introduzco nuevamente mi polla en su concha; que rico sentí, estaba totalmente llena de fluidos que se escuchaba el delicioso ruido cuando entraba y salía mi polla.
Que rica la tenés – me grita- que rica la tenésss, me vengo, dámela toda, Huyyy no aguantoooo , apreta su vagina, se mueve rápidamente y explota en su segundo orgasmo de la noche, que corrida la de aquella mujer, gritaba, gemía, se contorsionaba de placer, al sentir aquello me vengo yo también y le lleno toda su vagina de mi caliente semen, los dos gritamos de placer: Ahhhhh Ahhhh Mmmmm Cuando saco mi pene, lleno de los líquidos de Sofía y de los míos, Marta me acuesta sobre la cama, la veo, ella no ha disfrutado mayor cosa, salvo viendo aquel espectáculo y empieza a introducir mi pene nuevamente en su boca, ella succionaba con mucha avidez recorriendo sus labios en toda mi polla tragándose aquellos deliciosos líquidos, Marta estaba en su punto de ebullición, le doy la vuelta, le digo que coloque su concha sobre mi boca en la famosa posición del 69 y comienzo yo a comerme y chupar con mucho deseo aquella mojadísima y exquisita concha, sentía aquel olor de sexo delicioso mientras se la mamaba frenéticamente, el movimiento de los dos en la cama era impresionante, Sofía le daba pequeñas mordidas en sus piernas y en sus pezones, Marta estaba como loca, movía su cabeza sacudiendo sus cabellos por el placer que sentía, de pronto sus gemidos y gritos son más fuertes: Ayyyy Ayyyy Ahhhhh aprieta toda su concha y piernas en mi boca y se viene en ese delicioso orgasmo que tanto deseaba Mmmm MMMM que rico Mmmmm, sus contracciones eran fuertes, y la sensación de aquella corrida en mi boca me había excitado nuevamente.
Dejo a Marta disfrutando a un lado de la cama y le digo a Sofía: -Quiero tu culito- Ella sin mayor resistencia, se coloca nuevamente boca abajo, se acuesta sobre dos almohadas en su vientre para darme su culito de la mejor manera, coloca sus dos manos en sus nalgas, y con ellas me abre ese agujero oscuro que palpitaba también pidiendo ser penetrado: -Es todo tuyo mi amor, disfrútalo- dice Sofía, y sin pensarlo dos veces, comienzo a mamarle e introducirle mi lengua en aquel orificio disfrutando cada lugar, ella se mueve en círculos jadeando y gimiendo, se lo mamo quizá unos cuatro minutos, cuando se acerca Marta con un frasco de crema: -Lubrícala bien me dice- tomo un poco y empiezo a lubricar aquel delicioso ano, mientras Marta, con sus manos lubrica mi pene con deliciosos movimientos.
Me acerco a Sofía, coloco mi punta en aquel agujero, - Porqué te demoras, metémela ya- dice ella. Al instante se la introduzco, con la sorpresa que se desliza suavemente. Ella grita Ahhhh Ahhhh, -¿Te duele?- No, sigue, sigue, la quiero toda- la tomo de sus nalgas y suavemente empiezo a bombear, a metérsela y sacársela suavemente, el ritmo aumenta poco a poco y comienzo a follarla con desesperación y fuerza, ella misma se movía para metérsela más y más, que mujer para follar, empezamos los dos a gemir, siento que la cabeza me va a estallar de aquello tan sabroso, cuando le digo: Me vengo nena, me vengo, y exploto llenando su ano con mi caliente y aún abundante semen. Cuando ella siente aquel líquido dentro, brinca en una gran contracción, aprieta mi pene y grita: Siiii Siiiii eso es lo que quería sentir, así dámelo todo, dámelo todooooo gime, grita y se viene en un prologando y riquísimo orgasmo mmmm mmmm siiiiii siiii no paresss no pares por favorrrrrr ; permanecí un buen rato con mi polla dentro de su ano disfrutando de aquel momento y cuadro maravilloso, estaba totalmente empapada en sudor, sus cabellos desarreglados por la pasión, mientras Marta le acariciaba y besaba su bella espalda. Me levanté como pude, un poco mareado y agotado, me di una ducha fría y Sofía aún estaba ahí totalmente exhausta y dormida; me despedí de Marta con un delicioso beso en los labios y le dije que llegaría por la mañana para llevarlas al aeropuerto.
A la hora indicada estaba en el hotel, Sofía estaba bellísima, Marta no se quedaba atrás, platicamos y bromeamos como aquellos amigos que tienen tiempo de conocerse. A la hora de despedirnos nos abrazamos con Sofía, me ve a los ojos, una lágrima le recorre sus mejillas, y me dice: - Gracias, nunca imaginé que esto iba a ser tan maravilloso, por favor no me olvides, ojalá nos volvamos a ver- A lo que respondí: Será un gusto, ten la plena seguridad que no te olvidaré-. Nos dimos un largo, profundo y apasionado beso de despedida. Luego me sonríe y me dice: - Me gustaría que contaras esto en tus relatos- Claro, lo haré, respondí. Y las vi subir al avión.
Esta es mi pequeña experiencia, que se las cuento a solicitud de Sofía. Quisiera conocer tus comentarios, por favor escríbeme.
Te veo luego.
Charly
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