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Sirena Atrapada (5) \"¡Corre hacía el norte!\"

Encontrándome atrapada ante las reinas honda en el estúpido bosque, yo rogaba a los cielos que aquello de "machos" a "atisbo" de nosotras no fuera sino una broma pesada que las reinas me pagasen. Una mujer adulta ya muy lejos de contenta, yo procuraba sin éxito a calmar el agudo dolor de pánico que ya se crecía dentro de mi ya muy desnuda barriguete.

Con la mirada le increpaba a mi anfitriona, --¡¡Pero por supuesto que nos vayan a arrebatar desnudas, reina, ... ¡socarrona!, ... si es verdad que tú permitieses que tus jardineros nos atisbaran a baño en este lugar perdido!!

Esto mientras la reina me miraba de hito en hito sin ningún cuidado de mi enojo ni de mi incomodidad, sino haciendo con pura delicia el papel de reina triunfante ya exhibiendo a sus piscinas al trofeo más rico de en veinticinco años:

---
"Pinguina: Lejos de Contenta Sobre Patio Ajeno"

... Obra en forma de Naturaleza Viva
por Amarintha, Reina

(La Srta. Donna R. de E., modela involuntaria)
--------
... Modela involuntaria ya exhibida sentada encima de mis pantorillas sobre el patio, y dando largas con doblando las prendas que me había llevado al claro ... los cortos, la blusa, y las prendas de interior. Esto mientras todos en el recinto esperaban que yo me levantara pronto para reunirme desnuda con las reinas en la piscina. Me rasgaba los sesos para imaginar algún sendero de escape a la vez que yo procuraba mostrarme calma para no excitar a los sátiros putativos.

(¿Sabe Usted? ... ¿Dónde en todo el mundo habrán dos mujeres bañandose en el raso que no se cosquillan con imaginándose arrebatadas por sátiros apasionados?

(Cuando era más joven, yo y ciertas amigas muy ajustadas solíamos fumar tal cual práctica de porrista para reunirnos a la piscina familial de una u otra de nosotras donde jugaríamos y relajábamos desnuditas durante un rato naturalito y sofisticadito. A tales horas medianas de las tardes los machos jóvenes de la comarca estarían ocupados en otras partes con juegos de fútbol o no-sé-qué, y los machos adultos se verían atareados en oficinas comerciales o a las canchas de golf. No obstante, para asegurarnos de la privacía y retiro, mandaríamos a las criadas de la casa que vigilaren a los cuatro vientos desde las ventanas desvaneras durante la hora que nosotras andabamos desnudas abajo. Así confiábamos que nuestro recreo desnudo no se vería tropezado por ningún padre regresando temprano a la casa, ni tampoco incursionado por ningúna banda de chavos que de alguna manera hubieran oido palabra de nuestro baño secreto.

(Igualmente en años más tarde, cuando de adultas invitábamos a amigas a la casa para compartir un almuercito y un rato a la piscina, mandábamos a las criadas a vigilar desde los desvanes.

(Por eso, cuando la reina me invitaba a tomar té con ella y sus dos mayor amigas, yo hubiera preferido que bañásemos en la piscina magnífica del jardín de su casa grande, donde criadas estarían de nuestra guardia. Naturalmente me desquietara al ver que estuviéremos bañando en el bosque de su solariega, en una piscina de vadear lejos de todo resguardo.

(¡Y naturalmente me pusiera pura aterrada cuando, en el momento que las cuatro ya habíamos desvestidas hasta la ropa interior en plena monte, la reina me dijo que sus jardineros nos atisbaban allí!)

--Si mis jardineros no me atisbaran, joven, ¡claro que los correría!, y los remplazaría con siete que tengan cajones para apreciar la figura hembra humana!

...¿Ve usted? ... Yo misma era una tal hembra humana, pero bien bonita; yo era una hembra a que los machos no se satisfacerían si me quedara aterrada e inmovil sobre el patio mientras la flaca reina y las malas-por-el-uso reinitas jugaran y gorjeasen sin mallas y sinmigo en el agua.

Mas, los machos tampoco se controlaran si me levantara, trepara desnuda a travez del patio, y me pusiera a jugar desnuda y muy muy regalada con las otras en el agua;

¡Ni mucho menos se controlarían si me echara desnuda y apanicada en el espinoso bosque con mente de "robarles" de la revista acuática que ya esperasen!

--¡Eso sííí!... ¡¡Echate corriendo en el bosque, Donna!! -- esto yo imaginaba de mi amada hermanita Sofía --¡Con corriendo tal vez puedes salvarte el pellejo!

-- ¡No, no, no, no!, ...¡Eso de correr para nada! --esta la voz de una otra hermana, mi hermana mayor, Marcia, --¡Eso de "atisbadores" es broma, nada más, hermana! Es que las reinas te estan probeteando tu campechano como candidata del yacht club, nada más. ¡Es que siempre prueban a las candidatas!... -- dijo.

--¿No te recuerdas, Donna, cuando probaban a Marisol G. de la candidatura, y le exigieron que chocara su flamante coche como de por acidente en el escaparate de la joyería Maximiliano? !Pero qué barbaridad!, ¿No?

--¿Y te recuerdas, --continuía, -- cuando le probaban a Luisita M., exigiéndole que robara la tele de la cocina del fiscal mismo mientras él y su esposa recibían amistades de los otros invitados en otras partes de la casa?

--¿Y que les pasó, hermanita? --continuía, --Tú sabes muy bien qué les pasó: ¡ Las dos ganaron! Tras mostrarse deportivas e obedientes con las reinas, tanto Marisol como Luisita ya se ven muy contentas socias del Club, ¿Sabes? ¡Y ahora te toca a tí a ganar el club con mostrandote simpática para con las brujas de reinas!

--Oye, hermana atrevidita, --concluía Marcia, -- ya has cumplido con gran parte de la broma: Cuando te llamaron, acudiste a la solariega; cuando te invitaron a vadear desnuda con ellas en la estúpida piscina bosquera, no te rehurtaste al principio; y cuando te tomaban el pelo diciéndote que machos os atisbaran, te desvestiste no obstante ('no obstante' que lo hicieras para dar largas mientras esperabas pensar en algún escape). Y créeme hermana, --me aseguraba, --Créeme que no puedan estar machos allí, y lo único que tengas que hacer es chapotear desnuda en el agua durante cinco minutos con las reinas, y mañana por la noche estarás una muy contenta socia del mejor yacht-club del país!

... Argumentos que me hacían sentirme un poco mejor. Pero era en aquél momento cuando la reina, mirándome trabajando la ropa en toda mi gloria sobre el patio, dió en voz alta y veleida el concepto que las cuatro ya sabíamos sin palabra durante los últimos minutos difíciles,

--!Ay, chíííícas! ... !!Cuando los obreros ven la pingura de esta, van a caerse de los árboles y arrebatarnos desnudas a las cuatro!!,...


... ¿Ve Usted? ... "a las cuatro" nos iban a arrebatar, que reinas que joven, que anfitrionas que invitada,... que veleida que respingona que llorona, que pordiosera, ...

... y yo la sirena muy problemática de la pulla barbara, ... pulla echado por la reina mayor, ¡mi anfitriona misma!, ella que me engatusaba a acudirme a sus piscinas con toda clase de alicientes con el transcurso de los años,... ella que ya con teniéndome exhibitada aterrada a sus malditas piscinas ya querria tratarme de "pingue" y "esta" y verme quitada desnuda de delante, y echarme a MI misma la CULPA por todo y todo y TODO!!...

Pero en realidad la culpa era de ELLA misma, que, como había averiguado la voz de mi hermanita Sofía, la reina se puso emborachada con la crueldad de la broma y de ahí pasó por alto que yo soy una bonita a que los atisbadores no quisieren atisbar y no más!

Congelada sobre el patio, yo le eché a ella una descarrada mueca de desgusto.

--¡Pero ven, señorita 'diosa olímpica' -- ya estaba diciendo la reinita Elizabeta, --que la delicia es jugar desnudita en el agua y no con plegando tus bombaches hasta deshilarlas por completo sobre el patio!

La mueca que yo les daba era aquella clásica mueca acusadora de mujer ya atrapada ante un terror horrendo tras verse traicionada por un malcálculo muy serio de un otro,

(--¿'Los esclavistas van a ganar la ciudad para la tarde', dices? -- aclararon quién-sabe-cuántas damas de corte a quién-sabe cuántos generales a travéz de los siglos; y entonces, sin voz, sino con la mueca clásica: --!!Usted que me aconsejaba que no me huyera al bosque cuando todavía me fuese posible!!....)

-- ¡No,... no es una diosa! --le estaba corregiendo la reina a la monaguilla, --Sino es una mujer... ¡una mujer y nada más! --Parecía enojada. Pero en nada la sonrisa se le volvió a la cara de ella, y agregó, --Pero, sí que ella es de verdad una mujer olímpica, reinitas... ¡Imagínados qué magnífico el césar que contara en una olímpica tal como esta en su harén de pilla mundial!"

Aquella ultrajosidad echó Amarintha en voz muy alta, mientras yo pedía en silencio que alguno me mostrara cualquier sendero de resguardo,

--¿¿Correr, Sofía?? -- yo me imaginaba al habla con mi hermanita, --!!Si, Sofía!!, !!Eso sii!! ¡Que la reina es una loca verdadera y me veo arriesgada en serio!

--De todos modos, --me estaba razonando la reina en voz alta para todos los oídos del bosque, --¿Para qué sirve la belleza si no para tormentar a los machos ... y en especial a ellos que no se atreven sino a atisbarnos desde los árboles!

--Pero, !¿Cómo correr?!... yo estaba pensando, --¿Cómo que me corra cuando yo no sé dónde estoy sino honda en un monte peligrosísimo?!

(--Corre al norte, Donna. ¿Sabes, amada? Corre tú al 'norte.' )

En estos últimos años, para las cuales me he econtrado bastante comodita y el vero mundo de protegida, yo pienso de vez en cuando en aquella desastrosa tarde en el bosque de la reina, Amarintha. Sí, todavía doy paseos en jardines con mis amadas, y todavía entro "muy muy libre" en una u otra piscina de vadear (... esto no obstante las piscinas de vadear no me laten, dado que soy adulta, y estoy yo en que las piscinas de vadear son diseñados por el juego de niños). Muchas veces yo me he reflejado en aquella tarde que yo pasaba con la bruja de reina y sus monaguillas. ¡Vaya una broma que me pagó, esa! Y todo radicado en el hecho seminal que, dondequiera en La Tierra que se encuentra mujeres paseando indefensas en la naturaleza, aquellas mujeres estarían cosquillándose con el concepto de sátiros al asecho de ellas!

(--Corre al norte, Donna. ¿Sabes, amada? -- esto, hoy en día viene en la voz de mis veras amigas siempre cuando entramos indefensas en uno u otro jardín con mente de pasearnos. --Si piratas esclavistas se nos asoman desde la maleza, Donna, corre tú al norte, --no faltan de recordarme, --que con todos los piratas cazando a tí hacía el norte, las demás de nosotras nos escaparemos con corriendo hacía el sur. )

De todos modos, aquella tarde las reinas no me aconsejaban que me corriera nada, sino querían que me levantara y reunirme con ellas en la piscina por "degustar" de siete minutos de juego desnudo ante todos los ojos del bosque.

[A continuar,...]
Datos del Relato
  • Categoría: Voyerismo
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1 comentarios. Página 1 de 1
karla
invitado-karla 17-08-2004 00:00:00

La verdad no he conseguido entender muy bien la historia y eso que he leido cada capitulo publicado, espero que la proxima historia que escribas sea mas facil de entender, en general mas simple y mas real....suerte !!!!

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