Es corta la película que filmaron de mi a juego desnudo en la "secreta" piscina de la reina. Dura veinticinco minutos la grabación, ... treinta minutos, tal vez. Como Usted ya sabrá, me filmaron aquella tarde ¡a puras ciegas de mi! Era que, en el acto yo estaba preocupada con el espectro de jardineros a atisbo de nosotras, ¡y nunca me imabinaba que un fotógrafo me grabara en cinta videográfica desde la maleza tan cerca!

¡Y, qué ultrajosidad que fuera a mí (¡a mí!) que me grabaron a juego desnudo, ... ¿Ve Usted? ... yo que soy hija de buena familia, que en mis ya veintisiete años nunca deseaba pavonearme desnuda sino en momentos muy especiales y solo ante el gran amor de mi vida,...

Pero ultrajosidad que no, como verá Usted, me grabaron en toda mi gloria durante minutos de pavoneo rico aquella tarde, y hoy, en cada cuál de una docena de cajas fuertes en una docena de palacios del mundo todavía se encuentra un ejemplar de la película misma que grabaron de mi aquél día. Y la comedia que les hace reír a los príncipes, que yo quiera que yo no quiera, es, en breve, esto...

Se ve cuatro mujeres vestidas en ropa de verano saliendo del bosque y entrándonos en un claro asoleado; el claro goza de una hermosa piscina somera rodeada por un patio de baldostas limpias. Somos un elenco de cuatro: tres mujeres maduras de ver ordinario, y yo, una mujer joven, alta, muy regalada ("pingue," y "una pinguina" más tarde me llamaba la reina).

Una mujer de bien que me había vestido para pasar una tarde sencilla con unas tertulianas honradas, yo llegué al claro llevándome cortos de un largo respetuoso y de color caramelo, e una blusa blanca de algodón, de collar ajustado, y sin mangas, de modo que me gustara del sol y las placenteras brisas, y para que el tostado de mis desnudos hombros y brazos se destacara agradablemente ante mi ropa.

Sin mi saber, la cámara filmaba mientras, tras salir del monte, casualmente registrábamos la escena hermosa, y cuando, en breve, reunimos a la meseta del patio, donde platicamos un poco mientras probábamos a cual una frambuesa pasado por chocolate deretido. Ultrajosamente, nos grababa también cuando movimos para desvestirnos para el agua, ... tres aburridas tertulianas pasando ya otra tarde de ocio en escena de piscina diseñada por delicioso juego desnudo, acompañadas aquella tarde por una incómoda joven estatuosa de la misma sociedad social,... las cuatro quitándonos ante la cámara escondida de los zapatos de cubierta, de las blusas y de los cortos. Por supuesto las reinas, siempre sabiendo de la cámara, se quedaran fuera de en medio para que el fotógrafo no faltase de captar ninguna de mis posturas o movimientos inocentes, yo siempre a puras ciegas de cualquiera grabación.

Así, la cámara captó perfectamente mi cara de sorpresa y candonga cuando, ya desvestida hasta el sostén y bombaches, oí decir de la boca de la reina que ¡sus jardineros nos atisbaban desde el rededor!

Al ver la película resultante se ve muy bien los "graciosos" cambios de mi cara mientras pasaba por las etapas de entendimiento de la broma cruente que las reinas me pagaban; Y ¡qué cara de zozobra hice cuando me entendí que, para no enojar a los atisbadores putativos no me quedara sino a desnudarme por completo y reunirme con las desnudas reinas en el agua!

Por supuesto la cámara se enfocara muy cerca en mi cuando, aterrada sobre el patio, me quité del sostén, soltando a temblar y bailar por aquí y por acá y en sus mil y tantas maneras los senos regalados, y cuando, mortificada, hice que las pantaloncitos se deslizaran de mis nalgas y caderas, para caerse a mis pies, siempre siguiendo la linea de mis tostadas desnudas piernas; el fotógafo captando todo, incluso cuando yo hice aquél exquísito pasito de bailar que es una mujer levantando una pie tras otra en acción de liberar las piernas de bombaches ya caidas hasta los tobillos, bombaches flojamente atandola a la mujer ya desnuda, una ligerísima seda brevemente impediéndole a la desnuda que prosiguiere, ni hacía adelante ni hacía atrás.

Tanto con lente de cerca como con lente de lejos el fotógrafo me grababa de pies a cabeza minuto con minuto mientras, incómoda ante las reinas y aterrada ante la posibilidad de jardineros a atisbo, yo siempre evitaba mi fuerte deseo para taparme con una mano la muy adulta pudenda ya pura expuesta, y con la otra mano, el desnudo trasero "magnífico."

Ya, hasta cinco años después, cuando veo avergonzada aquella película me veo asombrada con el gran talento de aquél pirata de fotógrafo. Aquella tarde yo nunca levanté una pie hacía atrás que él no captase la "exquísita" flexión de mis desnudas nalgas, ni tampoco faltó en buscar y recordar todas de las contadas maneras que tal cual hoyuelo nalguero se me forma cuando muevo o relajo una pierna en ciertas maneras; Por más chiquito tremolaran las carnes de mis desnudos muslos, él captó cada tremulito avergonzoso para siempre jamás en la pelicula; No se me irguieran los pezones con las gotas de la piscina que el fotógrafo no los grabase con todo su larguez y duradeza y en todos sus rosados y rojos colores; y con su lente, no ya filmara las curvas femeninas de mis desnudas caderas y vientre, y mi umbligo y el atusado de mi "cosita" en frente (el atusado de mi "pudenda," digo, ¿Ve Usted? dado que soy una mujer adulta prefiero usar la palabra adulta), sino también, mientras yo trabajaba desnuda con el juego estúpido en el agua ... estrechándome desnuda por aquí para tirar la pelota, encorvándome por acá para coger la bola mal tirado, riéndome nerviosamente, etc., ... ese pirata de artista buscaba y vero contaba con su lente telescópico cada delgadito pelito pendejo ya esperando a cosquillarme de la entrepierna muy muy en el desnudo fondo de mi taza adulta y hembra, taza que yo nada deseaba pavonear, ni ante reinas, jardineros, o fotógrafos, ¡ni mucho menos deseara vermela grabada desnuda por la risa de duques y reyecitos!

Y sí, ... Por supuesto supuesto SUPUESTO la cámara enfocaba con mucho en mis desnudos senos, ... senos de familia muy muy regalda en cosa de senos ... senos, que siempre insistía mi mamá que nunca pavoneáramos, ... La cámara grabándome del pecho "clasico - olímpico" no ya mientras yo jugaba y brincaba desnuda e incomodísima con las reinas en la piscina, sino antes también, cuando, ya desnuda por completo sobre el patio yo daba largas, alzando y sacudiendo las ya quitadas prendas de ropa a largo de brazo antes de plegarlos sobre el patio ... los cortos, la blusa, el sostén, las meras bombaches, ... siempre con los senos bailando y tremolando y redondando con cada movimiento de mis desnudos hombros y brazos.

Todo eso la reina hizo que me filmaran: yo llegando, acomodándome, discutiendo alarmada, desnudándome mortificada, dando largas, entrándome desnuda en la piscina, jugando desnuda en el agua, saliendo desnuda de la piscina para buscar una pelota sobre el patio, platicando desnuda con la reina en la mancha más asoleada del lugar, ... una joven mujer desnuda, estatuosa, "pingue," aterrada con el concepto de atisbadores, explicando estupideces a la reina (por qué dejé de bailar clases) y siempre mirando hacía las toallas con gran deseos para velarme tras una.

Era en aquél momento ... mientras la reina y yo hablábamos desnudas sobre el patio despues del juego en el agua ... que oímos la bronca en el bosque, y tanto la reina como yo misma corrimos para ayudar a las reinitas, yo pasando por el baúl de toallas para agarrarme una buena y abrigarme con ella. (El hecho que yo corría vestida en una toalla ya no importaba a la reina, que la grabación secreta ya se veía completa, y de todos modos los gritos de las reinitas en el bosque no servían sino de ardíd ... para quitarnos a mi y a la reina del patio para que el fotógrafo pudiera hacer su propio escape, y comenzar con distribuir la película de mi juego desnudo a los doce palacios del mundo los que la reina había seleccionado a ver mi película a puras ciegas de mi.

[A continuar...]