Por fin nos volvemos a ver, después de varios meses teniendo contacto solo vía app ya teníamos ganas de reencontrarnos.
Tú ya me esperabas en la habitación del hotel, yo iba nerviosa caminando hacia allí, excitada y emocionada por volverte a ver.
La puerta estaba entornada y entré, estaba tan nerviosa que no podía articular palabra, allí estabas tú, desnudo metido en la cama, mirándome, te levantaste y viniste hacia mí, besándome con ese deseo que nos caracteriza, tu boca devorando la mía y la mía devorando la tuya, sintiendo tu lengua invadir mi boca, mientras tus manos acariciaban mis pechos aún con ropa, poco a poco me desnudabas, tu mano apretaba mis pezones, tu otra mano azotando mis nalgas con firmeza.
Me susurrabas al oído las ganas que tenías de tenerme y tus dedos invadían el interior de mis nalgas accediendo a mi humedad, untando tus dedos de mi néctar y llevándotelos a la boca, besándome con lujuria después, me hacías abrir las piernas y sentía como tus dedos entraban y salían de mí, acariciando mi clítoris, empecé a gemir sin control y en poco tiempo me habías hecho chorrear.
Me arrodillaste ante ti y me metiste tu miembro erecto en la boca, cogiéndome de la nuca y apretándole contra ti para clavarte hasta el fondo de mi garganta.
Provocando mis arcadas y babeándote entero.
Las lágrimas caían por mis mejillas y nos miramos a los ojos y aún hundes más mi cara contra tu pelvis ahogándome con tu pene bien duro, gordo e hinchado.
La sacas de mi boca babeando y agarras mi barbilla besándome con pasión y me levantas del suelo, posándome sobre la cama a cuatro patas, susurrándome al oído … “te voy a lamer entera zorra”
Mi cuerpo se estremece al oír esas palabras en mi oído y empiezo a sentir como pasas tu lengua por mi trasero y la deslizas hacia mi sexo húmedo, clavando tu boca y sin dejas de lamer, chupar y succionar provocas mi primer orgasmo llenando tu boca de mis jugos, me lo escupes y sigues lamiendo sin parar, acariciándome el clítoris al mismo tiempo que dos de tus dedos se introducen en mi interior, gimo, jadeo y te pido que no pares mientras me das azotes en mis nalgas, me encanta.
Sigues lamiendo y chupando mi sexo y te retiras, vuelves a susurrarme al oído y me dices … “voy a follarte zorra eres mía”
Y siento como tú sexo se clava en mi interior quedándote quieto mientras te siento duro y tu respiración se acelera, empiezo a mover mis caderas contra ti y gimo, jadeo, grito, pidiéndote que no pares, que sigas, que me gusta y nos movemos al compás, “te gusta zorra” me preguntas, y sin dejar de chorrear y gemir te digo que siiii.
De repente te sales, me azotas las nalgas y me escupes en el trasero y tu miembro empieza a penetrarlo, despacio, suave, pero clavándote en mí, te pido que vayas despacio que me duele y poco a poco vas introduciéndote más y más, grito, me duele, pero tú no paras, sigues y sigues, grito y grito, pero no quiero que pares, y cuando ya la tienes toda dentro empiezo a moverme contra ti para introducirla hasta el fondo. Diosss como me gusta ese dolor al principio que poco a poco se convierte en placer, no pares, agarras mi cuello y me obligas a besarte girando mi cara hacia tu boca mientras sigues y sigues sin parar. Ohh si si si que bueno te jadeo, me gusta, no pares, ¡soy tuya!
Y cada vez más rápido, más salvaje, más placer para los dos, me tienes apunto y necesito que ambos lleguemos al clímax a la vez, te grito que me encanta y que no puedo aguantar más y me dejo ir, chorreándolo todo, y siento como tu miembro bombea dentro de mí y te oigo gemir y temblar te dejas ir, me deshago en tus brazos y los dos caemos rendidos, mientras sigo temblando del placer recibido y sintiéndote como te contraes dentro de mi…
Me fascina estar contigo.