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Sin Vergüenza

Era un dia como otro cualquiera y Adelina, estaba preparandose para ir a la compra, en ausencia de su madre ella era la encargada de llenar la nevera. Adelina era una joven, no muy atractiva, mas bien normalita, diríamos que un poco sosa, ni gorda ni flaca, ni alta ni baja, pelo castaño ojos castaños, gafas.... Siempre tenia el moño puesto estirando sus ya pesarosas facciones, mas bien parecía una profe de mates.... Era la hija perfecta, la hermana perfecta, la amiga perfecta y hasta la vecina perfecta, a sus 25 años no había conocido maromo, seguía virgén no por convicción, sino porque no había tenido oportunidad, ademas de tímida no se le acercaba hombre alguno...
Ya en el mercado, despues de ir a la pescaderia y frutería emprende el camino a casa, se había olvidado de comprar el pan, era ya muy tarde no sabía si la panadería aún estaría abierta... Se presentó a las puertas de la panadería, iban a cerrar, "por los pelos, casi me quedo sin pan"...pensó. No había nadie, estaba desierta la tienda, ella confiada se atrevió a entrar en la trastienda, estaba oscuro, solo oía el ruido de las cámaras y de las máquinas, además se notaba todavía el calor de los hornos, llamó al panadero, le conocía de toda la vida.... "Pepe, anda usté por ahí?"... No oyó contestación, y con la misma se dirigió hacia la puerta... cuando de repente, una figura masculina le corta el paso, se trataba de Carlos el hijo del panadero, tenía mas o menos su edad, era mas feo que el pecado, era alto como un pino y enclenque, le faltaban tres dientes y tenía las orejas enormes, parecía dumbo.... "Carlos tienes pan todavía?"... No contestó, solo sonreía mostando los huecos de los dientes que le faltaba... tenía mirada siniestra casi de psicopata. Se fue acercando hacia ella lentamente, el sol estaba a su espalda y ella no le podia distinguir bien las facciones, se estrañó de que no le hablara, de pronto le entró el pánico, dando un rodeo, quiso salir de la trastienda, pero carlos la sujetó violentamente por el brazo, entonces ella le miro el rostro y lo que vió en su cara la dejó impactada... Empezó a sentir miedo, nunca había estado con un hombre a solas y menos en una situación como aquella... Carlos la llevó al fondo de la trastienda, ella notaba su calor, estaba sudando, y olía a pan, pan recien hecho... eso la gustaba, totalmente a oscuras la acorraló contra la pared y empezó a besarla frenéticamente, su lengua estaba empujando en sus labios para que abriera la boca, en principio ella no quería colaborar, estaba temerosa, pero poco a poco fue cambiando la sensación, del miedo pasó a la curiosidad... Ahora los dos se estaban comiendo literalmente la boca... casi axfisiados, hacia calor estaban sudando... De pronto ella sintió que algo se le estaba clavando en el estómago, no sabía lo que era, no había sentido nada como eso nunca, pero le gustaba la dureza y el calor que emanaba de él... Se dejó llevar por la pasión, hasta ese momento desconocida para ella, ya no era una niñita pensó... Las manos de él la estaban tocando por todos sitios, en sus pechos, las sentía calientes, suaves y expertas, la hacía sentir anhelante, un sentimiento nacía dentro de ella, un ansía de querer más, la gustaba y quería llegar hasta el final... Poco a poco en la oscuridad notó como él con manos expertas la estaba despojando de toda ropa, pese al calor que hacia en la trastienda, sintió como se le ponían los vellos de punta, estaba excitada... el panadero tambien se quitó toda la ropa de faena, así los dos desnudos siguieron el rito sexual... la cogió un pecho, la acarició suavemente y después se lo llevó a la boca, esa boca tan dulce y caliente, sabia mucho el panadero de como complacer a una mujer.... se metió el pezón en la boca y empezó a succionar como si fuera un bebé, ella notaba la humedad entre sus piernas... y ese ánsia que seguia corriendo y que nacía de dentro de ella... él la cogió por las caderas y se le acercó mas a su cuerpo, la abrazó, quería que ella supiese el tamaño de su excitación, era feo pero su polla no era tan mal parecida, estaba orgulloso de ella... Con los ojos abiertos y no comprendiendo del todo bien lo que iba a pasar, ella forcejeó un poco queria huir de él, pero la mantenía presa por la fuerza, sus brazos eran como dos garrotes... de pronto la cogío en sus brazos como de una pluma se tratara, y la puso encima de una mesa... era la mesa del pan... ahí rodeada de harina y levadura, empezó su iniciación en las artes amatorias...
El panadero, la abrió las piernas y la tocó dulcemente su vagina... la notó estrecha, y fué con el dedo hundiendole mas en el canal, hasta que notó que ella se relajaba, estaba bastante mojada, despues prosiguio con dos dedos, pareció gustarle a la joven, Adelina no cabía en sí de gozo, nunca hubiera podido imaginar esto... nunca lo olvidaría pasase lo que pasase, la cogió por los hombres y se acercó mas a ella, entonces empezó el ataque... la besaba locamente, sus dientes entrechocaban sus lenguas se entrelazaban... Notó que algo duro y extrañó estaba penetrando en ella, no sintío miedo ni nada... solo que era raro, poco a poco el panadero fue metiendosela hasta que de un fuerte empujon la penetró del todo... Ella sorprendida por el dolor y por aquel ataque inesperado dejó escapar un gritio, pero él la acalló con uno de sus besos... estuvo como dos minutos acostumbrarse a esa sensación, ya no parecía tanto dolerle... hasta que él se empezó a mover, poco a poco al principio, ella empezó a sentirse sofocada, no sabía de donde venía esa sensación, esa desazón como pensó ella, eran oleadas de placer, la gustaba aquello... agarrandole salvajemente de las nalgas y con las piernas de ella a sus lados, como si le estuvieran abrazando él se dejó llevar, y el ritmo subió de intesidad, lo hacía mas deprisa cada vez.
Ya no importó el calor, ni la oscuridad, el silencio solo era roto por los gritos de pasión de ella y los jadeos de lujuría de él... fueron los diez minutos mas increibles y fabulosos de su vida pensó Adelina... y así fue, ella gritando por última vez se corrió, él lo notó y enseguida dejandose llevar dió las últimas embestidas y él tambien se derramó dentro de ella, echando la cabeza para atras y apretando con sus manos sus nalgas para que ella tambien lo supiese....
Ella recobrando el buen sentido y la conciencia... se levantó de la mesa y fue a por sus ropas... él seguía desnudo fumandose un cigarrillo, sentado en aquella mesa y con una mirada perdida en su rostro, ella avergonzada de aquel acto, ni siquiera se atrevió a despedirse, salió de la panadería sin mirarle siquiera... y dejandose el pan. Nunca volvió a comprar a la panadería, pero todas las noches se dormía con una sonrisa en sus labios pensando en el dichoso pan.
Datos del Relato
  • Autor: Esmeralda
  • Código: 8397
  • Fecha: 14-04-2004
  • Categoría: Hetero
  • Media: 5.84
  • Votos: 61
  • Envios: 2
  • Lecturas: 3324
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Grabielito
invitado-Grabielito 15-04-2004 00:00:00

Felicidades, tu relato es bueno, creo que con el tiempo podrás mejorar, ya que le falta que los detalles como ls olores y las zonas demuestren el camino del erotimsmo.

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