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Sin esperarlo

Hola les quiero ofrecer disculpas por mi anterior relato que se que tuve grandes errores así como también me quiero disculpar por no haber escrito en este tiempo pero tuve algunos problemas, pero bueno vamos a comenzar con lo que a ustedes les interesa que es el relato.

Empezare por contarles que después de la noche con el afro yo seguí conectándome a ese chat, buscaba a alguien que me interesara pero los que me interesaban vivían lejos de la ciudad o no se interesaban en mi, un día leyendo el periódico apareció una nota donde decía que habían encontrado muerto a un chico y que hasta donde sabían había ido encontrarse con alguien que había conocido en un chat yo me asuste y no volví a entrar al chat.

Pasó un mes desde mi último encuentro mientras yo solo recordaba lo sucedido, como tenía miedo de buscar a alguien decidí concentrarme en mi trabajo, todo era normal y no pasaba nada fuera de lo común, yo me sentía muy tranquilo no sentía ansiedad ni ganas de masturbarme, a veces me ponía a observar discretamente a los clientes del gimnasio mientras hacían ejercicio pero no pasaba de ahí.

Un día como cualquier otro apareció un cliente que nunca había visto pero que saludó como si llevara años de conocer a la secretaria y a la dueña, era un hombre corpulento, fuerte pero no marcado, como de 1.70 de estatura, moreno como si se bronceara mucho, tenía barba tupida que cubría gran parte de su cara pero estilizada, de inmediato se puso a calentar para comenzar con su entrenamiento, en ese momento me llamó la dueña para enviarme a comprar unas cosas que hacían falta.

Cuando regresé él ya estaba empapado en sudor, yo lo veía de vez en cuando hasta que me acerqué a conversar con la secretaria, de pronto le comencé a preguntar por el nuevo pero ella me dijo que no era nuevo, que ya tiene mucho en ese gimnasio pero que como es luchador lo habían lastimado en su última lucha y tenía prohibido hacer ejercicio.

De nuevo me llamó la dueña, esta vez para darme indicaciones sobre el que para mí era nuevo, me dijo que a él le gustaba hacer ejercicio hasta tarde, que cuando llegara la hora de cerrar cerrara como normalmente se hace pero que lo dejara quedarse hasta que el decidiera irse mientras yo hiciera mi trabajo, después me llevó con él para presentarnos y decirle que yo ya tenía instrucciones de apoyarlo para que estuviera cómodo.

Me pareció prepotente cuando le di la mano para saludarlo me ignoró y solo le agradeció a la dueña, yo me fui a terminar unos pendientes que tenía mientras pensaba en que ese hombre era un pesado, cuando regresé el ya no estaba, me acerqué a la secretaria para decirle que ese tipo era un grosero, ella me dijo parece que te gusta mientras se reía yo le contesté muy molesto que como se le ocurría eso a lo que respondió que era broma.

Después me empezó a contar que así era el que no me lo tomara personal, que no lo molestara si él no me llamaba, se despidió porque la esperaban, yo no me podía sacar de la cabeza que era un pesado mal educado, así me pase toda la noche hacia un tiempo no me pasaba una noche sin dormir, sonó mi despertador y me levanté.

El día estuvo normal casi no hubo clientes, por la tarde llegó el ya faltaba poco menos de una hora para cerrar, la verdad me molesté me decía a mi mismo ahora aparte de aguantarlo me tengo que desvelar por su culpa, y tal y como la dueña dijo él se quedó hasta tarde casi hasta las once de la noche, desde ese día todo era igual él llegaba y se iba a la misma hora menos los sábados que no iba mientras que solo me hablaba cuando necesitaba algo.

Pasó casi un mes en el que siempre era lo mismo, una noche me empezó a hacer preguntas como que cuanto tenia trabajando ahí que de donde soy yo le contestaba muy serio pero fueron pasando los días y cada vez era más amable conmigo, aunque si había más personas casi no me hablaba más que para pedirme agua que era lo único que tomaba.

Una noche cuando ya no había nadie él estaba como siempre con su ejercicio mientras yo limpiaba los pisos entre otras cosas, de pronto el se detuvo estaba haciendo pesas, no le presté atención y seguí con lo que hacía, cuando me acerqué a él lo vi, estaba muy pálido, su respiración era muy agitada, le pregunté si estaba bien pero no respondía, le dije que iba a llamar una ambulancia pero me dijo que no.

Le pregunté qué entonces que hacia pero no respondía, las venas de sus brazos estaban muy marcadas yo ya estaba muy asustado pero no sabía qué hacer, de pronto comenzó a decir ayúdame, ayúdame y se tiró al piso quedando acostado mientras se tocaba la entrepierna, se veía que le dolía porque se quejaba mientras me seguía pidiendo ayuda.

Por mi mente pasaban mil cosas desde que se podía morir hasta que tal vez él quería otra cosa, pero de inmediato desechaba esa posibilidad porque no parecía ser gay o algo así, el abría las piernas como si algo le molestara, respiré hondo y temblando me acerqué a su entrepierna, lo que estaba a punto de hacer me pudo haber costado la vida, con mucho cuidado pero aún más miedo comencé a bajar su short esperando una reacción negativa pero no dijo nada.

Lo que vi no lo había visto nunca era aterrador, su pene estaba totalmente erecto cubierto de venas, pero lo más escalofriante fue ver sus testículos tan inflamados que parecían pelotas también cubiertos de venas, el comenzó a masturbarse sin importarle que yo lo estuviera mirando, era una situación muy extraña para mí, el siguió pero no conseguía terminar mientras yo solo miraba, me preguntaba si tendría una enfermedad contagiosa.

Muchas ideas pasaban por mi cabeza pero con lo aterrado que estaba no podía pensar en nada más que le pudiera ayudar, aparte de que tenía miedo de su reacción si yo intentaba ayudarlo, le dije que intentaría llevarlo a mi cama ya que se podía ver desde la calle a lo que el accedió, con mucho esfuerzo lo ayudé a levantarse estaba muy pesado y el no ayudaba mucho, con gran dificultad llegamos a la pequeña bodega que era mi habitación.

Yo me fui a apagar las luces, cerrar la puerta para después volver a su lado, mi cama era individual así que solo cabía él, yo no sabía qué hacer solo lo miraba mientras él se veía desesperado le pregunté si le quitaba los tenis a lo que respondió que sí, así lo hice después los calcetines para al último quitarle el short que tenía a media pierna, el no dijo nada, solo siguió la cabeza de su pene estaba ya con un tono morado mientras el tenía la cara pálida.

Me fui acercando a él con miedo la verdad soy bastante miedoso después de todo lo que pasé, me arrodillé junto a la cama, respiré lo más profundo que pude y poco a poco fui acercando mi mano a su pene, cuando por fin logré tocarlo el me miró yo de inmediato retiré la mano pero me dijo no por favor hazlo, volví a tocarlo se sentía como un tubo de acero caliente, y comencé a masturbarlo sin apretar, despacio muy lento.

Estuve así un rato pero él no podía terminar, era como si algo no lo dejara hacerlo, de repente aceleraba pero le molestaba, todo lo que hacía lo hacía con miedo de que él se molestara, al ver que él seguía igual lo único que se me ocurrió fue chupárselo pero tenía miedo, me fui acercando despacio hasta que mi cara quedó junto a su pene, saqué mi lengua hasta tocarlo cerrando los ojos por el miedo solo sentí ese hierro caliente.

Tenía un sabor muy salado, al ver que no reaccionó mal poco a poco comencé a meterlo a mi boca pero algo que no esperaba fue que el me empujara por la cabeza haciendo que ese hierro caliente llegara hasta mi garganta, haciéndome dar arcadas él no me dejaba levantar y es que con una mano abarcaba la mitad de mi cabeza, era muy fuerte después de unos largos segundos para mí, me soltó lo saqué de mi boca después lo miré a la cara.

Él sonreía haciéndome pensar que en realidad el solo fingió, lo cual comprobaría unos segundos más tardes, él me dijo sabía que tú querías esto tanto como yo, a lo que yo no sabía que pensar, o que decir, el siguió hablando y me dijo que hace tiempo él se dio cuenta como lo miraba hacer ejercicio, le dije que no era así que yo miraba a todos los clientes igual, cosa que era cierta yo nunca lo mire con deseo aunque no dejo de reconocer que me imponía su físico.

Me dijo que entonces porque había hecho todo eso así tan fácil, le dije que me asustó mucho verlo así y que aunque no era algo nuevo para mí lo que hice yo nunca lo hubiera hecho con el sino lo hubiera visto así, quedándose en silencio le pregunté qué entonces porque estaba así si todo era planeado, me dijo que no esperaba ponerse así que tomó algo que lo puso así pero que en verdad se sentía muy mal.

Y se veía no lo puedo negar, pero yo estaba muy confundido ya no sabía si creerle que estaba mal o todo era mentira, el seguía masturbándose cada vez sus testículos se veían peor, parecían a punto de explotar, yo estaba a punto de dejarlo ahí solo pero me daba miedo que por mi culpa le pasara algo peor, ya no sé si por compasión, por tonto o porque yo también sentía algo pero le pregunté qué quiere que haga.

El me miró con cara de asombro mientras yo agaché la mirada, unos segundos de silencio siguieron hasta que con voz dudosa solo dijo desnúdate, sin levantar la mirada así lo hice, me quité la playera mientras el miraba atento, desabroché mi pantalón dejándolo, caer mis bóxers quedaron en su lugar, como pude me quité los tenis y los calcetines para quitarme por completo el pantalón.

Me quedé quieto esperando sus órdenes pero él se levantó con dificultad, se puso de pie junto a mí y en una acción inesperada me tomó con mucha fuerza, me abrazó para después besarme el cuello mientras bajaba sus manos por mi espalda hasta llegar a mis nalgas, metió sus manos por debajo de mi bóxer apretando con fuerza mis nalgas, mientras seguía besándome el cuello, era muy extraña la sensación con sus barbas.

De pronto empezó a bajar mi bóxer poco a poco hasta que solo se deslizó, mientras acariciaba mis nalgas, después bajaba a mis piernas, haciendo constante el recorrido poco a poco mi cuerpo empezó a reaccionar, de pronto empezó a abrir mis nalgas y con un dedo comenzó a jugar con mi ano, intentó meterlo pero con esa posición no era buena idea, me dolía un poco haciéndome quejar.

Él lo notó no volviéndolo hacer más, estuvo besándome el cuello varios minutos hasta que se detuvo sin decir nada me giró de espaldas a él, haciéndome agachar apoyado con mis manos en la cama dejando mi ano levantado, se agachó para sacarme el bóxer que aún estaba en mis pies, me separó un poco las piernas para después escupirme entre las nalgas, para después acercar su pene abriendo con el mis nalgas y recorriéndolo entre ellas.

Me di cuenta que él se agachaba un poco para que su pene quedara al nivel de mis nalgas así que decidí ponerme de puntitas quedando el más cómodo, era muy cansado pero traté de aguantar lo más posible, sin decir nada comenzó a frotarlo contra mi ano haciendo una especie de círculos, poco a poco comenzó a empujar y mi ano cedía como si ya estuviera acostumbrado a recibir a cuanto extraño se cruzara por mi camino con esas intenciones.

Poco a poco empecé a sentir como ese hierro caliente penetraba mas y mas en mi interior causándome un dolor que si bien no era insoportable si era muy molesto, sin duda era mas grande que el del afro, cuando me di cuenta ya no estaba parado de puntitas y escurría de sudor, todo lo que estaba pasando recorría mi mente preguntándome.

Como es que llegue a estar en esa situación, siendo penetrado por aquel hombre que tan mal me había caído la primera vez que cruce palabras con él y que yo veía como un macho de esos que les gusta estar con mujeres solo por diversión, cuando volví a la realdad me di cuenta que su pene estaba totalmente dentro de mí, comenzando a moverse de adentro hacia afuera una y otra vez con más fuerza.

Yo solo sentía que me iba de boca pero él me sostenía con fuerza, mis manos ya no soportaron mas dejándome caer de cara contra el colchón, lo que el aprovechó para acostarme en la cama, mientras yo solo trataba de levantar mis nalgas lo mas que pedía pero él no me dejaba ni mover, cada vez mas sudado entre su calor y el mío mis ojos se inundaban de sudor dejándome ciego hasta que usaba como toalla la cobija.

De pronto y sin sacar su pene se levantó junto conmigo tomándome de los hombros me llevó frente a la pared haciéndome apoyar con las manos en ella, siguiendo con su mete y saca, me tomó por sorpresa cuando me tomó de las piernas para levantarme, sosteniéndome de la pared sentía que me iba a caer, no tardó mucho en esa posición así fue que me puso primero el pie izquierdo después el derecho en piso.

Después sacó su pene haciendo que un ruido como un plap se escuchara para después empujarme a la cama, boca arriba pude verlo a la cara separó mis piernas acomodando con su mano su pene lo volvió a meter con mucha facilidad, ahora estábamos frente a frente en mi posición favorita, el volvió a besar mi cuello mientras recorría mis piernas con sus manos, después se detenía para bajar a mis pezones era la primera vez que me hacían eso.

Con su lengua los saboreaba, después los mordía intercambiando su accionar, después volvió a meter y sacar mientras yo lo acariciaba con mis manos, su espalda así hasta que esa sensación apareció en mi, esa corriente eléctrica que recorría desde mi ano hasta llegar a mi cabeza y a mis pies, no lo podía creer estaba a punto de correrme mientras el seguía aumentando su ritmo, sus jadeos se empezaron a escuchar en mi oído.

Él también estaba a punto de terminar, siguió moviéndose cada vez mas rápido mientras apretaba con mucha fuerza mis piernas con sus manos hasta que ya no aguantó inundándome en verdad por dentro con ese líquido caliente, casi de inmediato yo hice lo mismo dejando parte de su abdomen cubierto de mi semen, el poco a poco fue sacando ese pene que tiempo atrás era una barra caliente, cuando lo sacó se levantó para luego caerse acostado junto a mí.

Sin decir nada solo me miraba mientras yo solo miraba al techo, cuando reaccioné lo primero q hice fue mirar su pene que ya se veía normal con un poco de sangre los testículos ya se notaban como dos canicas guardadas en una bolsa y él ya tenía un color normal, me dijo mira tú lo curaste ahora dale besitos para que se termine de curar, acerqué la cara a él para besarlo tiernamente, después lo metí en mi boca hasta dejarlo bien limpio.

Al ver la hora nos dimos cuenta que ya iban a ser las 5 de la mañana, estuvimos casi 7 horas haciéndolo aún no lo puedo creer que alguien durara tanto aunque sufrió solo él sabe que se tomó para ponerse así, me dijo gracias pueblerino no hace falta recordarte que esto nadie debe saberlo le contesté que así sería igual no me convenía que se supiera, se levantó se vistió y yo lo acompañé así desnudo a buscar sus cosas para abrirle la puerta.

De despedida me dio una nalgada que me ardió por varios días, me fui a acostar un rato mas y me di cuenta que se ensucio la cobija así que tuve que ir a lavarla después, ya no tenía tiempo de dormir me fui a bañar ya que su semen me recorría hasta los pies, para después ponerme a limpiar lo que no terminé.

Esa fue la primera y única vez que estuvimos juntos ni siquiera hablamos del tema aunque no hubiera nadie.

GRACIAS POR LEERME.

Espero volver más seguido, hasta pronto.

Datos del Relato
  • Categoría: Gays
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