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"Me gusta hacer travesuras..."
Me excita ir a trabajar con falda y sin bragas y sentir el frescor del aire entre mis piernas mientras camino los 10 minutos que debo recorrer hasta llegar a la oficina. Me siento muy excitada, y no puedo evitar pensar que las mujeres con las que me cruzo van también con su coño al aire disfrutando del fresco de la mañana.
Hay una que me pone especialmente, como de mi edad, con falda cortita, tacones de altura media, y que casi nunca lleva sujetador. Solemos cruzarnos a la altura de El Corte Inglés, y cada día me fijo en cómo va vestida. Sus tetas, algo más grandes que las mías, se agitan libres bajo la blusa al ritmo de su paso ligero, y me pregunto si a ella también le pone cachonda sentir ese movimiento bajo su ropa.
Siempre me he considerado heterosexual, pero últimamente no me saco de la cabeza la idea de montármelo con otra mujer, cómo se debe sentir el tacto de unas tetas que no son las mías, a qué sabe un buen coño bien depiladito (a mí me gusta llevarlo así, sólo con un cuadradito de pelo y el resto muy suave y apetecible). Una de mis fantasías sexuales más recurrentes es que otra mujer me come el coño con ganas y me hace llegar a un orgasmo bestial como tantas veces hace mi marido, que le encanta chuparlo y saborearlo en cualquier momento y lugar.
A veces me quito el tanga en el baño de mi oficina nada más llegar, subo mi falda y me observo en el espejo. Sobo mis tetas por encima de la ropa y pellizco mis pezones mientras noto que mi dulce coño empieza a empaparse. Me pone muy cachonda el pensar que cualquiera de mis compañeras puede entrar al baño y pillarme así, pero por el momento no se ha dado la ocasión, así que sigo disfrutando de mi pequeña travesura casi a diario.
Me siento en una mesa que tiene el frente cubierto, por lo que puedo estar tranquilamente con mis piernas bien abiertas sin que nadie se percate de mi "secreto". A veces, haciéndome la distraída, meto una mano debajo de mi falda y me toco el coño, introduzco uno de mis dedos y miro a mi alrededor cómo todos siguen trabajando ajenos a lo que pasa debajo de mi escritorio. Estoy sin bragas, abierta de piernas totalmente, tocando mi húmedo chochito en mitad de la oficina y nadie se da cuenta...
Cuando estoy muy cachonda, me gusta meterme uno o dos rotuladores en el coño - de estos fluorescentes que se usan para marcar - y seguir trabajando como si nada. Me levanto de mi sitio y paseo por la oficina con los 2 rotuladores dentro, apretando fuerte con los músculos de mi vagina para que no se caigan, y luego me vuelvo a sentar para sacarlos disimuladamente y dejarlos en el escritorio. Me pone a 100 cuando mis compañeros de al lado - todos hombres - me cogen prestado algún rotulador de mi mesa... si ellos supieran!!
En verano también me gusta ir sin sujetador, tengo unos pechos bonitos, bien proporcionados y con las aureolas grandes y oscuras. Cuando era adolescente me acomplejaba el tamaño de éstas, y me moría de vergüenza si alguna vez en la piscina se transparentaban bajo la fina tela del bikini. Una vez, a mis 14 años escuché decir: "esa te mete un pezón en la boca y te ahoga". En aquel momento me quería morir, pero ahora me mojo sólo de recordar que alguien vio mis preciosas aureolas y mis pezones erectos bajo el bañador y le gustó.
Cuando voy con mi marido a algún spa, me gusta llevar un bikini blanco diminuto que se vuelve semi transparente al mojarse. Él también se calienta mucho con las vistas que ofrezco de mi cuerpo, y más de una vez me ha hecho un dedo bajo el jacuzzi aprovechando la "cierta intimidad" que dan las burbujas. La última vez, estando solos en el baño turco a última hora, no pudo reprimir sus instintos y terminó lamiéndome el coño allí mismo, con el riesgo de que cualquiera abriese la puerta y nos pillase en plena faena. Al llegar a casa follamos como locos y me hizo correrme 2 veces más, quedándonos dormidos empapados en sudor y en nuestros propios fluidos.
Otra cosa que nos excita mucho a los dos, es follar junto a la ventana de un hotel, a altas horas de la madrugada, con las cortinas abiertas y la luz encendida. Apoyo mis manos en el alféizar de la ventana y me penetra por detrás, haciendo que mis tetas boten contra el cristal. O me sienta en la mesa del escritorio para comerme bien el coño mientras pellizca mis pezones. Sólo de pensar que alguien puede estar viéndonos, haciendo fotos o grabándonos en vídeo nos pone a mil, pero nos da un poco igual, ya que el morbo que nos da es muy superior a la vergüenza.
Yo tengo muchas ganas de ir a algún local de ambiente liberal, no con intención de follar con otros por supuesto, pero me pone mucho mirar y que nos miren. Me gustaría exhibirme ante otros, que admiren y deseen mi lindo coño, que cualquiera - hombre o mujer - me sobase las tetas, calentar y que me calienten, pero sin pasar a más. Nunca se lo he propuesto a mi marido porque no sé si pondrá el grito en el cielo o por el contrario, se animará a compartir mi fantasía, pero es algo que me ronda por la mente desde hace mucho tiempo.
Continuará..?
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