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Simplemente me gustas

~Mark

Decidí ignorar la erección de mi miembro, y este fue cesando poco a poco con el agua fría.

Se sentía tan bien el agua que caía de la regadera. Disfrutaba aquella sensación, mientras me enjabonaba escuche que el celular sonaba, pero opte por ignorarlo, pues esa sensación tan agradable del agua corriendo por cada centímetro de mi piel, era deleitante.

Yo llamo después -pensaba yo en aquel instante.

Felipe

Me despertaba algo desorientado, pues sin darme cuenta me quede dormido, opte para dirigirme al baño para quitarme el resto de semen que estaba disecado, en partes de mi cuerpo. Entretanto me enjabonaba, mi mente volvió a hurgar en lo desconocido para volverme a presentar el reflejo del aquel  culpable que hizo que en la noche anterior me masturbara, de aquel niño de ojos grises que hacia despertar en mí una atracción inigualable.

Pero por las malas mañas del momento, el dulce pensamiento que tenia de aquel  niño de ojos grises fue interrumpida abruptamente por mi celular al sonar.

I LOVE FOREVER...I WILL FOREVER BY YOUR SIDE... NEVER WILL TO AWAY.

Me apresure  a coger la toalla  para después coger el celular.

- ¡Hola! ¿Sí?...- decía algo agitado, por la prisa que llevaba al salir del baño

- Sí, Señor Lebrón. Soy de nuevo el director M.H de la escuela. Se acuerda se mí, ¿verdad?

- Sí, Señor Director - afirmaba a la vez que preguntaba- ¿que se le ofrece?

- Pues señor Lebrón, ¿se acuerda que le había dicho anteriormente, que quedaría con usted cual seria los días que iría?

- ¡Sí! - exclamaba mientras ponía atención.

- Pues, señor... ¿tiene donde anotar?

- No, espere un momento - decía esto mientras buscaba donde anotar.

Volví a coger el teléfono para anotar

- ¡Sí! Ya lo encontré. Dígame....

- Bueno, apunte: Lunes, Martes, Miércoles y los Viernes van a ser los días laborables para usted. Los Jueves siempre lo convocamos para una conferencia de dos horas, de eso ya le hablare con más detalles en persona.

- Ok - decía mientras terminaba de escribir los que me había dicho el director

- Bueno, mañana comienza. Así que lo espero temprano, me despido. Hasta luego Señor Lebrón, que pase buenos días.

- Gracias, igualmente  hasta mañana  señor director-.

Colgué emocionado ya era mañana mi primer día, así que hoy tenía que preparar todo para el otro día.

Mark

- ¡Joder! ¡Joder! Era mi madre, quien me llamaba era mi madre por cel. Y por estar optando de quedarme un rato más en la ducha no atendí la llamada- me rascaba la cabeza no sabía que hacer- ¡Grrrrrr! ¿Ahora qué hago?

Escuche que mi abuela me llamaba para desayunar.

- ¡Ya voy abuela, en seguida bajo en un brake!

No sabía qué hacer, las llamadas desde aquí a la distancia son muy caras, por eso mi abuela siempre me decía “siempre atienda el celular, mira que puede ser tu padre a tu madre y sabes que cuando no atiendes tus padres se preocupan, además siempre es importante estar alerta ya que pueden llamar para algo importante y no siempre tienen tiempo”, palabras que ahora retumban en mi cabeza como nunca.

- ¡Joder! ¡Joder! Bueno, quizás ella llame de nuevo- decía para calmarme un poco.

Decidí tranquilizarme un poco, así que comencé a vestirme. Me puse una polo negra con rojo, un pantalón short negro y unas sandalias playeras de color negro.

Baje a desayunar con mis abuelos, la mañana y la mitad del día transcurría casi deprisa, era obvio lo que pasaba. Mañana seria mi primer día de  clases, donde seguro habrán nuevos estudiantes, mañana será mi primer día como estudiante de 2do de bachillerato, y no pasara desapercibido que estarán los mismo aburridos profesores, aunque la verdad me daba igual, y pues me animaba volver a ver a mis amigos del curso anterior, pues durante las vacaciones no los pude ver, pero mañana los veré de seguro.

Me encontraba en la cocina ayudándole a mi abuela a fregar los trates.

- Markito

- ¿Si, abuela?

- ¿Sabes que mañana tienes que ir a la escuela? Mañana es tu primer día.

- Si, abuela- decía mientras dirigía unos vasos al lavavajillas 

- Entonces prepara lo que haga falta para que estés listo para mañana- me decía esto mientras me quitaba de las manos los vasos que irían para el lavavajillas- yo termino aquí. Tú ve y prepara tus cosas para mañana.

- Ok abuela- articulando esto, deje a mi abuela en la cocina y subí a mi cuarto a preparar todo para mañana.

Felipe

Me encontraba en el escritorio de mi departamento preparando los materiales para el primer día de clases, llevaba puesto un pantalón de vestir negro, una corbata de cuadritos que hacia juego con la camisa color azul turquesa, un chaleco sin manga color negro y zapatos formales color negro.

Alistaba mis cosas, mientras me tomaba uno de esos cafés mañaneros que son favorables para empezar el día, después opte por dirigirme hacia mi auto para luego prender rumbo hacia la escuela.

Sí que estaba entusiasmado, lo único que hacía era cantar una boba canción como un idiota de por sí: Hoy es mi primer día ¡oh sí!, Como profesor de matemática mmmmm ¡oh sí!

Esa tonta canción la repetía varias veces mientras cada vez estaba más cerca de llegar a la escuela.

Mark

IF YOUR HEART FEELS COLD I’LL BE YUR SHETTER....YOUR ILLUSION...... UNTIL NO LONGER BREATHER I´M GOING TO LOVE

Me desperté con la alarma de mi celular, somnoliento alcance a ver la hora: 6:35 am

Me levante para dirigirme a la ducha, con mis ojos entre abiertos me veía en el espejo del baño que quedaba frente a la bañera, veía como mi cabello estaba vuelto un caos, abrí la regadera de donde aquella sublime agua cayo, entrando con el tacto de mi piel, ofreciéndome aquella agradable sensación.

Al terminar de bañarme, mire de reojo al reloj que estaba colocado en la parte fronteriza del excusado y percate que ya eran la 7:10 am, me apresure en terminar y baje a desayunar

- ¡Buenos días abuelos!- dije ofreciéndoles una sonrisa

- ¡Buenos días Markito!- decían ambos a la ves mientras me correspondía el saludo con una sonrisa.

Me senté al lado de mi abuela a desayunar mientras mi abuelo analizaba mi mochila, procurando que todo estuviese en orden y no me faltara  nada

- Markito

- ¿Sí? abuela

- ¿Te ha llamado tu madre?

¡Joder! - decía en mis pensamiento entretanto solo le expresaba un gesto de que no.

- Seguro Markito- espetaba mi abuela con un tono de querer darme una segunda oportunidad para retractarme de mi respuesta.

Yo solo la mire, y antes de que ella pudiese decir palabra alguna, solo dije.

- ¡Es tarde! - tras decir esto, en un abrir y cerrar de ojos salí volando literalmente hablando con mi mochila, sin importar que sucediese lo peor al final del día, solo mi abuela pudo escuchar de mí.

- ¡Adiós abuelos!

Me detuve  en un mini-supermercado que quedaba cerca de la escuela, digamos como a 8 cuadras de la escuela, podía ver alumnos de la misma escuela en la que estoy, el uniforme era de estilo formal; pantalón negro y camisa crema, siempre me gusta ponerme una polo negra debajo de la camisa de la escuela, según dice mis amigos  hacen que mis ojos se vean más profundo de los que son, al ser mis ojos de color gris, supuesta mente le daban una tonalidad de gris más intenso. En fin, opiniones de la gente jejeje.

Felipe

¡Wow! aquí estoy - decía  impresionado, me encontraba en frente de la escuela, podía contemplar aquella hermosura  estructurada, donde en los alrededores de la escuela culminaba los arboles de carácter sublime. Una naturaleza que pintaba el paisaje sin exagerar sus pequeños detalles, simplemente era fantástico.

Me dirigí hacia la entrada de la escuela, no veía a casi nadie, solo personas hablando entre ellos, todos se dividían en grupos de 3 o 4 personas. Todos; bueno, algunos compartían abrazos como muestra de afecto.

Subía las escaleras de la entrada de la escuela, al entrar podía ver los casilleros que se encontraban en cada extremidad de las paredes, eran de colores los casilleros, perecía como si los estudiantes seleccionaban un color designado a sus casilleros.

Me dirigí hacia un pasillo, buscando la dirección, vi a un estudiante o al menos eso parecía, era  de aspecto gótico, su mirada destellaba algo de amargura, su mirada radiaba por un color amarillo pardo. Me acerque algo dudoso.

- Disculpa joven...me podría decir ¿dónde queda la dirección?

El gótico me miro con una cara, que en ella radiaba miedo, pero no deje intimidarme.

Al parecer el gótico se dio cuenta y su mirada cambio a “qué más da”.

- Si... la dirección queda al doblar aquel pasillo, sube las escaleras, dobla y a mano izquierda encontraras un letrero que dice “Dirección”.

- Gracias - tras decir esto me dirigí hacia la dirección, siguiendo las coordenadas que me había indicado aquel gótico.

Al llegar, entre con un ¿puedo?, asomando levemente la cabeza por la puerta de la dirección, pude notar que aquel hombre algo moreno, de ojos negro carbón y figura algo brusca, se podía apostar que era el director.

- ¡Sí! Pase. ¿Es usted el profesor Lebrón?-  me decía mientras me miraba a la cara de vez en cuando

- Sí, soy yo - espetaba mientras entraba  y cerraba la puerta, su miraba era algo inquietante, en el radicaba autoridad, sin duda su vocación era la que ejercía XD director.

- Entonces ¿ya sabe cuáles serán los días en que vendrá a esta escuela?

- Si- decía, a la vez que me sentaba, su voz me ponía nervioso, a cada palabra que decía un manubrio de autoridad invadía la oficina.

- Bueno, Señor Lebrón. Acompáñeme, le enseñare cuál será su curso encargado y por ende cuál será su propio salón de clases. Por regla de la escuela designamos a cada profesor un aula en particular.

Ponía atención a cada detalle que decía el director, salimos de la dirección el director y yo, el director me enseñabas las aulas designadas a cada profesor, cada aula estaba estructurada de un orden semejante, excepto dos de ellas que se diferenciaba de las demás: una por contener dos pizarrones de gran espacio y la otra por contener 2 ventana uniformes que quedaban a la parte frontal de la entrada de aquel salón.

Después nos dirigimos a un vestíbulo que estaba ubicado en la parte central de la escuela, estaba abarcada por enormes sillones de color azul, donde aquel escenario estaba adornado por flores artificiales de diversos colores, y floreros más de diferentes tamaños, uno más antiguo que el otro, estos hacían juego con las cortinas verdosas, pero su tonalidad era de color opaco.

- Aquí, Señor Lebrón; se realiza las reuniones de profesores. Venga por aquí, por favor- mientras decía esto nos dirigimos a una puerta grande, donde en ella se resguardaba un pasillo, que conducía a tres puertas: la primera era la biblioteca, la segunda puerta era el baño de profesores y la tercera puerta conducía a la sala de castigo.

- Venga por aquí, Señor Lebrón - entramos a la biblioteca, su entorno no era muy vibrante para mí, constaba de diversos libreros y todo lo que pueda describir a una biblioteca etc. Al mostrarme la biblioteca, dijo el director.

- Venga por aquí, Señor Lebrón. Le enseñare el resto de la escuela.

La biblioteca tenía una puerta que dirigía hacia la parte trasera de la escuela, decidimos salir por ella, al salir por la puerta que nos dirigía a la parte trasera de la escuela, prestaba atención a lo que el director M.H, tras un instante de dejar de atender lo que me decía el director, mis ojos no podía creer lo que estaba viendo, era él, si claro que era él, aunque tenía otra ropa podía apostar que era aquel niño de ojos grises.

Mark.......- susurraba impresionado por verlo de nuevo, pero aquel momento fue interrumpido por el director

- ¿Dijo algo, Señor Lebrón? - dijo esperado que le respondiera.

- ¡No! dije volviendo a mirar el director, cuando volví a buscarlo con la vista, aquel niño de ojos grises había desaparecido -¡joder!- pensaba mientras el director seguía con su excursión por el campus de la escuela.

Mark

¡¡Aah!!- me refrescaba con la soda que compre de camino- Será mejor que camine pronto hacia el salón, ya estoy ansioso por ver a mis amigos.

Subí las escaleras, que esta estaban posicionada en curvas circulares, veía nuevos rostros, algunos nerviosos y otros despreocupados, tras llegar a mi salón, me encontré con nuevos rostros, una era una chica morena, con un cuerpo algo esbelto y cabello rizado de color negro. El otro era un muchacho algo bajito para mi gusto y tenía un recorte algo alocado y su figura algo fibrosa.

Me senté en el primer pupitre, donde me facilitaba ver de reojo hacia fuera del salón, escuche que el timbre de la escuela sonar, avisando que ya era hora de que los alumnos entraran a sus respectivos salones de clases.

Veía rostro conocidos, otros no que yo sepa y ahí estaban mis amigos Andrés, Kris, Celeste y Pablo; mis locos amigos.

- ¡Mark! todos decían al compás que me abrazaban.

La verdad es que estaba muy feliz de  verlos de nuevo.

- Hola amigos, ¿cómo están?

- Yo estoy bien- decía Andrés sonriente.

- Yo estoy excelente- decía Kris con un tono chistoso.

- ¡Nosotros estamos genial! espetaban Celeste y Marcos al mismo tiempo mientras sonreían.

- ¿Y tú Mark que cuentas?- me preguntaba Kris con un tono de ansiedad.

- Pues, nada nuevo Kris....... bueno.

- Buenooo -repetía Pablo como queriendo saber que detrás de ese “bueno” había algo que contar.

- Bueno, que Estrella se apareció este sábado y pasó por mi casa.

- ¡Queee! decían todos de manera exagerada.

Deteniéndose los que entraban en el aula, viéndonos como bichos raros, me disculpe y todos procedieron a terminar de entrar, ahí mismo venia el director, mis amigos se sentaron en los asientos que reserve; Celeste se sentaba detrás de mí y después le seguía Kris, al lado izquierdo se sentaba Pablo y detrás le seguía Andrés.

- Buenos días alumnos de 2do de bachillerato, para lo que no me conocen soy el director M.H y tenemos un nuevo profesor encargado de este aula y también será el profesor de matemáticas, antes de que el profesor designado a esta aula entre, les exigiré tanto a los antiguos como a los nuevos estudiante de esta respetada escuela respeto y disciplina o me veré obligado a tomar drásticas decisiones ¿¡Entendido!?

Todos los mirábamos con atención mientras todo respondía- ¡¡Si, Señor director!!

- Bueno, así me gusta. Ahora esperen un momento, enseguida vengo con el profesor.

Tras irse el Director, Celeste comenzaba hacer bromas de cómo podía ser el profesor de matemática. Mientras Pablo, Andrés, Kris y yo nos reíamos.

Vi de repente que venía el director y articule, -¡Chicos! ¡Chicos! Shhhh. Ahí viene el director.

Felipe

Estaba nervioso, no savia cómo reaccionar, al entrar no lo podía creer de nuevo, acaso Dios y el destino querían que este niño estuviera en mi vida, me quede en shock por unos segundos, pero pude volver en si tras ver que el director hablaba.

- Bueno estudiantes, este es el nuevo profesor encargado de esta aula y será el nuevo profesor de matemáticas.

Veía a todos los estudiantes murmurando y susurrando, el nerviosismo me invadía, pero también la emoción de saber que aquel niño de ojos grises iba a ser mi alumno.

Datos del Relato
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