*Eran las dos y cuarto de la tarde cuando llegué a la playa. Iba a ser una jornada bastante aburrida, porque iba sola, pero no me importaba. Lo bueno era coger moreno; asi que me armé de valor y me fui a la playa, que como era normal en estas fechas, estaba casi vacía... (exceptuando algún que otro guiri que tomaba el sol al otro lado de donde yo me coloqué).
Como hacía topless y me gustaba la intimidad, me alejé y me refugié entre unos cañizos que cortaban de paso el aire. Me acomodé, me desnudé y me dispuse a comerme el sandwich y mi manzana. Cuando acabé me tumbé rociándome antes por toda mi piel con aceite bronceador. Mientras me repartía el aceite por las tetas, imaginé que rico sería que fuesen otras manos y no las mías, pero ni modo, estaba sola en esa playa. Asi que me coloqué deseosa de coger sol en mi carita y en mi pecho...
*Estaba concentrada en mis pensamientos cuando mi mente voló hacia lo más erótico de mi alma y deseé que alguien me estuviese follando en ese momento, ahí, en la misma arena de la playa solitaria... y claro, una no es de piedra, así que comencé a notar como mi coño empezaba a arder y a mojarse... Estaba tan sumamente motivada en mi calenturienta imaginación que olvidé que me encontraba en la playa...
*Un hombre desconocido se acercó hasta mí y al verme tan abierta y tan necesitada de compañía se decidió a abordarme. Fué algo muy extraño... porque ni siquiera sentí miedo, sólo necesitaba sexo, necesitaba una buena polla que me hiciera aplacar ese calor que me estaba matando... asi que me relajé y dejé que hiciera a su antojo.
Lo primero que hizo fué agacharse ante mí y comenzar a lamerme lentamente desde las piernas hasta mis muslos... repasando cada milímetro con sus manos, desatando en mí un fuerte deseo... Cuando llegó a mi coño, comenzó a besarlo por encima del bikini, haciéndome gemir de deseo. Luego siguió subiendo hasta llegar a mis grandes tetas las cuáles comenzó a masajear con esas grandes manos que parecían maestras para despues llevárselas a la boca y mamármelas de una forma salvaje y excitante. Notaba como mi bikini se empapaba con mis jugos e inconscientemente llevé mis dedos hasta mi coño para acariciarlo mientras él seguía comiéndome bien rico mis tetas. Tras esa maravillosa mamada, el tipo me besó con lentitud jugando con mi lengua mientras que apoyaba todo su cuerpo sobre el mío... Cuando noté su gran polla acercándose a mi mano quise cogerla y llevármela a la boca, pero no me permitió moverme, parecía estar muy decidido en lo que me iba a hacer, así que obedecí como una gatita sumisa... Con su mano me apartó el bikini a un lado, y me metió la puntita dándome un gusto rico y sabroso... me quería morir, quería gritar pero ni las palabras me salían de la boca... porque él se centraba de nuevo en jugar con mi lengua para no dejarme protestar.
*Acto seguido comenzó a follarme rico pero muy lentamente, haciéndome suplicar en el más profundo de los deseos; su polla era gorda y estaba bien dura y sus folladas cada vez iban subiendo en intensidad, haciéndome gemir de excitación y haciéndome abrir al máximo para recibirle lo más que podía... Tras hacerme correrme de gusto una vez, comenzó a acelerar más sus folladas en mi coño, sin importarle lo más mínimo que yo estuviese servida. Ahora quería correrse él, quería disfrutarme rico y no quería que nadie le molestase. Así que cuando el ritmo fué tan frenético y salvaje que los gritos comenzaron a salir de nuestras bocas, él me miró a los ojos e introdujo uno de sus dedos en mi boca, haciendo que me lo tragase yo simulando que se tratase de su propia verga. Su rostro era de pura excitación, ver como devoraba su dedo entre mis labios era una fuente de inspiración muy ardiente para que me follara más rico, así que seguí provocándole así y conseguí que se corriera en mi coño de forma glamurosa...
*Se dejó caer encima de mí abatido, rozándose con mis tetas, sin querer sacar su polla de mi caliente coño, sin querer tener que irse y dejarme allí a medio servir... pero no había otra cosa que hacer. Tenía que irse y así lo hizo. Él desapareció...
*Cuándo abrí los ojos, no había ni rastro de ese hombre y yo seguía tal y como me había quedado... eso si, estaba muy caliente y muy mojada y el bikini estaba echado un poco hacia el lado... Me reincorporé y miré a mi alrededor. La playa seguía vacía y mi hombre misterioso había desaparecido sin dejar rastro...
Lolita.
(Una paranoya, lo sé...)