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Sin encontrar trabajo en mi ciudad, viaje al sur donde me coloque a trabajar de obrero en una constructora. Mi sueldo era el mínimo y apenas me alcanzaba para pagar una pequeña pensión y subsistir.
Pasó el tiempo, conocí una muchacha tan pobre como yo y luego de un año, para ahorrar algo de dinero y formalizar nuestra relación, terminé viviendo con ella y su madre en una media aguas a las afueras de la ciudad.
La modesta casa apenas tenía dos cuarto y ni siquiera puertas en el interior, si no que cortinas que daban algo de privacidad. Por lo mismo, nuestra intimidad era mínima. Teníamos que follar cuando mi suegra no estaba o hacerlo de noche, pero en silencio, muy tranquilos, sin meter mucha bulla. Al principio todo iba bien, pero luego de un tiempo, esa falta de fogosidad en nuestras relaciones, nos fueron generando problemas.
Con mi suegra no tenía mayores problemas. Mujer trabajadora, 53 años, robusta, de rostro arrugado por tanto cigarro, alegre , pero con un carácter muy explosivo cuando peleaba, para nada atractiva, aunque tenía una tremendas tetas que siempre me llamaron la atención. Era una mujer muy liberal, nunca se casó, del padre de mi novia nunca se supo. Solo tenía un viejo camionero que aparecía cada uno o dos meses, le pegaba unas cachas a mi suegra y se quedaba a dormir en la casa. Fueron justamente estas visitas las que me hicieron ver a la madre de mi novia con otros ojos. A pesar de que ellos también fornicaban de manera silenciosa, claramente se escuchaban los sonidos de la vieja cama y uno que otro gemido que se les escapaba, dejándome prendido imaginándome a mi suegra culeando en el cuarto del lado.
Esa vieja mujer, de tetas grandes y caídas, culo enorme y prominente barriga, poco a poco comenzó a ser víctima de mis morbosas miradas, imaginándomela follando. ¿Sería caliente? , por su forma de ser y su carácter se me imaginaba que si, franca para decir las cosas, seguramente en la cama exigía lo que le gustaba. Todo eso, aparte de que al estar viviendo con ella y la poca intimidad de la casa , muchas veces la vi cambiándose ropa o sentada en el baño, cosa que para ella era algo completamente natural, pero que a la larga fueron sembrando deseos miradas obscenas. De igual forma, ella también muchas veces me vio en la misma situación y tarde o temprano, por esa falta de intimidad y falta de sexo de ambos, que se comenzó a gestar un mutuo interés entre nosotros.
Bromas , indirectas , toqueteos casuales en la pequeña casa, que evidenciaban mi interés por ella y a la vez un cierto deseo de parte de ella hacia mi, hasta que un día en que nos encontrábamos solos, todo cambio.
Fue una tarde cualquiera, su hija se encontraba en su trabajo , ( trabajaba en un restaurant de la ciudad) , ambos solos , sentados en el viejo sofá vendo televisión. Ella usaba un delgado vestido, que de tantas lavadas , ya transparentaba toda su ropa interior. Me tenía caliente esa tarde mi suegra, se me iban solo los ojos a sus gruesas pernas y a ese generoso escote que mostraba sus abundantes tetas. La visión inevitablemente hizo que mi verga se parara y a diferencia de otras muchas veces , esta vez no la oculté, mostrando un generoso bulto a través de mis pantalones cortos.
Mi suegra, al poco rato se dio cuenta de mi erección y como no es para nada tímida , de inmediato hizo un comentario al respecto
- parece que te dio hambre
- ¿Por qué lo dices?
- Como que porque lo digo .. tremenda carpa que levantaste
- Ahhh disculpa … (colocándome un cojín sobre esta, pero sin darle mucha importancia)
- Algo me dice que voy a tener show a la noche
- No creo .. anda medio idiota tu hija
- Tiene su carácter … o quizás que hiciste tu
- No .. yo nada … es un tema de cama nada mas
- Ja ja … ¿no estás funcionando?
- Yo .. no .. ja ja .. al contrario, entrego más de lo que recibo
- Ufff que te tienes fe
- Pero es verdad suegritaa … yo ando caliente todo el día
- Y la María no … ¿no te da todos los días?
- Si, pero quedo con hambre …
- ¿Por qué?
- Sabe suegra .. ¿le digo la verdad?... tengo unas ganas de pegarme un polvo , pero bueno, con cuatica , con gritos , gemidos , poses , hacer tira la cama y hace rato que no me pego uno, eso pasa.
- ¿por mi supongo?
- Si … yo le agradezco harto que me aloje en su casa .. pero lo otro es verdad, obviamente a ud ni a su hija la culpo, es lo que nos toca no mas .. pero igual ando con esa espina clavada
- Mmmm que mala … pero te encuentro toda la razón , a mi también me gustaría uno bueno, bueno, pero con la cagá de casa , no se puede meter mucha bulla
- ¿también le pasa lo mismo?
- Peor que a tí .. tu puedes pisar cuando quieras , o cuando te den la pasada, a mí me toca una vez cada dos meses , ando entera de caliente y después no puedo ni quejarme
- Peor todavía
- Podríamos hacerle empeño de comprar unas puertas
- Heee … no sería mala idea
- ¿verdad? .. hay unas usadas por ahí que venden y tu podrías colocarlas, no creo que salgan tan caras
- Encantado se la coloco suegra
- Ja j aja …. Estamos hablando de la puerta ja ja ja
- Si po’ obvio ..
- Esa seria una solución buena
- o que Ud se mande a cambiar y nos deje solo , y cuando vega el viejo nosotros salimos a dar una vuelta
- Ja ja ja … también puede ser
- Aunque el viejito no creo que le de abasto para la calentura de dos meses
- No .. si igual se la puede … no tanto como yo quisiera, pero que le vamos hacer
- Si lo estruja estando nosotros al lado .. estando sola lo mata al pobre anciano
- Ja j aja … en una de esas si .. ja ja ja ¿oye , me estas tratando de caliente?
- No .. pero se me ocurre que si
- Ja ja .. ¡ sin respeto no mas!
- Tendría que buscarse otro viejito mientras tanto
- Ja ja … otro viejo , no , ni tonta uno joven mejor, uno más cumplidor
- Sin ofenderse , se me ocurre que debe ser buena para la cama ud suegra
- Yo creo que si .. la verdad a mí me gusta la guea .. me encanta , por mi culiaria todos los dias
- Pucha suegra … no me diga eso , ¿no ve que ando caliente y ud me dice que esta falta de pico?
- Ja ja .. pobrecito …
- Le cuento algo .. mas encima la conversación me calentó más aun
- Ehhh a mi también , mejor cambiamos tema
Un largo silencio, pero en la mirada de m suegra se vislumbraba un deseo prohibido, quizás ella al igual que yo estaba pensando que entre ambos podríamos dar solución a nuestro problema.
- No me va a quedar otra que correrme una paja no mas
- Pucha , estamos igual
- ¿verdad?
- Si … si no fueras la pareja de mi hija, de seguro te hubiese propuesto algo para relajarnos
- Ufff .. con lo caliente que ando … de mas que le digo que si
- ¿Así de gorda como estoy?
- Pero con mucho respeto … con esas tetas que se gasta suegra … quien le diría que no
- Ya cortémosla mejor , que nos estamos puro calentando no mas con la conversación
- Seguro .. mire como me puso
- Ohh que eres degenerado .. mira que soy tu suegra ja ja ja
- Pero que quiere que le haga , es algo natural
- Si , pero tápatelo, no andes provocando
- Ja ja .. era para que viera no mas
- .. mira nada mas … que terrible .. ambos así y no podemos hacer nada
- Ehh . que mala …
- Por ultimo .. no , calla mejor Maruja que te puedes arrepentir
- ¿Que tiene en mente suegrita?
- Nada .. algo
- ¿Como algo?
- Por último algo
- Algo como que …
- Algo poco … si quieres … quizás
- Que tiene en mente suegrita, mire que me está interesando
- Ya .. si queires no mas … te puedo ayudar
- Mmm interesante y cómo?
- Ya estamos viejos para estar a pajas … ¿o no?
- ¡Claro!
- Te puedo ayudar a correrte una pajita para que no estés tan acumulado y de paso , vitrineo un poco
- En serio ….. ya po’
- Ya po’ .. ¡pero de esto ni una palabra!
- Como se le ocurre suegrita .. una paijta me vendría como anillo al dedo
- Ya .. algo piola , rapidito y en secreto
- ¡Ya!
Ya agarrándome la verga por sobre mi pantalón, veía la mirada ansiosa de mi suegra, atenta a mis movimientos, a la espera de que mi virilidad saliera de su envoltorio. No la hice esperar más y corriéndomelo hacia un lado, saque toda mi venosa y dura estaca, dejándosela expuesta ante los ojos de mi suegra.
- UHF.. ¡Dios mío santo .. que tranca te gastas!
- ¿Te gusta?
- Que tonta pregunta … me sorprendiste …
- Mmm que bueno
- Ya .. veamos que puedo hacer para relajarte
- Ohhhh .. que rico.
Mi suegra me la toma y me la comienza a jalar suavemente , bajando la piel hasta lo más abajo posible para luego volverla a subir reiteradamente, sin perder de vista lo que tenía en sus manos.
- Ufff.. que grande ….
- Mmm si le gusta es suya
- Ohhh mira nada más ... qué suerte tiene mi hija …
- Cuando guste se la presto
- Qué barbaridad ... ¡que verga había en la casa y yo a puras pajas!
- Porque Ud. quiere no mas suegra ... yo encantado se la pongo
- Lo sientohija mía ,pero tengo que probarla
- Dese el gusto suegrita….
La cabeza de m suegra se agachó y se la tragó por completo. Ahí me encontraba yo, sentado en el viejo sofá, con la cabeza de mi suegra entre mis pernas, engulléndose m verga.
Mientras lo hacía, su enorme culo a mi lado, y si ella me estaba comiendo la verga ¿cómo no me dejará pegarle un buen agarrón? , a si que sin decir nada, descaradamente le empecé a sobar el culo, mientras ella se deleitaba con mi verga en su boca.
Un buen rato y sus mamadas no cesaban. Me decía a cada rato, con ella aun en la boca, que hacía mucho tiempo que no se comía algo tan grande, que la tenía grande, que la tenía dura, que la tenía rica etc. Hasta que le dije que no hueviáramos mas y que nos pegáramos una buena cacha y nos sacáramos de una vez las ganas.
Sin besarnos, ya que quizas por ahí estaríamos pecando (cosas extrañas que uno piensa), la levante del sofá y nos comenzamos a desvestir. Su delgado vestido quedo tirado por ahí, dejándola en una ropa interior para nada sexy. Un calzón de vieja enorme de color carne, y su brasier de otro color, también enorme para poder contener sus enormes chichotas. Rápidamente me fui contra ellas, sacándoselas por debajo, desparramándole las tetas a la vieja y de inmediato chupándoselas desesperadamente. Que par de tetas tenía mi suegra, enormes , de pezones chicos y aureolas gigantes. Se las chupe con ganas , nada que ver con las pequeñas tetas que tenía mi nova, mientras ella se llevaba las manos hacia atrás y se desabrochaba esa prenda liberándolas de su prisión.
Sin mucho preámbulo, le baje de una esos enormes calzones de vieja, dejando a mi suegra completamente desnuda. Estaba gorda, quizás para muchos que no les gustan las maduras gordas, poco deseable, pero no me importaba. En ese momento era un tremendo mujeron con el que saciara mis deseos.
La di vuelta, la hice ponerse sobre el sofá, dándome la espalda. Le agarre el culo a mi antojo, separándole las blandas y enormes nalgas , metiéndole los dedos en su mojada concha , para luego apuntarle mi verga y enterrársela hasta lo más profundo de su ser.
Mi suegra gemía de placer pidiéndome mas y mas, “más adentro”... “mas adentro” es lo único que pedía y yo con mi mejor esfuerzo trataba de complacerla. Una y mil veces mi verga entro y salió de la mojada concha de mi suegra, follandola como un animal, saciando todas mis ganas acumuladas con ese gordo cuerpo. Se la dejaba enterrada hasta el fondo y le amasaba las tetas fuertemente sacándome las ganas acumuladas de tanto tiempo de desearlas. No daba crédito a lo que en ese pequeño cuarto estaba sucediendo. Esa mujer madura, madre de mi novia, que se levantaba al amanecer todos los días para ir a trabajar en la feria, con sus manos duras, su carácter fuerte, ahí estaba doblegada a mis deseos, disfrutando de sentirse llena de verga como hacer rato no le daban.
Luego cambiamos de posición, yo me senté en el sillón y casi instantáneamente mi suegra se sentó sobre mí, con sus piernas a cada lado de m cuerpo, colocándome las tetas en la cara y bajando y subiendo enterrándose toda mi herramienta.
Nos teníamos ganas hace rato. Hace rato que nuestras conversaciones iban dirigidas al sexo y a un posible encuentro fantasioso. Toqueteos casuales que solo hacían presagiar lo que se venía. Con todo el peso de esa gruesa mujer encima, no podía ni moverme. Solo permanecí sentado, sintiendo la fuerza de esas grandes carnes chocando contra mi cuerpo, sin dejar de chuparle las tetas y manosearle su enorme culo una y otra vez.
Un nuevo cambio de posición y mi suegra con las piernas abiertas sobre el viejo sofá. Toda su pelambrera ahí, completamente expuesta ante su yerno. No dude ni un segundo y en tal posición, mi cabeza entre sus piernas, le lengüeteó toda su concha , sacándole suspiros de placer, haciéndola estremecer, metiéndole la legua lo mas adentro que podía, incluso uno o dos dedos ayudándome a darle placer. La hice gozar como una perra en celo, casi al punto de hacerla acabar. Luego a follarla nuevamente, de espaldas en el viejo sofá, sus piernas abiertas y yo entre ellas, con grandes gemidos recibía mis bruscas embestidas gimiendo como s la estuviera asesinado.
Por una media hora al menos le di con todo a mi pobre y necesitada suegra, la que termino confesándome que a veces se masturbaba escuchándonos a mí y a su hija follar en el otro cuarto, y que muchas veces se imaginó estar asi conmigo. A las finales terminamos en la misma posición, que al parecer era la más placentera para ella , yo sentado en el sofá y ella montada sobre mí, moviéndose rítmicamente de arriba abajo, hasta que anunció que se corría. Entre grandes gemidos mi suegra comenzó a acabar monstruosamente, golpeándome con sus tetas la cara y el pecho, gritando de placer al mismo tiempo que yo , ya sin poderme aguantar más, le llenaba su viejo coño de leche. Fue un orgasmo terrible y que duró varios minutos, incluso más tarde ella me confesó que habían sido dos seguidos.
A las finales quedé enterrado en el sofá con todo el peso de mi suegra sobre mí, ambos completamente transpirados, con mi cara saturada de tetas y con falta de respiración.
Nos vestimos y arreglamos el cuarto que había quedado todo desordenado y hediondo a sexo. Nos lavamos, echamos algo para el olor, riéndonos y luego conversamos ya mas tranquilamente de lo mucho que lo habíamos disfrutado, de las ganas que ambos nos teníamos y haciendo una estrategia para poder disfrutar nuevamente, siempre y cuando no corriésemos ningún riesgo que su hija nos pillara.
Fueron meses de estar follando con ella cada vez que podíamos. Era una mujer insaciable, terriblemente caliente, siempre abierta a recibir mis caricias, siempre dispuesta a chupármela donde fuera. No paso ni una semana y ya mi leche terminaba directamente en su boca, la que se tragaba como si fuera el más exquisito manjar. Una y otra vez sus tetas fueron deleite para mis labios y su culo ya no tenía ni un centímetro sin recorrer.
Su concha se deleitó con mis chupadas y en más de una ocasión no aguantó las ganas de acabar ahí, y lo hizo, mojándomela con abundantes líquidos, cosa que a ella le fascinaba, la descolocaba y después, a pesar de haber acabado y estar satisfecha, igual se preocupaba por que yo disfrutara de una buena sesión, dejándome terminar en la pose o en el lugar que yo quisiera.
Fue una de las mujeres más calientes que he conocido en toda mi vida. Me encantaba follar con ella, culeaba mucho mejor que su hija y que muchas de las que he conocido. Todo iba de maravillas, mi vida sexual era excelente, con una curvilínea mujer de 29 años a mi lado, y con una madura y ardiente amante dentro de la casa, satisfaciendo a las dos, aprovechando los turnos de mi novia para dar rienda suelta a nuestros más morbosos deseos, quedando bañados en traspiración y completamente satisfechos. Todo bien, hasta que una tarde, en que estábamos en su cuarto, mi suegra en cuatro patas y yo dándole con todo por el culo, la cortina del cuarto se abre y vemos el rostro desfigurado de mi novia.
Quedó la cagada, una lluvia de golpes, gritos, hasta entró a la cocina a buscar un cuchillo para filetearme. Tuve que salir corriendo de la casa casi en pelotas. Más tarde volví a ver si se habían apaciguados las aguas y nada, otro show, y nuevamente me amenazó con matarme, por lo que esa noche tuve que dormir en la casa de un colega. Al otro día volví, toda mi ropa había sido quemada en el patio de la casa, sabiendo que jamás me perdonarían, me fui con lo puesto y emprendí viaje a mi ciudad natal, sin siquiera poder despedirme de mi querida suegra.
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