~~Todo comenzó después de romper con mi pareja que estás un tiempo descolocado y no sabes muy bien por donde tirar, aparte de tener amigas y follamigas pues se busca experiencias nuevas que de alguna manera te hagan sentirte bien y no pensar en otras cosas.

Por aquella época yo chateaba bastante con muchas mujeres en diferentes chats, tanto a nivel nacional como internacional y en uno de esos chats de fuera conocí a una chica de San josé capital de Costa Rica.
 Se llamaba Mila y era un encanto de mujer tanto físicamente como de personalidad, a menudo nos conectábamos por la web cam y aparte de hablar nos veíamos de cuerpo en ocasiones entero y otras veces la cara sólo.

~~Llegó un momento que cogimos tanta confianza y creo que tanta afinidad que sólo chateaba con ella siempre que podía y como no podía ser de otra forma, al final tuvimos hasta ciber sexo.

Después de varios meses de conocernos a fondo...decidimos poner otra marcha más en la relación y conocernos en persona, por lo que en verano que tenía vacaciones en el trabajo decidí ir a verla a Costa Rica.
 Dicho y hecho, saqué un billete para San José y allí me fui un día entre semana.
 Llegué al aeropuerto con una diferencia horaria considerable con España por lo que estaba muerto de cansancio, nada más llegar al aeropuerto cogí un taxi y me fui directo al hotel a descansar y como era de noche pues llamé a Mila y quedé con ella al día siguiente.
 Al día siguiente de mi llegada, desayuné en el mismo hotel y la llamé para vernos.
 Mila me dio la dirección de un pequeño resort en la playa que estaba muy bien para tomar una copa y pasar un buen rato juntos.

~~Nos dimos un abrazo muy efusivo y a continuación un morreo que hizo que me empalmara nada más llegar.

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¡Comenzaba bien la mañana!

Estuvimos mucho rato conversando sobre nuestras vidas, gustos, aficiones, cosas personales, etc.

~~Entre risas, copas y algún beso que otro, nos calentamos un poquito por lo que decidimos ir hasta su casa que casualmente estaba a una media hora del resort donde nos encontrábamos y me dijo que ese día sus padres no estaban por motivos laborales por lo que podíamos permanecer allí hasta el atardecer.

Una vez en su casa me la enseñó, era un casa ajardinada con una pequeña piscina, jardín y por supuesto cerca de la playa, era el típico chalecito cerca de la playa que tendríamos en España, estaba muy cuca la verdad.
 Una vez allí salimos a la terraza y me hizo un cóctel caribeño y puso música del país.
 Empezamos a bailar muy pegaditos y pasados unos minutos yo iba con una moto bailando con aquella hembra de 25 años, morena, de piel café, unos senos increíbles y un culo prominente y duro.

Estaba tan cachondo que comencé a desnudarla lentamente y me quité mis bermudas de playa, directamente la agarré d ella mano y me la llevé hacia la piscina, allí como no nos veía nadie ya que estaba rodeada de árboles y plantas tropicales, comenzamos a besarnos apasionadamente dentro del agua hasta que al final se puso encima de mi y empezó a follarme como una loca.

Sentía esa fuerza natural de las mujeres caribeñas cuando hacen el amor, los dos gritábamos de placer y nos corrimos sin más...
 Nos abrazamos y pasados unos minutos no dejamos más tiempo, la puse en el borde de la piscina y comencé a chuparle sus tetas y clítoris rasurado hasta que me pidió que la penetrara salvajemente, así lo hice la abrí de piernas y le introduje mi pene erecto dentro hasta que la embestí como veinte veces contra la pared me dijo:

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¡Cariño dame por detrás!
 ¡Lo que tú digas mi vida!

La puse contra el borde de la pared de la piscina, en la esquina y allí se la metí por detrás de golpe hasta los huevos, la cogí por el culo y sus tetas mientras me pedía más...
 Llegó un momento que no aguantábamos más y volvimos a corrernos al mismo tiempo, por supuesto dentro de ella porque sabía que tomaba pastillas anticonceptivas.

Comimos, echamos la siesta y por supuesto no paramos de echar polvos durante toda la tarde hasta que regresé al hotel.

No sólo los ocho días que permanecí en Costa rica me dediqué a hacer el amor con Mila, si no que recorrimos los parajes más bonitos de la ciudad, visitamos restaurantes, playas, discotecas, etc, etc, lo pasamos de lujo y por supuesto hicimos el amor tanto al aire libre, en zonas donde podíamos hacerlo obviamente como en mi hotel, donde no paramos ni un segundo de follar como adolescentes con las hormonas revoltosas.

Fueron días intensos sexualmente hablando, donde aparte de conocer un país exótico y lleno de encanto, me enamoré de Mila y hoy en día después de dos años seguimos juntos y vivimos en España donde trabajamos, por supuesto en vacaciones solemos ir a pasarlas a Costa Rica donde recordamos con mucho cariño aquellos momentos pasados allí e intentamos pasar momentos tan gratos como los allí vividos.

Cogí un taxi en el mismo hotel y me llevó a dicho resort, una vez allí pasé dentro y pude comprobar de primera mano que bellezas había en aquel precioso país, no paraban de mirarme ya que era europeo y la verdad no estoy nada mal a mis 33 años...
 Yo me volvía loco mirando culos, tetas, caras de ángel y no paraba de sonreírme con todas, pensaba en mi cabeza lujurienta que me iba a hinchar a follar en aquellas remotas tierras.

Entré a la cafetería del resort y allí estaba Mila, ataviada con un pareo de flores y debajo un bikini espectacular que le marcaba un espectacular cuerpo caribeño que me empezaba a poner cardíaco del todo.