La noche caía, en mi cara y hombros sentí como el viento refrescaba el calor del verano. Estábamos sentados en una banca de un parque lleno de árboles, se escuchaban las aves cantar y junto a mi estaba ella una hermosa y linda niña de apenas 18 años. Tenía el pelo rizado, los ojos enormes y verdes, la tez morena, la boca pequeñita y una voz que perdería a cualquiera a quien le llamase amor.

Busque su mirada y cuando nos encontramos de frente me acerque, tome su barbilla con una mano y la acerque a mi para besarla. Sentí una corriente fría y algún líquido en mi cara trate de ver lo que ocurría pero tenía tapados los ojos con alguna tela, había estado soñando con Nicolasa de nuevo.

¿Pero como llegue aquí? ¡Y diablos! Estoy amarrado de pies y manos. Creo recordar que estaba en una fiesta y tome algo con sabor extraño, debió ser la maldita perra de Karla Pérez.

-Suéltenme ya- Grite en dirección de las voces que escuchaba. Percibí que encendieron la luz pues la gasa que cubría mis ojos traslucía algunas siluetas.

Una horrible y chillona voz espeto- No te iras de aquí hasta que cojamos-

-Lárgate, deja que me suelte y ya veras lo que te haré.-

-Hazme lo que quieras papacito que a eso vine.-

Sentí como un gordo y pegajoso cuerpo se me encimaba, la cama era pequeña por lo que tuvo problemas para acomodarse, sus manos me sobaban torpemente pero a pesar de mi desagrado el miembro respondió al manoseo.

-Ya déjalo.- Escuche otra voz, eran dos las que me mantenían preso, en un descuido la que estaba sobre mi se elevo, supongo que para montarme y eleve mis rodillas lo mas fuerte que pude. Golpee su espalda y la hice caer de la cama, se levanto rápidamente y me golpeo la cara.

-Estúpida.- Le grite, solté mi mano izquierda y la lance sobre su cabeza, pero la otra mujer la detuvo con todo su peso sobre la cama.

Ya no pude más. La mujer logro al fin montarme, abrió los labios de su gorda vagina y se dejo caer a madres sobre mi palo. Comenzó a subir y bajar lo hacia con tanta fuerza que creí que la pequeña cama no nos aguantaría a los tres. La desgraciada se vino tres veces así montada. Yo no aguantaba más, ellas se dieron cuenta y la que me tomaba la mano me soltó, yo aproveche para quitarme la gasa que cubría mis ojos y las pude ver eran horrendas y viejas a una la reconocí como la tía de Karla a la otra no la conocía.

Estaban ambas sobre mi verga ansiosas de mi venida, la tía era las más golosa pues no daba oportunidad a su amiga de que pasara ni siquiera la lengua sobre mi palo. Apretaban el tronco tan fuerte y sus manos estaban tan calientes que sentí mis huevos cargarse al máximo la lengua de la tía trabajaba muy bien presionando el glande desde la base donde se divide el escroto y la capucha y al fin explote, me senté para alcanzar a la gorda con mi mano y sumirle la verga hasta lo profundo de su garganta, casi se le salen los ojos a la cabrona pero no opuso resistencia, la solté para que compartiera con su amiga un sorbo de mis chorros las muy putas se besaron y compartieron la leche que aun tenía la tía de Karla en su boca. Aproveche que las muy lesbianas disfrutaban del rico extracto de hombre para soltarme. De un salto llegue a una silla junto a la puerta y me puse rápidamente mis pantalones aproveche y les di un patadón a las dos y voltee a la puerta para salir corriendo. Se nublo mi vista de nuevo solo sentí un fuerte golpe en la cara y una voz que me llamaba.

-Toño.-

-Toño.-

Diablos, se me hacia tarde para ir a trabajar todo era un sueño un maldito y sucio sueño dentro de otro que era muy hermoso.

Gracias amigos. Critíquenlo muy duro. Respeto todas las opiniones sobre todo, las de los experimentados escritores de esté magnífico portal.

Pronto les mandare otro relato ah y todos serán de experiencias reales con excepción de los cambios de nombres.