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"Aunque soy un macho hetero 100% disfruté con una experiencia con tres hombres durante mi estadía en Guayaquil"
Lo que ustedes van ha leer a continuación no es un relato ficticio sino una experiencia real que viví durante mi estadía en la hermosa ciudad de Guayaquil, en el Ecuador, es importante aclarar que soy un hombre completamente heterosexual, o al menos así lo había considerado toda mi vida, hasta que conocí a tres jóvenes guayaquileños con quienes tuve una larga sesión de sexo y experimenté sensaciones que nunca antes había conocido con mujeres. Antes de pasar al acto sexual propiamente, considero que debo darles primero una introducción de los hechos y me encantaría conocer sus opiniones al respecto:
Mi nombre es Pablo, soy un hombre hetero nacido en Buenos Aires, Argentina; pero de origen italiano por parte de mi papá y austriaco por el lado de mi mamá. Tengo 27 años, mido 1, 85 y peso 180 libras bien distribuidas, sobre todo en mis piernas y glúteos porque soy aficionado al fútbol desde los 12 años de edad. Soy chef y tengo un programa de televisión muy cotizado.
Me considero un hombre atractivo y bien parecido, tengo una suerte loca con las mujeres quienes constantemente elogian mi cuerpo porque soy muy atlético y bien formado.
Resulta que viajé a las Islas Galápagos de Ecuador y una vez que llegué a la isla Santa Cruz que es la isla base desde la cuál los turistas viajamos al resto de islas para conocer este espectáculo natural sin precedentes en el mundo, me hice amigo de una chica francesa que comía en la mesa junto a la mía en el restaurante de comida italiana al que fui dos noches antes de terminar mi estadía en ese paradisiaco lugar. Muriel, como se llamaba mi amiga, era sumamente abierta como buena francesa y sin complicaciones pasamos la noche juntos, tuvimos sexo y compartimos momentos muy agradables pues era muy simpática. Ella viajó junto a mi de retorno al continente y ya en Guayaquil, me preguntó si había probado el cebiche que preparaban en esta ciudad, yo le dije que alguna vez estuve en Perú y me hicieron probar el cebiche que ellos preparan allá, y la verdad no me gustó mucho que digamos pero ella me explicó que el cebiche que preparan en Guayaquil es completamente diferente que el que preparan en Lima, pues el limeño se sirve sobre un plato tendido, es muy ácido y picante y carece de líquido, en cambio, el cebiche de Guayaquil, se sirve en recipientes hondos porque contienen muchos líquidos, en los cuáles radica su sabor y la diferencia, además no es ácido, no posee picante de manera que bloquee el sabor de los ingredientes básicos, y su sabor es completamente delicioso, además que la variedad de ingredientes para preparar los cebiches ecuatorianos no tiene fin, puesto que pueden ser de pescado, camarones, langostinos, pangora, cangrejo, pulpo, jaiba, conchas, mejillones, ostras, Spondylus, etc, ya que el mar ecuatoriano es rico en una amplia variedad de especies. Acepté ir a un típico restaurante de comida guayaquileña, el lugar es muy sencillo y se llama como su dueño: “Marcelo”, está ubicado en el centro de esta enorme y moderna ciudad y una vez ahí, y cargando aún nuestras mochilas de viaje, nos sentamos a comer. Muriel pidió un cebiche mixto, de camarón y pescado y a mi me recomendó el mozo lo que llaman: Viagra natural, una combinación de todos los mariscos, que prometía generar un furor sexual nunca antes visto. Como este comentario me causó gracia, acepté la recomendación y quedé fascinado con el estupendo sabor de este delicioso cebiche guayaquileño que lo acompañan de canguil o palomitas de maíz, maíz tostado y unos deliciosos patacones, que no son otra cosa que plátanos verdes fritos y machacados, lo que da como resultado unas rueditas crocantes con un sabor delicioso. La cerveza ecuatoriana también es extraordinaria y la mejor bebida con la que se puede acompañar este plato típico considerado bandera de la gastronomía guayaquileña.
Después de esta deliciosa comida nos trasladamos al hotel y nos registramos juntos para pasar unos días en Guayaquil y conocer la ciudad que es famosa en el mundo entero como La Magia del Pacífico Sur. Luego de ducharnos, Muriel y yo pasamos a la cama y tuvimos un sexo fenómeno, yo me sentía cargado de una energía sexual asombrosa y las sensaciones al penetrarla o al eyacular eran fuera de serie, inclusive, Muriel debió pedirme que parara porque ya nos habíamos pegado 3 palos y yo seguía con mi pene completamente erecto. Descansamos un poco, nos vestimos y volvimos a salir para pasear por la ciudad más grande del Ecuador, pasamos por el Parque Seminario al que también denominan el parque de las iguanas ya que cuenta con una numerosa población de este reptil inofensivo y gracioso que es el ícono de la ciudad, la gente los alimenta, se toma fotografías con ellos y son de lo más simpáticos. Luego fuimos al antiguo barrio de Las Peñas, donde se fundó la ciudad, es un pintoresco barrio antiguo en donde mantienen la arquitectura original de las casonas con notoria influencia francesa en su arquitectura, ahí terminamos en un bar fabuloso llamado “La Paleta”, el típico Pub inglés pero con un calor tropical incomparable, tenían las mejores bebidas, unos piqueos deliciosos y la música ni que decir, era la mejor música que había escuchado en los últimos meses, la verdad este lugar se lo recomiendo a todo el que visite Guayaquil. Nos hicimos amigos de un grupo de chicos que estaban sentados cerca de nuestra mesa, la gente en Guayaquil es muy abierta, amiguera y locuaz; estos muchachos guayaquileños eran muy atractivos, el más alto se llamaba Nicolás Lapenti, de 29 años, origen italiano, tenista profesional, con una talla impresionante porque media 1,97, tenía muy buen cuerpo, lo que más me llamó la atención eran sus piernas gruesas y el pompis, el otro se llamaba Gregory Garay, jefe de edición de Canal Uno de televisión, de baja estatura, moreno, noté que era algo gordito pero muy sensual, también tenía un pompis fenómeno buenas piernas, su cara era graciosa, de ojos rasgados y nariz respingona y me comentó que era de origen español y panameño. Finalmente, el otro chico se llamaba Eduardo Maruri, de 35 años, 1,80 presidente del club futbolístico más popular de la ciudad y además maratonista, los otros chicos lo llamaban iron man por su fama de participar en este tipo de maratones internacionales. Eduardo era también muy sensual y tenía un cuerpazo, pensé para mis adentros que yo normalmente nunca observaba si otro hombre era atractivo o no, que me pasaba? No podía explicarlo, solo se que mi pene se ponía duro de solo notar que sus jeans eran muy apretados y que les marcaba sus buenas figuras, veía disimuladamente los sendos paquetes que brotaban de sus entre piernas, en fin, yo me desconocía, pensé que seguramente aquel cebiche llamado Viagra, realmente me tenía muy cachondo, al punto que no solo me fijaba en las mujeres a mi alrededor, sino también en los hombres.
Formamos una sola mesa y nos integramos los cinco, ya al calor de los tragos, nos hicimos muy amigos y noté que los muchachos eran muy abiertos, muy divertidos y simpatiquísimos, Eduardo nos invitó a seguir con la farra o fiesta en su departamento y todos aceptamos, así que nos trasladamos en su auto hacia una zona residencial de clase alta llamada Samborondón, una vez en su departamento seguimos bebiendo y fumamos un poco, Eduardo era todo un lover, no perdía la oportunidad de piropear a Muriel y ella no se sentía incómoda para nada puesto que Eduardo parecía sacado de una película porno europea, de piel blanca, ojos muy azules y el pelo rubio rizado y muy corto, como el de un marine norteamericano.
Gregory, el moreno bajito dijo con una sonrisa pícara: bueno gente, yo ya estoy arrecho, que hacemos aquí en la sala?, porqué no vamos al dormitorio y nos ponemos cómodos? Eduardo enseguida dijo: buena idea! Y Muriel y Nicolás también estuvieron de acuerdo así que todos pasamos al dormitorio.
La cama era sacada de una película de Hollywood, era gigantesca, todos comenzaron ha quitarse la ropa y yo los imité, cuando ya estábamos desnudos nos fuimos acomodando sobre la cama en circulo para poder conocer nuestros cuerpos, Nicolás me dijo: Pablo: tu me ganas loco! Yo me fijé en su pene pero no noté mayor diferencia con el mío, ambos eran de características y tamaños muy similares y le dije: no creo, me parece que tenemos un empate, Nicolás se rió fuertemente y se puso de pie, me dijo; no te estaba viendo delante hombre, sino detrás, y a continuación se dio la vuelta para mostrarme el culo masculino más monumental que jamás había visto en mi vida! El resto rió mucho y me pidieron en coro que me pusiera de pie y lo muestre también, esto me hizo sentir extraño pero les seguí el juego y se los mostré, todos gritaron: que bestia! Tu culo es tan bueno como el de Nico!, me sentí un poco incómodo y les dije; pero bueno che, ustedes son maricas o que? Todos rieron con ganas y Gregory me dijo: en Guayaquil nunca establecemos ese tipo de diferencias loco, simplemente te dejas llevar, pero ahora yo quiero que me dejen probar carne francesa y abrazó a Muriel para luego darle un profundo beso con lengua y acariciar sus senos y el resto del cuerpo, ella por supuesto, no se quedó atrás y agarró el pene de Gregory maravillada porque era moreno y muy grueso, luego todos nos acercamos para besar y acariciar a Muriel y para cuando nos dimos cuenta nos habíamos fusionado los cinco cuerpos en uno solo, Gregory introducía su gruesa verga en el culo de la francesa mientras ella era penetrada por Eduardo, Nicolás y yo chupabamos cada uno de los pezones de la muchacha, la excitación me invadió de tal forma que mi pene se puso tieso, mi corazón latía fuertemente y dejé de preocuparme por los prejuicios, solo pensaba en culiar y culiar; actuábamos como por instinto sexual, cambiábamos de poses y mientras yo penetraba la vagina de la chica, Nicolás le lamía el ano, Gregory la besaba en la boca y Eduardo chupaba sus tetas enloquecido. Muriel tuvo sexo con cada uno de nosotros, experimentó tantos orgasmos como nunca en su vida lo hubiera imaginado e hizo que cada uno de nosotros eyacularamos en su vagina, en su culo, en su boca y en sus pechos. No se cuantas veces lancé chorros de semen y mi pene ya parecía una bazuca, pero lo que si se es que me quedé dormido y no supe nada sino hasta que volví en mi porque sentía algo rico y novedoso en mi cuerpo, al abrir mis ojos vi entrar luz del sol por la gran ventana de la habitación y entonces me di cuenta que aquella sensación tan rica venía de mi pene, levanté la cabeza y vi que Nicolás, el enorme y fornido tenista estaba completamente concentrado mamandomelo con tanto frenesí que ni siquiera se percató que yo lo estaba mirando, lo extraño es que yo no hice nada para quitarle mi miembro de su boca, ni me levanté de la cama ni grité ni le di un puñete, y no hice nada de esto sencillamente porque lo que estaba sintiendo era algo tan delicioso que no quería dejar de sentirlo, era maravilloso porque su boca subía y bajaba lubricando todo el tronco de mi verga que por cierto estaba durísima! Una de sus manos me tocaba el ombligo haciéndome cosquillas mientras la otra acariciaba dulcemente mis testículos y debajo de mis bolas, en esa zona que todos llamamos la tierra de nadie, donde un hombre jamás debe ser tocado y ahora comprendo porqué, pues uno pierde el control por completo ya que yo no tenía ninguna intención de hacer notar que había despertado sino que lo dejé actuar libremente mientras que este experto mamador guayaquileño me trasladaba al séptimo cielo del placer sexual.
Cerré mis ojos y me dejé llevar, noté que a mis lados estaban los otros dos varones y la chica completamente dormidos, sólo el gigante de origen italiano, que por cierto lucía como un semental puesto que era enorme y fornido, tenía marcados los músculos del pecho, los brazos eran muy gruesos y sus piernas y el culo no tenían descripción lógica porque eran muy desarrollados, por un momento pensé como sería penetrar aquel culo guayaco tan grande pero mi cuerpo no me respondía, no podía moverme, solo quería permanecer en esa cama sintiendo las ricas mamadas que me estaban proporcionando, de repente sentí que estaba a punto de lanzar un chorro de semen puesto que la mamada que me daba Nico ya me tenía loco del gusto, pero no llegué a eyacular porque de pronto el mamador dejó de chuparme el pene y comenzó a pasarme su lengua por debajo de mis bolas hasta llegar a mi ano!, había agarrado mis piernas y las puso sobre sus hombros para levantar mi pelvis y chupar y lamer fuertemente mi culo produciéndome un cosquilleo bárbaro que me hacía estremecer, en mi mente me preguntaba ché, pero que te pasa? Este garañón te va a culiar ya mismo! Tenés que detenerlo! Dale un puñete al cretino! Pero eso es lo que decía mi cabeza, no lo que quería mi cuerpo puesto que se dejaba manipular al antojo del enorme tipo. Llegó un momento en que sentí que su lengua entró en mi ano y lubricó mi recto, sentí un corrientazo y mi cuerpo se estremeció con fuerza!, luego el puso cada una de mis piernas a los lados de su estrecha cintura y deslizó su pene dentro de mi suavemente y poco a poco, entraba y salía con una dulzura que me cautivo por completo, me dejé llevar, relajé mi esfínter y le permití que me cabecee por largo rato hasta que mi ano se estiró y su verga enterita logró entrar en mi culo y solo dejó sus enormes bolas colgando fuera de mi ano, ahí si estuve a punto de detenerlo pero cuando intenté levantarme sentí algo que no puedo describir: mientras Nico me culiaba, sentí que otra boca caliente y húmeda chupó la cabeza de mi verga, era Eduardo, el otro grandulón! que se había despertado y al ver que su amigo Nico me estaba penetrando decidió unírsenos en este acto sexual entre varones! Si antes sentí rico que Nico me lo chupe, ahora que tenía una verga dura enterrada en mi ano mientras me lo chupaban al mismo tiempo, aquella sensación se triplicó! Yo estaba conciente de que estaba teniendo sexo con dos machos iguales a mi, pero no se porqué no podía oponerme, no dependía de mi, es que tenía una excitación de locura! Sentía que el pene de Nico ingresaba hasta una parte clave en mi interior y presionaba mi próstata detonando una arrechera casi animal en mí! mi pene se endureció al máximo y esto era aprovechado por el iron man quien no dejaba de succionármelo de forma experta y maravillosa, la verdad es que ninguna hembra me había mamado de esta manera, yo comencé a gemir excitadísimo, y sin poder controlarlo, exploté en un mar de semen caliente dentro de la boca de Eduardo quien cuando sintió este fluido espeso en su boca no dudó en tragárselo todo e intensificar la succión haciéndome gritar de gusto hasta que me sacó la última gota de leche. Al terminar note que mis gritos habían despertado a Muriel y Gregory y los dos culiaban a un costado de la gigantesca cama mientras que yo veía estrellitas a mi alrededor luego de haber eyaculado gracias a lo que me hicieron Eduardo y Nico.
Eduardo y Nicolás se acostaron a cada lado de mí y me preguntaron como me sentía, yo les dije la verdad, que nunca había hecho algo así y que la verdad fue algo nuevo para mi pero que me encantó! Los dos hombres me besaron en la boca y en mi pecho como agradeciéndome que les haya permitido hacerme eso, yo también los besaba correspondiendo a sus carisias y a sus estímulos, era como si nos conociéramos de toda la vida y como si este tipo de cosas las hiciera yo todos los días. Creo que me sentía tan bien que quería agradecer a este par de hombres enormes devolviéndoles sus besos y caricias.
Por más que lo analizo, no logro comprender que ocasionó que yo haga lo que hice, porque a tan solo minutos de haber acabado en la boca de Eduardo, el y Nico se dedicaron a lamerme el cuello y chupar mis pezones que apuntaban al techo durísimos por la excitación, volví a tener otra erección y me sentí listo para una nueva sesión de sexo con mis nuevos amigos, ellos al parecer se dieron perfectamente cuenta de que yo estaba listo otra vez así que me voltearon boca abajo suavemente y quedé muy cerca de Gregory que se estaba follando locamente a Muriel, yo veía fascinado como las sensuales caderas trigueñas de este muchacho gordito subían y bajaban ensartando su grueso pene en la vagina de la chica que lo besaba en la boca como queriéndoselo comer, la nalga de Gregory era monumental, como ver dos montañas de carne morena muy redondas y gordas que lucían apetitosas y yo no pude evitar tocarlas, eran suaves y no tenían nada de vellos, como el chico no tomó en cuenta mis carisias yo seguí con mi investigación, así que me acerqué totalmente a su culo y separé sus grandes glúteos admirando en su interior un precioso ano apretadísimo al que comencé a lamer y lamer fascinado mientras que sentía que los otros dos muchachos me hacían lo mismo en mi culo, en medio de esta excitación general sentí que Eduardo colocó un gel en mi ano y acto seguido deslizó suavemente la cabezota de su pene en mi culo y muy sutilmente comenzó a bombearme su verga hasta encajármela toda en mi ano, mi pene se endurecía más y más debido a la penetración de Eduardo porque su pene era más grande y grueso que el de Nico, y me hacía sentir que estiraba al máximo mi esfínter produciendo una sensación completamente deliciosa, así que agarré el culo del moreno Gregory como si fuera una gran almohada y sumergí mi rostro en su raja para devorarme su rico ano caliente y sudoroso mientras que Eduardo me pegó la follada de mi vida!
Eduardo me bombeó verga durante largo rato, su pene ingresaba y retrocedía con total comodidad puesto que ya para ese momento mi ano estaba completamente dilatado y como yo estaba concentrado en lamer el anillo de carne morena de Gregory lo dejé culparme a sus anchas hasta que sentía que me clavó su pieza por completo y disparó varias descargas de leche en mi interior, claro que yo sentía que al final Eduardo debió haberme irritado mi ano por la fuerza en que me dio las estocadas finales pero yo no salía de mi asombro al ver que el culito de Gregory Garay se estaba cerrando fuertemente como si fueran espasmos involuntarios del muchacho, entonces caí en cuenta que el también estaba acabando dentro de la vagina de Muriel y con cada descarga de su semen, contraía su ano con fuerza impresionante, entonces pensé como sería tener mi verga dentro de este culo y sentir que se cerraba alrededor de mi tronco?
Para mi felicidad no tuve que esperar para averiguarlo puesto que la francesa se levantó de la cama y fue a darse una ducha, así que nos quedamos los cuatro hombres solos, desnudos, con nuestros penes tiesos y los más claros deseos de seguir culpando entre nosotros.
Gregory abrazó una almohada debajo de su pecho y paró su formidable culo seduciéndome y yo que ya no aguantaba más el estado de lujuria en el que me encontraba me le encaramé encima, coloqué mi duro falo entre aquellas suaves y pronunciadas nalgas como melones gigantes y vi como lentamente desaparecía entre ellas para luego sentir que mi glande tocaba su virginal culito y comenzaba a presionarlo con mis embestidas hasta que logré ingresar en este huequito caliente y delicioso.
Gregory Garay gemía muerto de gusto y me pedía que siga metiendo el resto de mi pene en su interior, yo trataba de hacerlo pero su anillo de carne era tan apretado que no me lo permitía, entonces deslicé mis manos por debajo del pecho del muchacho hasta que llegué a sus pezones y comencé a pellizcarlos suavemente sintiendo como se endurecían entre las yemas de mis dedos. Al sentir esto, Gregory no pudo evitar parar mucho más su culo completamente excitado y enloquecido y yo aproveché para darle una estocada con mi cincel de carne dura y sentí como lograba vencer la fuerza del apretado aro y llegar hasta el fondo de sus entrañas. Gregory gritaba como poseído y Nicolás le puso su huevo en la boca para que se calle así que el chico se dedicó a mamar la morcilla guayaco-italiana del guapo tenista mientras yo me lo cabalgaba a pelo. Entre y salí de aquel culo divino cuantas veces quise y me di gusto culiandomelo hasta que sentí que el muchacho sin poder resistirse más comenzaba a eyacular sobre el colchón al tiempo que cerraba su esfínter alrededor de mi tronco carnudo causándome un placer que jamás he sentido en toda mi vida. Esta presión consiguió que yo también eyacule dentro del huequito virgen del morenito precioso y como el continuaba abriendo y cerrando su anillo con una precisión increíble, logró causarme un efecto de ordeñamiento y vació todos mis fluidos dentro de el hasta que mis testículos quedaron completamente secos.
Luego de esta culpada todos quedamos sobre la cama retozando hasta que nos dormimos.
A mi retorno a Buenos Aires, jamás volví ha tener sexo con otros hombres sino que volví a mi vida normal acostándome con chicas diferentes pero no logro olvidarme la experiencia vivida en Guayaquil y quiero regresar para verme con Nico, Eduardo y Gregory y culparnos como locos durante horas, o quizás conocer a otros hombres guayaquileños y vivir experiencias similares.
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