Había pasado casi una semana desde que terminé con mi novio, me sentía un poco aburrida, triste, solita. No sabía que hacer. Hasta que me llaman mis amigas invitándome a una noche de rumba y alcohol. No podía negarme, era justo lo que necesitaba.
Cuando vienen por mi, ya me tenían un galán para distraerme, hermoso, ojos cafés claros pícaros, labios carnosos, de cabello lacio, castaño, moreno, excelentes pectorales, alto, un fantástico bulto en su entrepierna y trasero ¡como de concurso! Apenas lo vi supe que la noche sería "interesante". Me alegré de haber elegido una blusa sin espalda con un escote pronunciado en mis pechos firmes sin brasier y esa faldita ligera y sueltita a medio muslo que mi novio nunca me dejó usar.
Al saludarlo me besó la mejilla y me dijo suavemente "estás hermosa". Sonreí, me dijo que se llama Rony.
Llegamos a la Disco y comenzamos a bailar entre tragos. El reguetón estaba intenso y nos acercábamos cada vez más y más, yo empecé a menearme muy sensual mientras él empezaba a afincar su bulto a mi trasero, yo subía la manos y gritaba de adrenalina, cuando sentí que su mano izquierda subía de mi cadera hacia mi bubis y con la derecha me sujetaba bien fuerte contra su miembro duro, enorme y erepto. Qué rica sensación, las luces tenues de la disco, la música vivrante, sus dedos entrando en el escote de mi blusa tocándo mis senos, apretándolos, mientras golpeaba mi trasero con su durísimo pene. Mi boca estaba entreabierta, mis pesones erguidos y mi vagina mojada, fue inevitable sentir el extasis de el primer orgasmo. Me di vuelta y nos besamos frenéticamente delante de todos, subí mi pierna sobre su cadera para sentirlo mejor, él seguía moviéndose. Poco a poco me fue llevando a una zona más oscura entre una de las cornetas y una pared, como un callejoncito, donde me metí y comencé a desabrochar su camisa y empecé a lamer sus pecorales, bajando cachondamente sobre su abdomen a su vientre, él se abrió la bragueta y sacó su exagerada verga pelada y húmeda de unos 35cm de largo y como 8cm de diámetro, su glande parecía una manzana roja y brillante, sin esperar un segundo más empecé a masturbarlo de arriba a abajo a la vez que me chupaba con fuertes y lentas succiones la punta, deliciosa, jugueteaba con mi lengua y decidí meterme todo lo que pudiera en mi garganta y chupaba cada vez más rápido, él estaba de pie con las piernas medio abiertas, su cara apuntando al techo, tembloroso y caliente demasiado excitado. Nadie podía ver con exactitud lo que pasaba, yo no me veía; mis amigas sólo lo veían a él allí de espalda a la pista en esa zona oscura, miraban sospechando que se masturbaba. Yo seguía masajeando su vergota y chupando, él me sostenía del cabello moviendo mi nuca atrás y adelante como por 10 minutos y me soltó, fue cuando le chupé las bolas, succionaba mientras mi mano seguía masajeando su "manzana". Al cabo de pocos minutos me levanté y me quité mi hilo empapado, él lo puso en su bolsillo y empezó a lamer, chupar y morder mis senos, me asusté un poco (alguien puede vernos), así que entramos un poco más al callejoncito que hacía la corneta y la pared. Rony se puso espalda la pared y se pegó a mi cuerpo y empecé a sentir su duro glande entrando con algo de dificultad en mi vagina, un dolor agudo pero excitante, riquísimo cada vez que afincaba para penetrar, él empezó a lamer mi oreja para relajarme, no aguanté y tuve mi segundo orgasmo, él no se detuvo, lo introdujo completo y comenzó su ritmo suave, que cada vez iba más rápido, hasta hacerse salvaje, gritábamos y gemíamos, nadie podía oír, nunca había tenido un mounstruo así recorriendo mis entrañas, podía sentir cada vena que le sobresalía, su glande entrando y saliendo. Ah! No resistí tuve el tercer orgasmo, que rico mi vagina presionando fuerte su vergota. Al cabo de unos 15 minutos el movimiento era lento pero muy potente, ya cansados se acercó y me dijo "me voy a venir" y le dije "hazlo por detrás". Así que me di vuelta y empezó de nuevo el sufrimiento de sentir aquel animal desesperado empujando su verga gigante y sin piedad, yo lloraba de dolor y éxtasis! Cuando senti sus dedos presionando mi clítoris y su miembro moviéndose de manera circular, latiendo dentro de mí expulsando un chorro de leche especita y caliente, siguió bombeando por unos minutos hasta escurrirse por completo mientras tuve mi último orgasmo de esa noche tan "interesante".
Enseguida salimos, cada cual al baño, para asearnos un poco. Nos encontramos de nuevo con nuestros amigos y volvimos a casa.