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Sexo en la alacena

~~La conocí en una reunión a la que asistí de mero trámite, para cumplir con mi secretaria que había estado insistiendo en que asistiera a la celebración de su cumpleaños. La verdad es que al llegar me sentí algo incomodo porque no parecía encajar en la fiesta, de forma que al llegar y darme cuenta del ambiente que privaba en la reunión, decidí quedarme sólo el tiempo necesario y para no hacerme muy notorio me acomodé en un rincón del patio junto a otros tipos con los que saludando ocasionalmente, trabé una conversación intrascendente.
 Ya habían trascurrido algunos 20 minutos desde mi llegada y me disponía a apurar el ultimo trago de la cerveza que me habían ofrecido para retirarme, cuando noté que al tipo con el que conversaba se le acerco un joven y le dijo algo al oído y que mientras se pasaban la confidencia me miraban y reían de tiempo en tiempo. El asunto me intrigó y antes de tomar la salida, decidí esperar a que se fuera el confidente de mi interlocutor, para preguntarle sobre el asunto.
 ?'¿Conoces a Rossy?'' Me inquirió Gabriel; mi compañero de tragos, antes de que yo le preguntara nada.
 ?'No, le conteste desconcertado''.
 ?'Es aquella gordita de falda roja'' me dijo señalando a un caramelito que se encontraba en el otro extremo del patio y a la que en ese momento se le alcanzaba a escuchar la risa que le provocaba el mismo tipo que hacia unos momentos se secreteaba con Gabriel.
 ?'Es bastante simpática'', me dijo. Dice que si porque Mary no le presenta a su Jefe y yo le he mandado decir con Rubén que en un momento resolvemos ese inconveniente.
 ?'Así que vamos'' me invitó.
 Yo la verdad me sentí un poco cortado por la entrada que me habían preparado los dos tipos, pero decidí acudir con él y retirarme después de cruzar unas palabras con Rossy.
 Cuando llegué junto a ella, Rubén se encargó de hacer las presentaciones y al saludarla note que tenía las manos diminutas y la escuché decirme. .
 ?'Licenciado Hernández, Mary no me lo quería presentar y no voy a esperar a que ella quiera que lo conozca''. .
 La verdad me sentí sorprendido, no me esperaba una introducción tan entusiasta y solo alcance a agradecer su interés y decir mi nombre, mientras buscaba en mi cerebro cómo iniciar una conversación, para superar la sorpresa.
 La verdad es que no tarde mucho en encontrar hacia donde dirigir nuestra conversación, porque Rossy era de trato muy agradable y en poco tiempo parecía que nos conocíamos desde tiempo atrás. Incluso cuando le refería alguna anécdota del trabajo, parecía adivinar sus desenlaces y todo porque era intima de Mary y al parecer esta le contaba todo lo que sucedía en la oficina. Para estos momentos, Gabriel y Rubén habían sido abordados por un grupo de invitados que acababa de llegar y nos dejaron solos.
 Olvidándome del tiempo y en tan agradable compañía, pasaron las horas y los tragos, y a fuerza de la confianza que nos tomábamos, pasamos a temas más picantes de conversación. Iniciamos una guerra de géneros, discutiendo amenamente sobre los privilegios y limitaciones de uno y otro sexo, hasta que llegamos a las referencias sexuales, para luego pasar a las confidencias sobre el tema. Me dijo.
 ?'Ahí donde me ve yo tuve mi primera experiencia sexual a los 16 años. Aunque ya le daba rienda suelta a mis amigos en la secundaria, no fue sino hasta la preparatoria que le permití a un tipo llegar más allá de las manos''. .
 Luego me dijo de los novios que había tenido y de cómo se preocupaba antes por desempeñar los papeles que estos le exigían, pero que todo eso había llegado a su fin en el momento en que decidió ser ella misma y no dejar que ellos le marcaran el rumbo a seguir. Yo por mi parte, le conté de cómo empecé a masturbarme y retozar con mis amigas a la edad de 14 años y de los apuros que pasé para acostarme con la primera chica a los 17 y en general, de las peripecias que uno como hombre tiene que sufrir para lograr tener la primera experiencia sexual. Apenas termine mi confidencia, me preguntó.
 ?'Oye Manuel ¿Puedo dejar la ceremonia y llamarte por tu nombre?''.
 ?'Claro'' le respondí, ?'adelante''.
 ?'¿Todavía te masturbas?''. .
 La pregunta me sonó atrevida, pero la platica ya se había vuelto excitante y todo indicaba que se iba a poner aún más interesante.
 ?'Sí'', le conteste.
 ?'No todo el tiempo encuentras una linda chica con quien matar las ganas y a veces la urgencia es terrible'', le expliqué.
 ?'¿Y como lo haces, eres un tradicional o tienes alguna técnica especial?''.
 ?'Por lo general, me concentro en alguna fantasía o trato de revivir alguna experiencia excitante que haya tenido''.
 ?'¿Cómo cuales?'' me cuestionó. . y sin darme tiempo a contestar y sonriendo a punto de carcajada se contestó ella misma.
 ?'Como las encerradas que te das con Mary en el baño de la oficina, Picarón''.
 ?'¡Es que acaso te lo ha contado!'' exclamé disimulando la excitación que me provocaba el nuevo rumbo de la conversación. .
 ?'Claro'' me contestó, y también me ha contado que lo hacen muy rápido.
 ?'Bueno'' , le dije, '' se hace lo que se puede y la verdad es que la oficina, no es el mejor lugar para dedicarle un tiempo holgado a la cogienda'' le completé. .
 ?'Ya lo imagino'', dijo nuevamente riendo.
 En este punto de la plática eran ya varios los tragos que nos habíamos servido, el alcohol ya me había desatado la libido y a ella adormecido el pudor. Entrando en mayor confianza y notando que en esa parte del patio nos encontrábamos casi solos, se acomodó más cerca y poniendo una mano en mi muslo, me dijo.
 ?' Mary me cuenta todo, pero me agradaría que me lo contaras tú, para conocer las dos versiones de primera mano, porque en ocasiones Mary parece exagerar las cosas''. .
 ?' Y, ¿qué es lo con lo que te parece que Mary exagera?'' le pregunté. .
 ?'Pues, no sé'', me dijo.
 ?'Por ejemplo, me cuenta que cuando estas dentro de ella, siente que le llegas a la base del estómago''.
 ?'Bueno'' le dije, tratando de sacar partido de su comentario. . ?'Eso solo lo puedes conocer experimentándolo tú misma'' Y me estire hacia atrás para permitir que me admirara el tubo de la verga sobre el pantalón. . al escucharme y mirar disimuladamente soltó una carcajada y diciendo que no perdía el tiempo se levantó para decirme.
 ?'Manuel, lo cierto es que me he puesto ganosa y estoy pensando en tomarte la palabra''. Por mi parte yo también tenía rato experimentando una creciente excitación, así que para indicarle que estaba más que dispuesto a cumplirle sus deseos, me acomode el paquete hacia un lado, abrí el compás de mis piernas y le permití que se deleitara el espíritu con la vista que de mi trozo se insinuaba bajo el pantalón y al mismo tiempo, le tomé la mano y asegurándome que no había personas cerca, la llevé a que me tocara la cabeza de la verga.
 Se dejó llevar, dejó su mano entre mis piernas y acercándose un poco más para cubrirse de cualquier observador inoportuno, se aproximó a mi oído y me dijo. Prometes, prometes. ?'Vamos a un motelito'', le dije y le rodee la cintura con una mano para estrecharla un poco más, mientras que con la otra, le alcanzaba una de sus tetas, recorriéndola sobre su blusa y tomándole el pezón entre mis dedos. .
 ?'No'', me dijo sorprendiéndome.. . ?'En un motel, no. Lo quiero hacer a hurtadillas como Mary,. Quiero tener esa sensación de apuro, de urgencia''.
 ?' Pero, aquí, dónde,'' e pregunté. .
 ?'Déjame revisar los cuartos de la casa, al fin que soy casi de la familia. Espérame un poco'' me dijo al tiempo que se levantaba deslizando su mano por todo el cuerpo de mi verga y yo le correspondía la caricia en su trasero.
 Sólo tardo unos instantes y cuando regreso, tenía una expresión de perra caliente; su pelo se notaba algo erizado, su mirada ardiente y dos botones de su blusa ya se habían soltado facilitándome la labor de cachondeo.
 ?'Ven'', me dijo. .'' Encontré el sitio ideal'' e invitándome a seguirla, me tomó de la mano y me dio un beso haciendo que me levantara.
 Atravesamos la fiesta y el lugar donde bailaban sin llamar la atención, hasta llegar a la cocina, donde un par de adolescentes fumaban un cigarrillo, de seguro a escondidas de sus padres, porque tan pronto nos vieron, se alejaron en dirección contraria a donde veníamos nosotros, luego que estuvimos solos, Rossy abrió una puerta que resultó ser la alacena, era un cuarto estrecho, pero con el espacio suficiente para tendernos en el piso. Nos metimos, cerramos, aseguramos la puerta y dejamos una tenue luz encendida, lo suficientemente brillante para mostrarnos lo que nuestras ropas cubrían una vez que quedamos desnudos.
 Comenzamos a besarnos desesperadamente y a desvestirnos apresuradamente bajé su falda, cayó su blusa y luego de soltarle el sujetador y deslizarle las pantaletas hacia abajo, quedo ante mi un hermoso cuerpo, llenito, de pechos ni muy grandes, ni tan breves, pero con dos hermosos y claros pezones apuntando hacia el cielo, abajo el triangulo peludo con vagina regordeta, de raja roja y húmeda, de la que emanaba un rico olor a hembra en celo. La tomé por las nalgas y me llevé sus pechos a la boca, la atraje y separándole los cachetes de su culo le pase los dedos por el charco que ya formaba su panocha, luego dejé sus tetas y lamiéndole el cuello hacia arriba, le pesqué la boca con mis labios y metí mis dedos entre nuestras bocas para disfrutar del néctar que le había extraído de su raja. Ella que no me perdía el ritmo, me tenía tomado de la verga con sus pequeñas manos, una me subía y bajaba el pellejo pelándome el glande y la otra me revolcaba los huevos, aunque tengo la verga de tamaño normal, de unos 17 centímetros, me encantaba mirar como mi trozo le rebosaba sus manitas cuando me lo tomaba y la cabeza de mi verga asomaba libre y orgullosa dispuesta a ser mamada. Nos tiramos y volteándonos nos encontramos cara a cara con nuestros sexos, le separé sus gordos labios vaginales y emergió un suculento botoncito que empecé a toquetear con la lengua y a morderle con mis labios, logrando una buena producción de jugos que fueron a endulzarme la garganta y a terminar de levantarme la verga por completo, que ella acariciaba con su boca y estimulaba con sus manos.
 Estaba rica su vagina y más rico aún su culo, que se notaba, por su disponibilidad al trabajo de mi lengua, que ya era un veterano tratándose de bregas. Mis manos se entretenían lo mismo con sus nalgas, que con sus pezones, mientras mi lengua abría camino, para mis dedos que ya introducía en uno y otro agujero. Metí luego un dedo en su panocha y lo lleve al pabellón tras de su pubis y tras sobarle con cariño e insistencia esa almohadita, lanzo un bufido y gimiendo se estremeció abandonando la mamada de verga que me estaba regalando. Luego se volteo y me regalo un largo beso, tomándome la verga entre sus manos y diciéndome. Papito, que rico chupas, Mm. Entonces nos paramos nuevamente, jale un carrito de víveres que se encontraba al fondo del estrecho pasillo de la alacena y levantándola de las nalgas, la deposite con el culo y la panocha al aire en el cochecito.
 Ella agradecida con la mamada que le había dado, me tomó de la verga y solita se la apunto a la vagina, luego agarrándose de mis brazos se jalo hacia mí y haciendo que el carrito se deslizara hasta topar su culo con los colgantes de mis huevos. Entonces le levante las piernas y las llevé hasta mis hombros y agarrando el carrito por los costados lo empujaba y jalaba hacia atrás, le enterraba y sacaba la verga de ese rico rinconcito de jugos celestiales que Rossy tan desprendidamente me regalaba. Estaba rico el vaivén y casi terminaba en esa faena, pero recordando el amoroso culo de Rossy, saque la verga e inclinándome en su entrepierna me di a la tarea de lubricarle el hoyo que quería hacer mío; su fondillo.
 Le robe los jugos de su pepita y los deposite con mi lengua en su culo y echándome un poco de saliva en la mano, me moje la cabeza de la verga y se la dirigí directamente a su fondillo. Que cola tan rica la de Rossy. Se puso tensa y lanzo un leve bufido de dolor, pero luego que se acomodó, me permitió seguir haciendo mi faena. Que bien se sentía su ardiente culo apretándome la verga y a ella empezaba a causarle placer esta maniobra, me decía. .
 ?'Papito te regalo mi fondillo, échame tu lechita que lo tengo ardiendo, culéame papi, si''.
 Ante tal invitación aceleré los embates de mi verga y me recline sobre Rossy para alcanzarle sus tetas y lamerlas al tiempo que le rocié el culo con mi leche recién ordeñada.
 ?'Siiii'' me dijo cuando sintió que me vaciaba en su trasero y dedeándole su clítoris la hice alcanzar un nuevo orgasmo que disfrutó como posesa.
 Agotados, nos abrazamos y descansamos unos minutos, en los que al final mi verga flácida escapó de su culo dilatado, permitiendo también que mi leche resbalara por el canal de sus nalgas mojándome los huevos.
 Luego que tomamos una servilleta de los anaqueles para limpiarnos, nos seguimos regalando arrumacos, con lo que mi verga se empezó a entusiasmar nuevamente con Rossy, que excitada, agradecía la atención de mi trozo regalándome otra rica mamada, Entusiasmados como estábamos en la cogienda, no nos importaban los ruidos que escuchábamos en la cocina, ni le dábamos importancia tampoco, a la posibilidad de que abrieran la puerta y nos sorprendieran cogiendo, solo disminuíamos un poco el volumen de nuestra entrega y nos seguíamos dando gusto. Entonces jale nuevamente el carrito y coloque a Rossy con los pechos recostados sobre este y admirando los abiertos cachetes de sus nalgas, la ensarte por su vagina hasta la empuñadura de mi verga, se escuchó un suspiro ahogado, luego gemidos que subían de tono y de volumen al mismo tiempo que arremetía contra su sabrosa panocha, le acariciaba la espalda, le metía un dedo en el culo y sentía al tacto de este, las formas de mi verga bombeándole su raja, eso nos excitó más, ella resoplaba de gusto la condenada, al punto que me contagió y terminé derramándome en su vagina y sin parar de bombearla continúe mis arremetidas hasta que su rajita comenzó a expulsar la leche batida que había recibido.
 ?'Eres un puerco'', dijo con cara de pervertida. ?'Así te imaginaba condenado, no en balde mi comadre te tiene en buen aprecio, para la próxima vez que tengan ganas de chulear me invitan o es que no te animas a darnos buen trato a las dos'', me preguntó.
 ?'Claro'' le dije entusiasmado, con la idea de tener dos borras en mi cama, ?'ustedes pongan la fecha y trataré de coincidir'' le contesté.
 Luego nos vestimos y sin dejar de estarnos caco ondeando, revisamos la alacena, para arreglar el desorden que habíamos hecho. Al abrir la puerta para salir, los dos adolescentes que habíamos sorprendido fumando antes de meternos a coger estaban ahí. Esta vez no se sorprendieron, ni se fueron, solo nos miraron con complicidad y malicia, y cerrándonos un ojo al tiempo que encendían un nuevo cigarrillo, quedo tácitamente convenido que todos guardaríamos el secreto de cada cual.
 Después pasamos a la fiesta y fingiendo un apuro que no tenía, aguanté unos 10 minutos antes de retirarme con el corazón, el espíritu y la verga contenta.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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