~~Este relato trata sobre el sexo en el trabajo, aquello que muchas personas hemos vivido alguna vez, ya sea de forma personal o por otras afines a nosotros. Puede ser algo placentero pero también algo muy peligroso...

Trabajo en un laboratorio de calidad de una compañía de prestigio en el sector de componentes electrónicos, me encargo de llevar la parte informática, bases de datos, organización de tareas, turnos, etc, del departamento de calidad.

Morbo en el trabajo a consecuencia del sexo.

Quién no tiene fantasias sexuales en el trabajo...

Por suerte para mí, estoy rodeado de féminas en mi departamento, ningún macho ibérico a mi alrededor, soy el gallo del corral, jaja.

Hace dos meses, en el mes de agosto que la fábrica cierra por vacaciones hasta el mes de septiembre, nos tocó ir desgraciadamente a una compañera y a mi a realizar tareas diversas de emergencia para dejarlo todo organizado hasta el regreso en septiembre.

Susana que así se llama mi una de mis compañeras de trabajo, era técnica de calidad y tenía que revisar varias cajas de componentes electrónicos y organizar todo, aparte de hacer inventario de todo.

Yo debía pasar datos de clientes y productos a la base de datos interna del departamento y organizar turnos, tareas, etc.

En pleno agosto y mala suerte para nosotros, el aire acondicionado no funcionaba, ¡Dios qué calor en la oficina!

Total que encima de trabajar mientras todos estaban de fiesta, nos tocó pasar calor de lo lindo.

Nos pusimos la ropa mínima reglamentaria de trabajo, es decir yo una bata y un pantalón blanco de lino y Susana sólo la bata ajustada dejando entrever su voluptuosa figura y su tremendo cuerpo, marcando un largo escote donde se podían observar sus preciosas tetas grandes.

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Ella llevaba su bata y debajo ropa interior, imaginaros el espectáculo....

A la media hora de estar trabajando yo no aguantaba el calor y me quedé sin la bata, sólo con el pantalón. Estaba reparando un ordenador, cuando de repente oí un ruido espeluznante en la otra parte del departamento, acudí raudo a ver que había ocurrido

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¿Qué ha pasado Susana?...le pregunté al acercarme.

Susana estaba pálida, callada, asustada...se le habían caído varias cajas grandes de productos electrónicos a su lado, al intentar coger una de ellas para revisión, se quedó aterrada unos instantes.

Peligro, morbo,acción...todo lo lleva si tienes una aventura sexual en el trabajo

Mi jefa, mujer cañón...

Como no reaccionaba la abracé para tranquilizarla mientras le decía:

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Tranquila no pasa nada, nos puede pasar a todos, ha sido un pequeño accidente.

Al darle ese abrazo contra mí, sentí la presión de sus firmes pechos y de sus erectos pezones que rozaban mi pecho desnudo y depilado, la sensación única, ¡imaginaros!

Al hacer tanto calor las gotas de sudor recorrían su cuello y bajaban por ese escote tan pronunciado que tenía hasta meterse entre sus tetazas, ¡Espectáculo dantesco!

A decir verdad no se si fue por la elevada temperatura que hacía dentro de la sala, porque susana estaba estupefacta por lo sucedido o porque somos jóvenes, ¡qué diablos!, el caso es que nos miramos fijamente unos segundos y frente a frente ya nada pudo remediar que juntáramos nuestras bocas en un beso acalorado lleno de pasión.

Jugueteé con su fina lengua y mordisqueé sus gruesos labios, pasando mi lengua por su esbelto cuello al mismo tiempo que mi mano se atrevió a introducirse por dentro de su bata, llegando hasta el interior de su sujetador de seda negro, sobeteando el contorno de sus pechos y acariciando sutilmente sus gordos pezones negros.

Susana que no era manca, besaba mi desnudo pecho y al mismo tiempo frotaba mi paquete por encima del pantalón, mi miembro estaba ya bastante empalmado por lo que no era difícil palparlo.

Cómo estábamos de pie decidimos irnos al sofá de la sala de reuniones, lo abrimos del todo y allí nos tumbamos como si fuéramos adolescentes con las hormonas por encima de la cabeza.

Yo me quedé desnudo por completo, desnudando lentamente a Susana, porque desnudar a una mujer siempre me ha producido una satisfacción inusual y un estado de excitación fuera de lo normal.

Estaba tan caliente que no desaproveché la situación, era mi momento y debía aprovecharlo.

Lamí sus orejas, cuello, pechos y pezones...ella gemía, gritaba como loca.

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Pedro sigue, que estoy a cien...¡No pares!

Yo al oírla me volvía loco del todo y no podía parar de besarla, chuparla, lamerla....

Poco a poco iba bajando hacia el monte venus de Susana, tenía un pubis arregladito, clarito y depiladito, con un olor profundo a sexo.

Mi lengua recorría todo su clítoris lubricado y húmedo, Susana temblaba de placer, teniendo continúas compulsiones, hasta que en una tuvo un pequeño orgasmo pero intenso.

Se relajó por un momento y aproveché para darle la vuelta, la puse a cuatro patas con el culo en pompa y comencé a lamerle lentamente el orificio anal, introduciéndole poco a poco mi lengua en el interior del mismo al mismo tiempo que mi dedo índice.

Susana fruto del calentón, estaba a tope, se dio la vuelta de repente y empezó a chuparme mi enorme falo que parecía que me había tomado una caja entera de viagra.

Apretaba su boca fuertemente contra mi capullo y soltaba, lamía mis testículos, mi pene...era una experta en la materia se notaba por lo bien que lo hacía.

Como todo en la vida había que ponerse manos a la obra y eso hice, la coloqué de forma horizontal y la penetré duramente, yo era un experto en la postura del misionero es la postura sexual que más me gusta y más me pone; con mis hábiles y prolongados movimientos conseguí nuevamente que Susana tuviera otro orgasmo.

Al momento de correrse ella y quedarse extasiada, a mi que me gusta prolongar mis polvos, aguantar al máximo antes de correrme, la volví a colocar con su culo frente a mí y no sin antes lubricar su ano con mi saliva, la penetré despacito hasta conseguir introducir casi todo mi pene dentro de ella.

Ella gritaba como una perra en celo, yo de verla volaba de pasión por aquella sala, estaba fuera de mí.

Locura en el trabajo...

Estábamos muy sudados y en la sala había impregnado un intenso olor a sexo desenfrenado.

Después de varios minutos de intensos apretones míos contra su culo perfecto, yo ya no aguantaba más, estaba muy acalorado y cachondo, por lo que le propuse correrme entre sus tetas, es decir que me hiciera una cubana con esos prominentes pechos que tenía.

Susana aceptó sin remilgos, era complaciente...Me puse encima de ella con mi pene entre sus tetas, entre su canalillo perfecto; ella con gran maestría apretó con sus manos sus tetas y deslizaba perfectamente mi aparato entre el canalillo, el sudor ayudaba bastante a que mi miembro se moviera tan suavemente.

Increíble la escena erótica, era el puto amo, posado encima de una hembra tremenda que me hacía una cubana entre sus pechazos, ¡qué más se puede pedir, dios!.

Con el escenario que tenía, estaba a punto de correrme, ya no aguantaba más y se lo dije a Susana.

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Susana me viene, no aguanto más...

Córrete cariño, quiero ver tu leche caliente sobre mis tetas....

Como no, yo que soy un caballero, la hice caso y me corrí profundamente por todos sus pechos, pezones y parte del cuello, grité de placer...

Susana mientras me miraba, restregaba mi leche por todo su cuerpo y se permitió probarla metiéndose una poca en su boca con sus dedos.

Como es normal después de tanto sexo, el calor que hacía y que estábamos en agosto, ¿quién quiere trabajar?...

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Descansamos un buen rato en el sofá, nos refrescamos y si os soy sincero, las tareas que teníamos que hacer las acabamos casi al anochecer, antes estuvimos trabajando de otra forma durante unas horas más...........