Estaba en mi oficina, cuando llegó, Fernando, el ingeniero de sistemas que tanto me gustaba, Fernando es moreno, alto, de cabellos crespos y ojos cafés, muy delicado en su trato pero muy sexi también. Hacía varios meses que decidimos terminar con nuestra relación, pues él es casado, y la verdad ya casi nos descubrían, además no queria arriesgar su matrimonio por una aventura.
Ese día me había levantado pensando en él, quería verlo, pero mi orgullo no permitía llamarlo, hasta que a las dos de la tarde, allí estaba, justo en mi frente. Todo hubiera sido perfecto sino hubiera sido porque mi secretaria estaba en su trabajo, y no tenía ninguna excusa para sacarla del trabajo. Cuando Fernando me preguntó por un libro, yo le dije que sí que se asomara a la biblioteca, y me fui detrás del, a ese momento ya yo estaba bastante mojada, pero no encontraba la forma de decirle que me lo quería mamar, por eso le ofrecí un vaso con agua, y me fui hacia más atrás a la pequeña cocineta. allí guardo una colchoneta, para cuando me toca trabajar horas extras, y él muy pícaramente me preguntó ¿ya la estrenaste?, eso me dio pie para rosarle la mano, y cuando volvimos otravez al escritorio, le dije: el libro que necesitas probablemente está en el deposito, me ayudas a buscarlo?, el deposito era perfecto, oscuro, encerrado, y aunque el edificio estuviera lleno nadie lo notaría. abrí la puerta, y él entró detrás, y la cerró, yo me devolví como para dicimular y hacerme la dificil, y la volví a abrir, él la volvió a cerrar, entonces comprendí que también quería, le dije que el libro estaba en una caja refundido y me puse en cuatro para mostrarle cual era la caja, le dije agachate y sáca el libro, él dijo no, entonces yo sin dar la vuelta, le dije que era su problema, cuando volví a doblar mi tronco, y justo en ese momento el se me colocoó detrás, metió su lengua en mi oreja, y su mano debajo de la falda, y me dijo: te humedeces rápido, y yo le dijo Si. me volvio a colocar en cuatro, subió mi falda, yo me quité mi ropa interior, y él saco su verga, e intentaba metermela en esa poscición pero se hacía dificil, halé una silla y se sentó y yo me subí, comenzamos a culiar, y de vez en cuando yo paraba, y me arrodillaba en frente para chuparle su verga, que estaba a punto de reventar, ha, que rico, que rico, suspiraba él, y yo más le mamaba, cuando lo tenía bastante excitado me le volvía a subir, él apretaba mis tetas por ensima de la blusa y yo me movía más rapido, de arriba abajo, de un lado a otro, y él pedia más hasta que comencé a moverme mucho más rapido, y estallé en un orgasmo, él siguío allí, entonces me bajé, y comencé a mamarle, más y más, hasta que por fin se vino, y llenó mi boca con su deliciosa leche, nos vestimos, él salió primero, para evitar chismes, y yo me quedé otro buen rato, como tenía pereza de volverme a poner el interior, me seguí masturbando, sobaba mi clitoris, me metía los dedos, ha, que rico que sentía, y hasta que no aguanté más cuando conseguí el segundo orgasmo del día.
Pensar en fernando me mantenía excitada, por eso me masturbé, varias veces en la noche, despues de llegar a mi casa.
Al día siguiente, Fernando apareció nuevamente en mi oficina, pero no cruzamos palabra del caso, por eso le pedí el favor que me acercara al centro de la ciudad, mientras ibamos en su moto, de camino, le dije, que me había mantenido excitada durante toda la noche, y me prenguntó que si me había masturbado, le conté como lo había hecho, y eso lo excitaba, cuando me invitó a su oficina, y se sentó justo al frente, yo comencé a acariciar sus piernas, y pasaba mi mano por su verga, hasta que se la sacó, para entonces, chorriaba un líquido transparente por su glante y yo se lo apretaba, hasta que le dije quiero que me mames ¿Aquí? preguntó él asustado sí, cierra la puerta y te espero en el baño, dudó un poco, y yo me adelanté al baño, como pude me quité la ropa, y cuando él llegó se pegó a mis tetas, y las chupaba, yo estaba bastante mojada, él se sentó sobre la taza, pero el espacio era bastante pequeño y no nos daba para poder culiar bienm entonces me senté yo medio acostada, él se arrodilló y me metió su verga, se sentía delicioso, una y otra vez, hasta que ambos estallamos en un orgasmo único.
Fue la última vez que estuve con Fernando.
Mis algos para ti e estado en una situacion parecida al tuya y se lo que se siente...