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Sexo con mi alumno favorito

~~Normalmente a muchas mujeres maduras como no podía ser de otra forma nos atraen hombres más jóvenes que nosotras y en esta ocasión se presentó la oportunidad de un alumno mío que me hizo disfrutar y yo creo que mi experiencia también le vino bien...

 

Me presento, me llamo Silvia y soy profesora de historia del arte en un instituto de mi ciudad.

Os relato lo que me ocurrió hace unos años, cuando tenía 37 años y que por aquel entonces era una mujer algo rellenita, con un culo firma pero gordo y unos pechos bastante grandes y apetecibles para los hombres
El sexo con personas más jóvenes es trepidante, morboso y fugaz.

La soledad de una viuda...

También he de decir que soy viuda, mi marido desgraciadamente falleció a los dos años de estar casados por una grave enfermedad.

En el tema sexual la verdad sea dicha, en mi época de casada era algo muy monótono y poco placentero. Mi marido era un hombre muy ocupado con sus negocios y el único rato que empleaba para tener relaciones sexuales conmigo eran los fines de semana, por lo que todo era muy mecanizado, hasta llegar al punto que a veces fingía mis orgasmos.

Al fallecer mi marido caí en una pequeña depresión y mi carácter se volvió arisco con todos los que me rodeaban, echaba en falta a mi marido y por lo menos el sexo que bueno o malo aún tenía.

Necesidades sexuales...

A menudo me masturbaba y sentía la necesidad de un hombre que me hiciera gozar y hacerme sentir de nuevo mujer.

Seguía siendo coqueta como siempre, eso no había cambiado, a menudo me compraba ropa interior sexy y en la intimidad de mi cama o espejo me gustaba acariciarme mi clítoris o pechos hasta conseguir un orgasmo placentero.


¡A falta de pan buenas son tortas, pensaba yo!...

Como ya he dicho anteriormente, daba clases a chicos y chicas de unos 18 años aproximadamente, a diario notaba miradas lascivas de adolescentes que me deseaban y querían poseerme, sólo con sus ojos se delataban ellos mismos.


Contenido VIP Relatos Eroticos
Uno de esos días que tenía clase a primera hora de la mañana, faltando cinco minutos para concluir la misma, se me acercó Pablo, un apuesto jovencito que era de mis alumnos preferidos por su carácter adulador y extrovertido, eso sí algo vago para estudiar.

Me comentó que tenía unas dudas con el temario y yo al estar próxima el fin de la clase lo invité a mi casa a eso de las 17.00 para que fuera y allí resolver sus dudas.


Pablo accedió sin problemas.

Yo había estado todo el día, aunque me parecía una locura, pensando en aquella cita con aquel joven atractivo que podía ser casi mi hijo, pero no se porque motivo me arreglé de una manera provocativa para la ocasión.

Me puse un vestido de seda ajustado y muy transparente que dejaba riendas sueltas a la imaginación de cada uno, zapatos de tacón y bastante maquillada la verdad.

Pablo vino a casa sobre las 17.10 y al abrirle la puerta se quedó estupefacto, se notaba impresionado y creo que excitado de verme tan guapa, todo sea dicho.


¡Buenas tardes Silvia, puedo pasar!

¡Por supuesto pasa y ponte cómodo!

 

Una madura disfrutando de sexo con un jovencito, suele pasar.

Juventud divino tesoro

Nos sentamos en la mesa del comedor y empecé a explicarle sus dudas, en un momento de la explicación me acerqué lo bastante a él que agarré su mano y le dije:


Pablo hay atajos para poder aprobar la asignatura.

Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para aprobar la asignatura.

Automáticamente como un resorte, nos miramos fijamente y nos besamos suavemente.

Nos fuimos al sofá para estar más cómodos, allí nos besamos acaloradamente, nos acariciamos desesperadamente y nuestras manos jugaron con ambos cuerpos, recorrimos nuestros rincones más deseosos de sexo durante un buen rato que decidimos irnos a la habitación y tumbarnos en la cama para dejar sueltos nuestros más deseos primitivos.

Ya en la cama nos desnudamos lentamente, y pude ver ese cuerpo adolescente pero al mismo tiempo varonil de mi joven alumno, con su gran miembro que pedía guerra y que yo se la iba a dar.

Yo deje ver mis grandes senos, rodeados con una gran aureola rosada que los cubría casi por completo y unos pezones alargados que decían cómeme.

Nos besamos sin dilación y Pablo como si fuera un experto en la materia, chupó mis pezones hinchados y todo el contorno de mis tetas, con su lengua lamía mi cuello y bajaba con suavidad por todo mi vientre hasta llegar a mi pubis peludo pero ya mojado del todo, me introducía la punta de su lengua y algún dedo que otro.

Yo estaba en otro planeta, gritaba, gemía y por supuesto me corrí sin más.

Al momento de correrme me tocaba a mi pasar a la acción y subía hacia arriba a Pablo y lo coloqué tumbado en la cama, comenzando a chuparle sus pequeños pechos de adolescente, bajando por todo su pecho hasta llegar a ese enorme cipote que me pedía a gritos que lo lamiera con pasión.

Chupé aquel atractivo falo y también sus testículos hinchados de leche caliente.

Al rato él no aguantaba más y me suplicó que lo cabalgase y así lo hice, lo monté como una perra en celo durante veinte minutos aproximadamente, Pablo me agarraba con sus manos mis pechos al mismo tiempo que me los chupaba y también de vez en cuando apretaba contra su cuerpo mi gran culo, hasta que no pudimos ninguno de los dos y tuvimos un orgasmo simultáneo y placentero.


¡Qué gozada Dios mío!

Cómo nos teníamos ganas seguimos a lo nuestro, Pablo que por su edad y por las hormonas imagino, seguía empalmado me puso a cuatro patas y con su pene rozó mi vagina que estaba llena de su leche recién salida y me penetró de nuevo , entre vaivenes y arremetidas yo gritaba como una loca, sus huevos duros tocaban mi gran trasero, sus manos golpeaban mi culo y eso me excitaba todavía más.

Así duramos bastantes minutos más, hasta que yo me corrí y a los pocos segundos Pablo la sacó de golpe y derramó su espesa leche sobre mi culo grande y blanco, esparciendo con sus manos toda su leche.

Quedamos tumbados en la cama durante bastantes minutos, descansando porque estábamos extasiados de nuestra primera aventura sexual que no sería la última.

Me dirigí luego al baño a lavarme y cuando regresé a la cama le dije que podía venir todos los miércoles a la misma hora a recibir sus clases particulares...

La verdad es que no faltó a ninguna clase particular durante el curso y finalmente aprobó la asignatura con nota....

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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