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Categoría: Infidelidad

Sesión de infidelidad-dominación

Os contaré algo que me sucedió unos meses atrás y que me condujo a la más absoluta perdición por llamarlo de alguna manera, pero que en realidad ha liberado a la zorrita que llevaba dentro.



Soy una mujer casada de 32 años, farmaceútica, guapa, castaña clara, aunque ahora llevo mechas rubias, y muy atractiva. Tengo un tipo muy bonito, con tetas gordas, buen culo y piernas largas y además me gusta exhibirlo y causar admiración entre los hombres. Me gusta ver cómo me miran e imaginar lo que me harían.



Siempre he tenido fantasías de sumisión, en las que los hombres me obligan a exhibirme y a ser su puta, pero mi marido, que es algo mayor que yo, es muy convencional con respecto al sexo, muy soso, por llamarlo de alguna manera y verdaderamente no me satisface en cuanto a mis fantasias, por lo que llevaba algún tiempo dedicada al cibersexo, donde daba rienda suelta a mi imaginación sin sospechar lo que me pasaría.



Desde hacía unos meses, mantenía conversaciones "calientes" a través de msn o de chats de sexo y sumisión y disfrutaba mucho con ellas e incluso realizando lo que me proponían algunos ciberamos como por ejemplo ir sin ropa interior, exhibirme de forma discreta, dejarme sobar en el metro o en el autobús… . Me ponía cachondísima hacerlo y luego contárselo a través de las charlas que teníamos. Mi farmacia me deja mucho tiempo libre, ya que tengo varios empleados, y mi marido también porque a consecuencia de su trabajo, viaja mucho y así, llevaba un tiempo muy caliente sometiéndome a varios amos y corriéndome varias veces al día tanto con ellos como con lo que me hacían hacer, pensando lo puta que era y cómo engañaba a mi marido con cualquiera, pero nunca me había planteado pasar a real.



Un dia, conocía un amo que se hacía llamar Khan y me gustó mucho desde el principio porque enseguida captó mis aficiones que eran como el decía, de sexo morboso y guarro con dominación suave. Me excitaba muchísimo hablar con él, me proponía unas situaciones supereróticas y desde que le conocí andaba casi todo el dia mojada. Por orden suya, ya casi nunca usaba ropa interior y mi vestuario fue cambiando de forma que vestía cada vez mas sexy y más provocativa y adopté este nombre.



Me hacía por ejemplo ir al cine sola, con minifaldas muy cortas, sentarme cerca de algún tio y masturbarme descaradamente. En esas ocasiones me hacía ir con bragas para que tuviera que bajármelas y dejármelas a medio muslo o en los tobillos y me vieran así. Si iba con mi marido, me hacía ir sin ellas, sentarme al lado de un tio y ponerme medio girada para que me viera gran parte del culo y si me lo tocaba, me tenía que dejar. Luego, al llegar a casa por la noche, se lo tenía que contar todo.



Más tarde me obligó a darle el teléfono y teníamos charlas eróticas en él. Le gustaba mucho que me metiese en el probador de unos grandes almacenes, me desnudase por completo, le llamase y me hiciese una paja mientras hablábamos. Me hacía decirle guarrerias y quería oir como me corría con lo que también lo oía quien estuviese cerca.



Después me pidió que le enviase fotos y yo lo hice, vestida, en ropa interior, con lo que él me decía que me pusiese, haciendo lo que me decía y a veces en lugares públicos. Procuraba que no se me viera con claridad la cara, porque quería mantener discreción, pero el resto, se lo enseñé todo, con y sin ropa. Si iba a algún sitio,me decía como le gustaria que me vistiese y luego me hacía fotos y se las mandaba.



Luego quiso pasar al real, pero yo no quise hasta que no tuve otra elección, ya que por esas cosas de la vida, como luego supe, logró identificarme y resultó ser un compañero de la empresa de mi marido que ocupaba un cargo algo superior. Luego me dijo que en algunas fotos, la cara no estaba suficientemente borrosa, empezó a sospechar y confirmó mi identidad mirando el teléfono de mi marido y por algún otro detalle.



El caso es que todo comenzó un día en que teníamos una comida de la empresa de mi marido. Estuve hablando con él a través del msn y me dijo que me pusiera muy sexy y que fuese sin ropa interior. Me puse un vestido se satén negro cortito, con un escote muy desbocado y ancho, unas medias de rejilla negras y me puse sujetador y tanga negros. No me atrevía a ir sin ropa interior porque se me veían las tetas con pequeños movimientos y el coño si me sentaba sin cuidado y era la empresa de mi marido.



La reunión transcurría un poco aburrida, salvo porque había dos tios que me miraban mucho y se reían. Yo los conocía de otras veces, eran atractivos de unos 40 años, pero a mi marido no le caían muy bien. En un momento dado el más alto se me acercó y me dijo:



No me has hecho caso, cielo



Yo le miré entre extrañada y sorprendida, pero el siguió:



Te dije que nada de ropa interior, Khanine



¿Eres Khan?, le pregunté, poniéndome colorada como un tomate, primero, pero luego excitadisima.



Si, me dijo, ¿y tu sigues siendo mi puta?



Si, le contesté



Pues ve al baño y ponte como te dije



Pero hay mucha gente y se me va a ver todo



¿Quieres que tu marido vea las fotos que tengo tuyas?. Si yo te he reconocido....



Haré lo que quieras, le dije.



Me fui al baño y me quité el sujetador y el tanga. Me sentía desnuda.Los pezones se me marcaban exageradamente y a poco que me inclinaba se me veían las tetas enteras. Salí al salón y Khan me llamó. Estaba sentado en unos sillones junto a un amigo suyo. Me lo presentó y al agacharme para darle dos besos le mostré mis tetazas que el tio miró sin disimulo. Me senté enfrente suyo y al lado de Khan, quien me empezó a tocar las piernas y a levantarme un poco el vestido para que su amigo viese mi entrepierna. A todo esto, mi marido charlaba con unos y con otros y no se enteraba de nada. Me mandaron a por unas copas con el objetivo de exhibirme, porque el vestido se me había subido un poco pero no dejó que me lo bajara. Cuando traia las bebidas, las tetas estaban a punto de salirseme y se me bamboleaban como locas, o al menos asi lo percibia yo. Me senté de nuevo a su lado pero no dejó que me arreglara el vestido.



Has sido una puta mala, me dijo, asi que te voy a castigar. Quiero que vayas al váter y me esperes alli, con el vestido quitado. Quédate solo con las medias.



Asi lo hice. Me fui otra vez y me desnudé. Estaba completamente mojada.



Al poco entraron él y su amigo con una cámara de fotos. Me hicieron fotos desnuda. Ahora ya si que no habría dudas. Me hicieron posar como una guarra, metiéndome los dedos, con las piernas muy abiertas, abriéndome el culo y el coño con las manos... y en estas si que se me veia la cara . Me obligaron a masturbarme mientras y grabaron mientras lo hacía y cómo me corría..



Ahora nos toca a nosotros, me dijo Khan. Me hizo ponerme de rodillas y se



sacaron la polla. La de Khan era grande y gorda, deliciosa. La de su amigo era algo más pequeña, pero no estaba mal. Empezé a masturbarles. Sentía el calor de sus pollas en las manos , me las pasaban por la cara y por las tetas. Su amigo se corrió enseguida pero Khan duraba. La metió en mi boca y me la estuvo follando un buen rato mientras el otro me hacía más fotos. Yo se la lamía con placer, me cogía de la cabeza y del pelo y empujaba hasta dentro. Me la metía casi entera en la boca, diciéndome guarrerías y alabando lo bien que la chupaba y lo mamona que era, hasta que se corrió. Nunca me habían echado tanta leche en la boca, tanta que me rebosaba por las comisuras de los labios. Me hicieron limpiarles bien y luego me dijo:



Bueno, te has portado bien. Eres la zorra que esperaba. Tu marido sale mañana de viaje no?



Si, le contesté



Entonces iré a buscarte sobre las once. Quédate desnuda hasta que vaya. Vas a pasar este fin de semana conmigo



¿Dónde?



Ya lo verás. No hará falta que lleves mucha ropa, jaja. Si te portas bien nadie verá las fotos.



Me vestí de nuevo pero se quedaron con mi sujetador y mi tanga "de recuerdo". Salimos al salón y al poco rato la reunión fue acabando y nos fuimos a casa. Me dormí con el regustillo de semen en la boca.



Al dia siguiente, mi marido se levantó pronto para coger un avión. Estaría una semana fuera. Yo me levanté sobre las diez y me quité el pijama, me duché y seguí desnuda, me arreglé, me pinté y esperé con impaciencia las once. Un poco ante llamaron al timbre. Era un muchacho que traía un paquete, pero estaba equivocado. Me puse un albornoz para abrirle y le despedí enseguida. A las once en punto volvió a sonar el timbre.Esta vez si era él. Le abrí completamente desnuda, con miedo por si me veían los vecinos.



Hola guarrita, ¿todavía te sabe la boca a polla?



Si, le contesté riendo



Me has desobedecido



¿Por qué?



Te has vestido para abrir al muchacho, así que te castigaré de nuevo, pero más tarde.



Quiero muchos castigos como el de ayer, le dije con una sonrisa pícara.



Estuvimos hablando sobre los límites. Le dije que me gustaba la humillación y la exhibición pero no el dolor o por lo menos no el dolor intenso. A él le gustaba lo mismo. Me preguntó si aceptaría cambiar mi aspecto porque le gustaría más de rubia platino y con el pelo corto, que resaltaría mi aspecto de puta con ropa interior negra. Me excitaba la idea así que le dije que si. Le pregunté que si quería que me depilase el coño, pero me dijo que le gustaba como lo llevaba y que le ponía mucho el contraste de mi pelo púbico con el rubio que tendría en mi cabeza. Me vestí para ir a la peluqueria. Por supuesto sin ropa interior. Eligió unos shorts muy justitos de lycra, que se me metían en el coño y marcaban mi rajita y un top también muy ceñido sobre el que se me marcaban los pezones, ambos negros, y nos fuimos a la peluquería. Mientras a mi me teñían y me cortaban el pelo él se fue a comprar unas cosas. Cuando me recogió sonrió ampliamente:



¡Que guapa estás!



Gracias, es por ti, le contesté.



¿Qué dirá tu marido?



No creo que le guste mucho, pero le convenceré.



Me hicieron un corte muy bonito, rapadito de la nuca y un poco más largo por arriba. Realmente tenía pinta de puta, pero de lujo. Volvimos a casa. Me hizo desnudar de nuevo y pintarme como una puta, con los labios muy rojos y los ojos oscuros. Luego estuvo eligiendo lo que me pondría para llevarme. Me hizo probarme varias cosas y al final me puso un sujetador negro transparente, con un tanga a juego y unas medias negras de las que llegan a medio muslo. A través del sujetador se me veían mis enormes pezones y areolas y el tanga transparentaba completamente mi chochito.



Irás así, me dijo



Pero si estoy desnuda



Ya te dije que no necesitarias ropa, me contestó riendo. Todos sabrán al verte lo puta que eres. Seguro que ya estás mojada.



Y efectivamente, ya estaba mojada solo de de pensar como disponía de mi y que me iba a llevar a un sitio que desconocía medio desnuda y descalza. Me puso un collar de cuero y plata que tenía y al que enganchó una cadena de plata, fina pero larga que caía entre mis tetas. Me metió mano en mi coño mojadito y me hizo chuparle los dedos.



- ¿A que sabe guarra?



- A chochito de puta, le contesté y emitió una sonora carcajada.



Me hizo poner a cuatro patas y caminar por la casa para ver que tal quedaba y me daba azotitos en el culo.



¡ Venga, vámonos ya!, me ordenó



Pero no puedo salir así hasta el coche



Busca algo y póntelo por encima



Cogí una chaqueta de traje que apenas me tapaba el culo y me la puse. Afortunadamente el ascensor daba al garaje. Al montarme en el coche,, me hizo quitármela otra vez. De camino me fue explicando que íbamos a un club de BDSM, donde había una fiesta. Habría más amos y más sumisas y haría de mi lo que quisiera. Me dijo que si me importaba que me compartiese, me intercambiase o me cediese y le dije que no, que lo que no quería era dolor.



Llegamos a une especie de finca en las afueras y al final de un camino, a una casa solariega. Nos bajamos del coche. Yo fuí a coger la chaqueta pero no me dejó



Aquí no será necesaria, me dijo. Espera que falta una cosa.



Me hizo apoyarme en el capó del coche mostrándole mi culo, y entonces me retiró la cadenita del tanga y me metió en el culo un consolador que llevaba una especie de cola de caballo negra incorporada. Eso me hacía sentir más guarra. Me hizo caminar con ella hacia la casa. Al caminar con los tacones movía y balanceaba mi culo, lo que hacía balancear también la colita que llevaba, igual que las tetas, ya que el sujetador era muy finito y apenas sujetaba



¿Te gusta la sensación? Me preguntó



Me encanta, le contesté. Y tanto, ya estaba de nuevo mojada. Esto prometía mucho.



Entramos en la casa, que estaba dividida en varias dependencias, como salones privados en los que había varios grupos de personas "montandose" su fantasía. Uno de los salones era más grande y hacía de bar. Khan saludaba a varios hombres que me miraban con descaro y se reían. Le decían cosas como "bonita yegua" y cosas así. Me sobaban, me tocaban las tetas y el coño o metían y sacaban mi consolador anal. Nos metimos en uno de los privados donde estaban esparándonos otros dos hombres de mediada edad. Uno de ellos gordito, con barriga prominente y calvo y otro que era alto atlético y muy velludo. Además había una pareja de novios, de veintipocos años un poco asustados. Ella era una morena de pelo largo, bastante guapa con un tipazo, buenas tetas y buen culo. Él era un chico delgado y rubio. Vestían normal, como pijitos y se notaba que era su primera vez. En un rincón tenían a un encapuchado en calzoncillos y atado de pies y manos. Empezó la sesión. Khan me obligó a entrar a cuatro patas, tirando de la cadena de mi cuello y pasándosela a uno de los hombres que había allí y que estaba sentado en un sillón. Tiró de mi hasta poner mi cara entre sus piernas. Me cogió del pelo y me arrimando mi cara al bulto de su paquete empezó a restregarlo.



Sácamela puta, me dijo.



Se la saqué. Tenía un rabo enorme, duro como una piedra. Me hizo sacar la lengua y lamerlo de arriba abajo, sin metérmelo en la boca. Me sacó las tetas del sujetador me las cogió y empezó a hacerse una paja con ellas., mientras me obligaba a tener la lengua fuera para que su capullo rozase con ella y a meterme y a sacarme el consolador del culo. Esa escena estaba calentando a los otros dos que empezaron a meter mano a la morena. Al principio se arrepintieron. Suplicaban que les dejasen marchar, pero luego la chica se fue animando, La habían dejado en bragas y sujetador y la estaban obligando a hacer una paja al gordo. Khan la bajó las bragas, la metió un dedo en el culo y la preguntó:



¿Quieres irte?



Nnnoooo, contestó ella. Por favor,, suplicó, quiero seguir



¿Y que hacemos con tu novio?



Atadle con el otro y que mire como me follan unos machos de verdad, contestó.



Y así lo hicieron. Le dejaron en pelotas atado en el suelo viendo como se follaban a su preciosa novia. Khan se la follaba a lo perrito mientras ella le hacía una mamada gloriosa al gordo que no tardó en correse en su boca. La colocó a cuatro patas mirando a su novio y se la follaba por detrás para que la viese su cara y su boca llenas de semen del gordo.



- Dile cuanto te gusta puta, vamos díselo, exclamaba mientras la tiraba del pelo y embestía en su coño



- Me gusta,, me gusta ser una puta guarra y que me folles así decía a la vez que se corría.



A todo esto el tio de la polla enorme se había corrido entre mis tetas. Mientras lo hacía, Khan se había montado a caballito en la morena y le había hecho caminar hacia mi. Le hacía sacarme el consolador del culo y metérselo en la boca y chuparme el culo, mientras le decía:



- Déjaselo bien mojadito que me lo voy a follar.



Me arrancó el tanga y el sujetador. Me hizo montarme encima del tio de la polla enorme, que la tenía otra vez dura y me la metió en el coño, mientras Khan me follaba el culo. La morena me limpió la cara con la lengua y luego se sento encima del gordo, mirando otra vez a su novió, mientras la daban por culo y le decía:



Mira, aprende cabrón.



Nos corrimos todos. Khan le dijo al novio de la chica que le hiciese una paja al encapuchado. Dijo que no quería. Entonces le dijeron que si quería ver como meaban a su novia. Al oir eso se puso manos a la obra. Le sacó la polla al encapuchado y empezó a masturbarle.



Ahora chúpasela.



Empezó a chuparsela, pero pusieron a la morena de rodillas en el suelo y empezaron a mearse encima de ella, en la cara, en las tetas y en el coño. La tia se corrió otra vez. Le dijeron al encapuchado que limpiase a la morena con la lengua. Le quitaron la capucha y… ¿sabeis quien era?.



Espero que os haya gustado.


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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