Todas las mañanas , a su regreso, Sergio merendaba con ellas y se daba una larga ducha, después preparaba mi desayuno y me despertaba con un beso antes de irse a su habitación a descansar,a veces yo de puro mimoso terminaba mi desayuno y me metìa en su cama...recuerdo el placer de dormir abrazados, los pelos de su pecho atraían a mi cuerpito y yo me olvidaba del mundo hasta quedarme dormido, me gustaba darle besitos en el cuello y el me acariciaba la espalda, bajaba hasta mi culito y recorría mi rajita lentamente con su grueso dedo medio que me enseño tantas bellas sensaciones...muchas veces yo sentía su pija endurecer al contacto con mi pancita y de a poquito acercaba mi mano hasta que el se hacía el dormido para que yo me atreviese a tocar su hermosa chota.
Le pedí que me coja y me dijo que tenía que descansar un rato, pero mi lengua y mi boquita trabajaron solo 20 minutos para endurecer esos 22 cm de falo.