Habia terminado de pintar una casa y la dueña me pidio que tambien le pintara unas macetas que tenian un color muy especial y por el momento yo no tenia los colores de pintura para igualar el color y tenia que comprarlos, asi que ella me pidio que fuera al dia siguiente para que me diera dinero para comprar la pintura.

Al otro dia llegue a esa casa y toque el timbre, salio la sirvienta a abrirme le explique a que hiba pero ella me dijo que la señora no se encontraba y dejo dicho que la esperara, mientras nos pusimos a platicar la sirvienta y yo, me pregunto que si yo era casado y le dije que si, yo le hice la misma pregunta, ella me contesto que era viuda, me senti mal por ella, le pregunte -¿ No extraña su vida marital...?- ella me contesto que si, que a veces deseaba estar al lado de un hombre para que la amara, la platica ya estaba tomando cierto ambiente, la note nerviosa, y yo tambien me estaba poniendo inquieto asi que mejor ella se puso a hacer sus deberes y yo espere a que llegara la señora, me acorde que en el traspatio habia dejado algunas sobras de pintura y me diriji ahi, para llegar ahi tenia que atravesar por la cocina, y cuando hiba por ahi me encontre a la sirvienta sentada con la falda alzada hasta la cintura y sin pantaleta dejando a la vista su panocha, se estaba masturbando, esto me puso como horno y sin mediar palabra la coloque encima de la mesa con las piernas abiertas y le fui metiendo lentamente mi falo.

Ella no puso ninguna resistencia, solo gemia en cada embestida mia, le estuve dando duro muy duro, no se como voltee hacia la puerta y me lleve una sorpresa grande al mirar que ahi estaba la señora parada mirando como me cojia a la sirvienta, pense ya me llevo el diablo, la señora enfadada le grito a la sirvienta, -!He depositado toda mi confianza en ti...y mira como me pagas...!- la muchacha le contesta -!Señora...por favor...perdon.!
la señora -!Ni que perdon ni que perdon...ahora me la van a pagar los dos, van a hacer lo que yo diga...si no los denuncio...!-.

Asi como estabamos medio desnudos nos llevo a su recamara, le indico a la sirvienta que se pusiera a gatas, yo guardaba silencio pues estaba muy preocupado, de su buro saco un lubricante y le unto a la sirvienta en su ano que temblaba de miedo, luego se acerco a mi e igual agarro mi pene y tambien le unto, al sentir como me lo agarraba se me puso duro, y me ordeno -!Ahora metaselo por ahi...!- la sirvienta suplico -!No...no...por favor no...por ahi no...me dolera...!- la señora -!Eso hubieras pensado antes de hacer sus cochinadas...andale usted ya metaselo...!- pues como no queriendo coloque mi duro miembro a la entrada de su ano y empuje un poco, la sirvienta temblaba de pies a cabeza, empuje un poco mas, ella se quejo -!OOOHHHH...aaaahhh...me duele ...me esta doliendo...aaaaaahhhh...!- su cuerpo se encontraba completamente sudado debido al castigo que estaba siendo sometida.

Al ver como estaba sufriendo le indique que se relajara que respirara profundo y se pusiera blandita, al sentirla mas tranquila le dije que si sentia alguna molestia me lo dijera, ella movio la cabeza afirmativamente, y sin detenerme se lo clave todo de un solo empujon, ella cerro los ojos y abrio la boca al sentirse bien empalada, me quede quieto por un momento sin sacarselo para que se acostumbrara a sentirlo, luego lo fui sacando lentamente y parecia que el dolor habia desaparecido, y entonces si, se lo meti se lo saque se lo meti se lo saque, duro duro, a estas alturas ya no se quejaba, gemia de placer, la señora obserbaba mientras ya se encontraba desnuda de la cintura para abajo, y se masturbaba.

Me estuve cojiendo a la sirvienta hasta que alcanzo un aliviante orgasmo, yo no me vine, asi que me acerque a la señora, ella adivino mis intenciones
y abro las piernas para recibir mi dura verga, estaba supercaliente, asi que me la estuve coje y coje y coje, yo ya habia aguantado muchoi asi que ya no pude controlarme y empeze a arrojar fuertes chorros de semen en el interior de la señora quien al sentir ese caliente baño tambien se vino ricamente.

Ya calmados los animos medio para comprar la pintura, para pintar sus mecetas, nunca me imagine que esto me fuera a suceder.