Amanecía y la noche iba muriendo para dejar paso al dia, era un dia importante para Alexandra, cumplía 18 años, por fin era mayor o eso pensaba ella...
Como todos los dias despues de comer se dirigió al gimnasio, a seguir manteniendo en forma ese cuerpo que le habia dado la naturaleza, era esbelta, alta y sus curvas hacían volver las miradas masculinas, pero no se podía tener todo...
Había estado con chicos, pero realmente no había disfrutado con ninguno del sexo, habian sido simples royos nada serio, chicos de su misma edad que no poseían todavía suficiente experiencia para hacer gozar a una mujer, y eso es lo que era Alexandra, una mujer, que esperaba al hombre que la haría subir a las estrellas, al firmamento del deseo y de lujuría...
Llegó al gimnasio y como todos los dias se cambió en los vestuarios, nada habia cambiado pensé ella, eso de cumplir años no afectaba a su vida monotona y aburrida... Despues de hacer su tabla de ejercicios se dispuso a ir a cambiarse cuando se dió cuenta que el chico de recepción era distinto, a éste no le conocía, le llamó la atención, alto, guapo, moreno de piel y pelo, todo un galan, le calculó cerca de 30 años, ella era muy coqueta y con una gran sonrisa profident le echó una miradita de esas como diciendo..."eooo, aquí estoy!!.." el chico la miró enarcando una ceja, y mirandola de arriba abajo, entonces ella se dió cuenta que no debía de presentar una buena imagen... estaba despeinada, sudada y el chandal le quedaba horroroso, sin pensarlo se encaminó hacia la ducha... y por unos instantes bajo el agua caliente se olvídó del chico nuevo...
Ella se limpió a conciencia, cogía la esponja y con ella se daba masajes en circulos por el pecho, a ella eso le excitaba mas que ninguna cosa, se pasaba la espuma por los muslos, por los gluteos... la encantaba su textura.
Solo con una toalla, fue a su taquilla a cambiarse, viendo que estaba sola se la arrancó ... y desnuda tal como la trajo su madre al mundo se colocó delante de un espejo... la encantaba mirarse así la daba morbo, sonrió muy satisfecha... Eran las ocho menos cinco iban a cerrar el gimnasio, se dió prisa en vestirse....
Todo este tiempo Alexandra no se había dado cuenta que tenía un miron, si desde que entró a la ducha hasta esos mismos momentos, el chico nuevo la había estado mirando....
Los ojos que la miraban no traian buenos presagios... bueno segun se mirara, porque si ella le hubiera podido ver, tal vez....
El chico estaba excitado, babeante, si se lo quería hacer con ella, se la veía muy joven, pero tenía un cuerpo de escandalo, pensó mientras se dirigía a recepción, pensó en la manera de montarselo con ella...
Alexandra salió del vestuario y con un buenas tardes se encaminó a la salida, cuando de repente el chico la interceptó y la pidió el documento de identidad no sé pa que cosa del carnet de socio... ella sacó el documento y mientras esperaba le miró bien, y lo que vió le gustó mas que antes...
Acabó de rellenar unos papeles y el chico, sonriendole la dijo... "vives lejos?... es noche cerrada y hace bastante fresco... yo cierro y me voy... si quieres te acerco a casa en mi moto..!!"... ella le miró y vió en sus ojos esa mirada lividinosa, llena de lujuría llena de pasión... sin pensarselo dos veces se fue con´él... Llegaron a la puerta de su casa, y él se la pasó de largo, ella mezcla de sorpresa y de excitación, no pudo contener un grito contrariado... entonces él aceleró y la llevó a las afueras de la ciudad, a un alto, esa zona era bien conocida, la frecuentaban parejas que iban a pasar la noche... ella sabía lo que él quería, no hacia falta mas palabras, agarrandose fuertemente a él y sujetandose bien, puso su rostro en su espalda, pensando en lo bien que lo iban a pasar...
Llegaron al monticulo, desde ahí vió el paraje todo oscuro, solo se atisbaban las luces a lo lejos de la ciudad, parecía desierto, silencioso...
Paró la moto y el chico bajó primero, ayudó a Alexandra a bajar, tratandola con delicadeza y gratificandola con una sonrisa, la cogió de la mano y la llevó a una caseta, que había al final de un estrecho sendero, si un sendero que formaba parte de un paso de transhumancia de ganado... la caseta desde fuera parecía abandonada, la madera parecía que se iba a caer en cualquier momento... pero a ella no le importó... la noche prometía mucho, y ella iba a salir de dudas en breves momentos...
Entraron el la vieja caseta, estaba mas oscuro y humedo todavía que fuera, en un lado habia un jergon de paja, olía a hierba recien cortada... de pronto se sintió nerviosa, no sabía como empezar, no sabía que hacer...
El cogiendola de los brazos se la acercó para sí... aunque no podía distinguirle bien las facciones sus ojos refulgian en la oscuridad como los gatos... la deseaba, solo eso pudo adivinar en esa mirada llena de pasión...
Empezó a besarla delicadamente, era todo un experto, lo notaba en sus movimientos, en sus maneras... ella se dejó llevar por la pasion....
Abandonada al frenexí de sus sentimientos y bajo la atenta mirada del experto, ella sentía palpitar su deseo entre sus piernas, notó la humedad que le mojaba el tanguita... él no estaba menos, tambien reaccionó a los besos, ella lo notó, porque estaban pegados, en su vientre sintió su miembro todo erecto, caliente y palpitante... él la iba desnudando suavemente, hacía frio pero a ella no le importaban porque esas manos, la daban calor...
Se encontró desnuda delante de él, y él no dejaba de mirarla sonriendo, se abalanzó hacia ella, mejor dicho hacia sus pechos, pechos que hizo suyos, les lamió, les chupó, y finalmente les mordió, quería probar la fruta madura que se le ofrecía... él tambien se quitó la ropa, fue rápido casi sin darse ella apenas cuenta, olía muy bien, le encantaba el olor a hombre, si a hombre y no a crios de su edad...
Abrazados y excitados dando rienda suelta a su pasión se dirigieron al jergon de paja del rincón...
El chico se echó en´él, y ella sintiendose poderosa se sentó a horcajadas encima de él, estaba listo para la cabalgata sexual... Ella se pegó a él como una segunda piel, su pecho se apretaba contra su torso, su boca con su boca, su lengua con su lengua y notaba la presión de su poya en su vagina, estaba muy entregada a la lujuría, quería entregarse a él.
Y así sin mas preambulos, se puso encima de él, y ayudada por sus manos expertas se introdujo su poya en su vagina, primero lentamente para saborearle, y luego de un tirón entró toda, ella estaba excitada, mojada, chorreando por él... él dejo escapar un jadeo de aceptación y de gusto, estaba complacido por la respuesta de ella....
empezó a subir y a bajar encima de él... sintiendole saboreandole, mirandole a los ojos directamente, su mirada se lo decía todo, estaba enteramente entregado a la lujuría, él la ayudaba sujetandole por las caderas e izandola, ella estaba sintiendo el remolino de placer, las olas y los vaivenes, el orgasmo no iba a tardar, sus pechos se movian acompasados por el movimiento de sus caderas, notaba como el miembro iba agrandandose, cada vez le sentia mas dentro y mas caliente, él la tocaba los pezones, sus pechos estaban anhelantes, hacia frio pero ellos ardian de pasión, el sexo se podía oler en el ambiente, cada vez iba incrementando mas el ritmo de sus botes sobre él y el chico no paraba de resoplar como un semental en celo, ella no pudiendose aguantar mas se dejó caer encima de él y se abandonó al orgasmo, nunca le había sentido tan intenso ni con otros chicos ni cuando se masturbaba era increible....
El chico todavía no habia terminado su faena y dandole la vuelta la puso a cuatro patitas, tenía ante si sus preciosos gluteos, les acarició, les besó y por último les guío hacia donde se encontraba su polla, se la metió duramente y con fuerza, empezó a moverse contra ella, cada vez mas y mas el estaba aguantando como un jabato, quería llegar al limite de sus fuerzas, sudoroso y no puediendo mas con otra sacudida acabó derramandose dentro de ella, estaba jadeando, parecía que habia corrido los cien metros lisos, su corazon no paraba de latir a cien por hora... se tumbo al lado de ella con una sonrisa en los labios...
Nadie dijo nada, él no pronunció palabra ni ella tampoco no querian romper el silencio que deja atras el desahogo sexual... se fueron de allí dejando tras de si la caseta y el sendero, Alexandra pensó que lo recordaría siempre como el sendero que le habia llevado a la pasión...