Dos día después de la supercogida que nos dimos con Rocío, teníamos que retornar a la capital, todo solucionado con el problema del ganado, La tía Carolina y la tía María Marta estaban ya listas para partir, pasamos al pueblo para despedirnos de María Elba y de Rocío y desearle pronta recuparecación a Juancho, María Elba me dijo que esperaba que pronto llegara de nuevo de visita, que siempre le diera un timbrazo antes para prepararme una cena deliciosa que luego le pagaría en la cama durante una noche completita, Rocío se despidió muy tiernamente con un beso en la mejía, que lejos estábamos los dos que ya un mi esparmatezoide estaba haciendo su trabajo dentro de ella. Como le relaté enla primera parte de esta zaga de relatos, María Marta era hermana paterna de mi padre, me llevaba 15 años de edad y era una de mis dos madrinas de bautizo. Era alta de una belleza impresionante, y un cuerpo delgado pero espectácular, pechos medianos, culo parado y piernas largas rollizas blancas, ojos verdes y naríz respingada, pero le encantba fizgar, ya Rocío me dijo que la habían visto espiando cuando cogían con Juancho, y por ella misma supe que se dió cuenta de las escapadas nocturnas de maría Elba y Rocío a mi habitación, y aparte de eso que iba yo hacer a las doce de la noche o una de la madrugada al cuarto dela tía Carolina. Ella vivía en Potes Tudes, en Santander en donde mi abuelo conocío a su mamá y de ese romance nació ella, claro que con mi padre tenían relación de hermanos e incluso cuando se casó con mi madre se vino con ellos a Guatemala, marchandose cuando yo tenía dos años. En ésta ocación que vino me trató con un ternura extrema, yo era su niño por así decirlo, pero sl darse cuenta en la hacienda de la actividad sexual a la cual me sometieron tres mujeres, ya empezaba a verme como un macho, como un semental por así decirlo. Durante el camino hablaron con mi tía Carol, de que se iba en veinte días más, que su mamá la necesitaba mucho, porque ya su enfermedad la estaba desgastando mucho,(le habían amputado un pecho), pero el deseo de venir a vernos la hizo viajar ya que a mi no me veía desde que me dejó de dos años, y que había llorado mucho por la separación, y que ahora era todo un hombre, guapo de una complexión maravillosa, y un montón de cosas que dicen las mujeres, más cuando eres su sobrino, y único sobrino.

Hablaron de su vida personal, de un noviazgo que tuvo a los veinte años, que tuvo que romper esa relación ya que el tipo en una ocasión había intentado violarla, y lñe dio a mi tía que era increíble pero que a sus treinta y cinco años seguía siendo virgen, pero dada la confianza que ya se tenían le dijo que cuando necesitaba un desahogo tenía un juguetito. Al día siguiente de haber llegado a la capital, tanto mi madre y tía Carolina fueron donde la ginecóloga a su examen de rutina que hacían cada cierto tiempo, la tía por lo general me dec+ía que sentía exquisito hacer el amor conmigo, pero por tener el pene grande y grueso ya al coger en exceso le lastinmaba un poco y siempre le pedía cremas y algo por el estilo a la Dra.. Ellas salieron a su consulta y yo estaba nadando enla alberca,al pasar hacia mi habitación, oí un ruidito extraño en el cuarto que ocupaba María Marta, estaba tumbada sobre la cama, desnuda conmpletamente, apreció sus pechos blancos puntudos de pezones rosa chiquitos pero erectos, su cabeza echada hacia atrás, mordiendose los labios, una mano jugaba con unos de sus pezones y con la otra mano frotaba un consolador no muy grande a lo largo de su raja, el ruido que oía era el da la batería de carga, su vagina comnpletamente depilada, sus labios rosaditos brillaban por los jugos que le brotaban, podía apreciar su clítoris rígido al frote de la punta del consolador, recordé cuando le conento a la tía Carol, que aún era virgen, yo no lo créi y esperaba verle meterse el consolados pero sólo metía la punta y lo sacaba, la escuchaba gemir y de sus labios oí cuando pronunció mi nombre, me tenía a mil, la verga estaba que reventaba bajo mi traje de baño, impulsivamente empujé la puerta terminando de abrirla, ella se levantó de golpe, tratandose de cubrir con las sábanas, me acerqué a ella, quité la sábana sin decir palabra ninguno de los dos, la empujé hacia ala cama, abrí sus piernas y mirostro se perdió dentro de sus piernas, con mi lengua recorrí su canal desde el ano hasta el clítoris, recorriendo sus líquidos saladitos, aciditos, dulzones, agrios era una mezcla de sabor, pero para mi era un elixir maravilloso, con is labios succioné su clítoris, gimió fuerte, ya no lo solte empezé a chupar y chupar y a lamerlo hasta que empez´a gritar suavecito, gemía y se contorneaba, subió sus caderas a mi boca, tomó mi cabeza entre sus manos y me empujó hacia su vagina y apretó sus pierbnas a mi espalda y fué un ahahah, se quedó subiendo despaciro sus caderas hasta quedarse inmovil, con una sonrisa de satisfacíon, con su ojos húbedos y su rostro rojo, sus dedps se metieron entre mi cabello y suavemente me lo acariciaba, y uego dijo; mi bebíto mira que chupada me diste, me corrí como loca, haste para acá y dame tu pene te recompenso ya mismo. Acerqué mi verga a su boca, hinchada gruesa, talvez más que de cistumbre y escurriendo líquido, la tomé entre sus manos, y dice: Vaya, vaya que pene tan enorme y grueso, déjame chuparlo, y se lo metió a la boca, era obvio que no sabía mamar,prro estaba haciendo la lucha por darme placer, luego de unos instantes me dijo que se lo metiera, fuí a mi habitaciín por gel lubricante, le llené el agujerito de gel y generosamente me dí una capita a lo largi de mi pija, lo acerqué y lentamente se fué deslizando hsta llegar a un tope, con una mano apreté la base de mi pija para darle fuerza al empujar, y apreté a su entrada, ella se coeeió hacia abajo pero ya era tarde, su himen cedió al impulso y se fué la mitad, ella gimió de dolor, y cerró las piernas, estab sudando, besé sus labios y abrió su boca para besarme con pasión, abrió un poco las piernas y despacito terminé de meter la pija al fondo, estaba caliente por dentro, y sus paredes me apretaban como si la presión la hiciera empuñando sus manos y mi verga estuviera en su palma, me movía dentro de ella casi sin sacar nada, su vagina fué dando de sí, y ya salía y entraba con facioidad, llegé el momento que salía y entraba todo, ella seguía mi ritmo, yo ya me corría pero al mismo tiempo hacía lo posible por aguantarme, ella lo notó y me dijo que se lo diera en la boca porque podía quedar enbarazada, pero ella estaba próxima a explotar y así sucedió empezó a convulsionar, y en ese momento no pensé en nada más que hacerla gozar, al mismo tiempo nos corrimos los dos, mis chorros de leche la llenaron por dentro, no paraba de dispararles los chorros, ella no me dijo nada, hasta después de haber quedado quietos, abrazados y de lado frente a frente y con la pija aún ensartada, dijo, estoy en período fértil, pero sera mi suerte la que decida si quedo embarazada o no, no voy a impedirlo, adem{as sería un bebe de mi nenito lindo. Los veinte días siguientes fueron de locura, ersn madrugadas maravillosas, los últimnos tres días se fué conmigo a la planta de produccíon de aceite en el sur del país, fué como luna de miel porque allí no teníamos que esoperar que madre se durmiera, cogíamos a la hora que nos daban deseos, y por todos los agujeros. Diez meses después de la partida, como hacia las once de la noche, mientras me enteraba de las noticias por televisión sonó el teléfono, mi madre lo atendió y alegremente se puso a platicar casi por media hora, era la madre de María Marta, me sonrió y dijo: Eres padre de una preciosa nena de ojos azules. dentro de dos meses partinos a Santander a conocer a mi mieta, y estanos por alla un mes otro,pero ésta vez cuídense para evitar otro viaje y conocer más familia.