Luego mi encuentro sexual con Fabricio en su sala, fuimos a tomar una ducha por separado, el fue primero mientras yo recogía las cosas de su sala y llevaba para su cuarto nuestra ropa y nuestros juguetitos caseros. Fabricio salió de su ducha en unos 10 minutos y se dirigió para su cuarto donde dijo que me esperaba para seguir disfrutando de nuestra faena sexual.

Yo entre a la ducha y no demoré mucho, unos 5 minutos quizá, tenía ganas de empezar otra vez y así iba a ser… me sequé un poco y entre a su cuarto semidesnudo, con la toalla por mi cintura y encontré a Fabricio acostado por debajo de las cobijas totalmente desnudo, automáticamente deje caer mi toalla al suelo y entre en su cama, para mi sorpresa, el también había preparado “un detallazo” para esa noche, apenas me acosté junto a él, prendió su televisor de 42¨ y se estaba reproduciendo una película de bisexuales (ese dvd tenía de todo, “Orgias para todo gusto” se llamaba el DVD; esos de “4 en 1”, travestis, bisexuales, gays y hetero) me imaginaba lo difícil que fue hallarlo, no vimos ni dos minutos de película y me monte encima de él, aun nuestras vergas estaban flácidas, movíamos nuestras caderas de adelante hacia atrás para acariciarnos nuestras vergas que se sentías suaves y se empezaban a mojar de ese liquido pegajoso…

Fabricio agarró fuerte mis nalgas con ambas manos mientras yo apoyaba mis manos en el espaldar de su cama y empezaba a lamer su cuello mientras sentíamos como se iban poniendo duras nuestras vergas, de repente levante mi cabeza para tomar un poco de aliento y mi mejor amigo hizo que bajara mis manos de su espaldar insinuándome que lo tomará por la cintura lo cual obligaba a juntar nuestros pechos, repentinamente subió su mano por mi espalda hasta mi nuca y pego mi cabeza con la de él a pesar de toda nuestra travesía sexual gay, me sentí raro al saber que Fabricio quería besarme, cosa que nunca lo habíamos hechos, pero notaba su excitación y no quería arruinar el momento así que cedí, nos dimos un largo beso de lengua, se notaba que Fabricio quería comerme totalmente, el me acariciaba las nalgas, la espalda, me agarraba de la cintura y me apretaba fuerte la cabeza contra él y seguía besándome, nuestras vergas estaban totalmente duras y mojaditas mientras tanto yo me limité a entrelazar mis brazos por debajo de su espalda y también devolvía los besos con lengua pero la verdad esa parte de nuestro acto homosexual no me gustó mucho…

Hicimos dos consoladores caseros mas, los llenamos de lubricante y nos los metimos uno al otro, nos acostamos en la cama paralelamente, con la una mano metíamos y sacábamos los consoladores de nuestros anos mientras con la otra nos masturbábamos el uno al otro y nos dábamos otro largo beso francés.

Así pasamos por un momento y estábamos listos para nuestro tercer encuentro sexual, le puse a 4 patas y empecé a meterle y sacarle mi verga mientras aun tenia nuestro consolador casero en mi culo y con la otra mano lo masturbaba suavemente, quería mantener ese rico pepinillo dentro de mi ano pero apenas quité mi mano que lo sostenía cayó al suelo, era una rica sensación pero entre gemidos Fabricio me suplicaba –“agárrame de la cintura y métemela todita” –“más duro por favor” y ante tal suplica no podía dejar se complacerlo, me trepe encima de él al estilo perrito, tal cual como cuando se aparean dos perros y lo agarraba de su cabello como ser un jinete, yo era complaciente con él porque yo quería terminar en su cara y que se lama y trague todo mi semen, cosa que aun él no lo había hecho, accedió siempre y cuando yo después de terminar me dejara culiar por él hasta que termine y llene de semen todo mi ano; al igual que nuestra primera vez quería sentir como su semen salía de mi ano le moje sus bolas y yo le chupara su verga y se la dejara limpiecita. Idea que a mí también me fascinaba.

Yo no aguantaba mucho ya ese momento, la excitación me invadía, le pedí que se siente en su cama yo me pare frente a él y me masturbaba un poco, le pedí que me chupe la verga mientras él me acariciaba las piernas, estaba listo para terminar, le di mis primeros gemidos y mis primeros chorros en su mejilla derecha luego el agarro mi pene y lo acomodó en su boca para que acabase de terminar dentro y se pueda tragar toda mi leche, yo lo besé limpiando el resto de semen que le chorreaba por la cara, la verdad quería descansar de tanta faena pero un trato es un trato, así que automáticamente lo recosté en su cama, me senté encima de Fabricio y empecé a saltar encima de él como una puta, le decía cosas sucias como –“que rica verga papi” “rómpeme el culito, asi, asi, que rico” –“soy tu putita, culeame machote,” yo sabía que esas cosas le gustaba que le diga su mujer así que lo intente ya que mi excitación se iba bajando y quería que mi mejor amigo termine rápido dentro de mí y lo logré, me llenó el ano de su semen y esperamos que su haga agüita para que se chorree en sus bolar y se las pueda lamer junto con su flácida verga.

Fue una experiencia maravillosa, luego de terminar y sentirnos completamente satisfechos llegamos conversamos mucho y llegamos a la decisión que no podíamos seguir haciéndolo a menudo, no queríamos terminar siendo pareja o algo así, descubrimos nuestra bisexualidad de una manera muy placentera pero nos gusta las mujeres y queremos una familia e hijos normalmente a futuro, claro que íbamos a guardar nuestro secretito, obviamente quedamos en repetirlo en alguna otra ocasión pero no sería continuamente, aunque para la próxima queremos contratar una prostituta, llevarla casa de Fabricio y hacer un trió “todos contra todos” para disfrutar de ambos gustos. Si se da, con gusto les contaré como nos fue. Mientras tanto agradezco a las personas que siguieron mis tres vivencias transformadas a relatos, a nadie de mis conocidos les puedo contar esto así que comparto anónimamente con el mundo mi vivencia gay o bisexual, no sé cómo llamarla pero sé que el sexo entre hombres puede llegar a ser más rico y placentero que con una mujer dependiendo el caso.

Hasta una próxima.