"Ya me empezaba a mojar, así que me levanté y me senté en sus piernas, ambos estábamos en pijama y pude sentir, que ya estaba duro, sabía que me deseaba, me penetraba con la mirada."

 

Fuí a quedarme a la casa de mi hermana unos días porque había tenido unos problemas

de dinero, ella ofreció darme una habitación diciendo que podía quedarme hasta que resolviera

mis problemas.

 

Los primeros tres días únicamente llegaba a casa cansada de trabajar así que solo iba a dormir

cuando yo llegaba mi cuñado estaba en la sala viendo televisión, lo saludaba y pasaba a mi habitación, no se si el lo notaba pero yo si veía como me comía con los ojos, miraba sin disimulo 

mis tetas y cuando me daba vuelta seguramente me miraba el culo, no le mencioné nada a mi

hermana porque así son los hombres, y en parte me sentía halagada.

 

Un domingo por la mañana, mi hermana había salido a hacer unos mandados, mi cuñado

como de costumbre estaba en la sala viendo tv, ese día no tenía ganas de salir y tampoco dinero,

pero no quería quedarme en mi habitación, así que salí, y me uní a mi cuñado, estaba viendo un programa aburrido, le saludé y pregunté si podía sentarme, el un poco atontado asintió con la cabeza. 

 

Yo traía puesta una pijama rosada y una camiseta corinta que me quedaba pegada, no cargaba bra

mis tetas andaban sueltas y el las miraba de reojo, no podía evitar verme, hacía un poco de frío, así

que fui por una frazada, cuando regresé el se había acomodado en el sofá, como que era su oportunidad para estar a solas conmigo, mencionó algo del programa, yo fingí interés, sabía que me deseaba, y yo ya me había calentado un poco, me excitaba saber que era mi cuñado, que era un hombre prohibido, que en cualquier momento podía llegar mi hermana y encontrarnos, pero no me importó y mientras veíamos la tv comencé a pasar mi mano por su pierna, el se sorprendió, y me dijo

 

- ¿ Qué haces ?

- No es eso lo que quieres

- En cualquier momento puede llegar tu hermana, estás loca.

 

Ya me empezaba a mojar, así que me levanté y me senté en sus piernas, ambos estábamos en pijama y pude sentir, que ya estaba duro, sabía que me deseaba, me penetraba con la mirada, aún

así se negaba a tocarme, se quedó inmóvil, yo movía mis nalgas en su entrepierna, me gustaba sentir su miembro endurecerse por mi, me levanté nuevamente y me di la vuelta volviéndome a sentar en sus piernas pero de frente, pasé mis manos por su cuello, besé su Mejía, sentí el palpitar

en su entre pierna, pregunté, 

 

- ¿Quieres que me detenga?

- No lo sé

 

Besé sus labios, mientras sus manos tocaban mis piernas como quien no quiere la cosa, le dije al oído, se que quieres cojerme, tus ojos no mienten, se que me deseas y que quieres estar dentro de mi, sus manos comenzaron a recorrer mis muslos, lo seguí besando, sus manos fueron subiendo metiéndose dentro de mi blusa, acariciando mi espalda, sabía que no había vuelta atrás, me excitaba

saber que me iba a coger al marido de mi hermana, después de varios minutos besándonos y caricias por encima de la ropa, me separé de el para quitarme la blusa, dejando mis tetas frente a el.

 

Puse mis tetas en su cara, y el aún temeroso de le que podía pasar, comenzó a lamer mis pezones,

- siempre había querido comerme estas tetas, dijo pasando su boca de una a la otra

sus manos me acariciaban la espalda  y se metían dentro de mi pijama acariciándomeme el culo.

 

Me paré para quitarme la pijama y quedarme solo en bragas, con las tetas al aire y el pelo suelto.

 

- No puedo creer que estemos haciendo esto, dijo

- Es lo que siempre habías soñado, no? 

- Siempre habías querido comerte a tu cuñada. le dije mientras mi pijama caía en el piso.

 

El sentado en el sillón, disfrutando la vista, me veía anonadado, me incliné para quitarle la pijama

dejándolo solo con la t-shirt, su erección se había ido, no se si por lo nervioso de que nos encontrara

mi hermana, así que me acomodé en el sillón, y le dije que pasa?, no te excita tenerme solo para ti,

tomé su verga flácida con la mano, y pasé mi lengua por el tronco hasta la cabeza, lo introduje en mi boca y empecé a devorarlo, sentía como se iba endureciendo dentro de mi boca, el no se lo podía creer, pero su verga reaccionaba dentro de mi boca.

- Lo mamas como una experta, dijo con voz entrecortada

- Mi hermana no te la chupa así, pregunté

- No, no pares, la chupas como una diosa.

- Que descuidado te tiene mi hermana, dije viéndolo a los ojos.

 

Sus nervios fueron desapareciendo, estaba más relajado, me halaba el pelo mientras se la seguía mamando, yo había iniciado, pero poco a poco era el quien me empezaba a dominar.

 

- Sigue así perra, dijo con un tono más agresivo

- trágatelo completo.

 

Empujo mi cabeza y su verga me llegó hasta la garganta, ya estaba empapada, subí para besarlo

mientras seguía masturbándolo, sus manos me acariciaban las tetas, sus respiración se había acelerado, 

 

-Voy a hacerte mi puta, dijo mientras me besaba

- Levantate, dijo, luego bajó mis bragas dejándome desnuda frente a el.

 

Me abrazó y me dio un par de nalgadas,

 

- Soñaba con comerme ese culo, dijo mientras me nalgueaba.

- Es tuyo, dije.

- puedes hacer con el lo que quieras, hoy te pertenece.

 

Se acostó en el sofá, me tomó e hizo que me sentara sus piernas, se acomodó la verga

y me la introdujo de golpe, gemí, quedando sentada en su miembro, frente a el, sonrió.

 

Puso sus manos sobre mis piernas.

 

- Esto es lo que querías verdad putita. dijo con una sonrisa en su cara.

 

Me gustaba tenerlo dentro de mi, comencé a montarlo, a hacer todo el trabajo, dejándolo 

en el sofá disfrutando, lo cabalgaba como toda una puta, el solo me tocaba las tetas, seguimos

así por varios minutos. sus manos se se posaron sobre mi cuello.

 

- Te gusta, pregunté mientras gemía

- Me encanta, nena, no pares de cabalgar

 

Me incliné para besarlo mientras seguía moviéndome encima de su verga, estaba durisimo. 

me abrazo apretándome contra el, mientras me besaba y me seguía penetraba, me levantó

y me tiro al sofá.

 

-Ahora me toca a mi, dijo acelerado mientras se quitaba la playera.

- Abre las piernas, dijo

Obedecí, dejándome dominar.

 

Introdujo su verga suavemente, soy tuya bebé dije, deborame, puse las manos atrás del sofá, quedando indefensa para que hiciera lo que quisiera conmigo.

 

Me penetraba con fuerza, yo no ponía resistencia, solo disfrutaba sus embestidas, 

me encantaba sentirlo dentro de mi, el sabía que me encantaba, y lo disfrutaba.

 

- Te gusta que te lo meta así, decía mientras me penetraba

 

No contestaba, solo gemía.

 

- Quieres mas duro putita, decía.

- Me pones durísimo.

 

Se quedó dentro de mi, y comenzó a besarme, estás deliciosa decía.

 

- Así te cojes a mi hermana, pregunté.

- No mi amor, tu haces que me ponga durísimo.

 

Se levantó y comenzó a penetrarme despacio pero duro, mientras apretaba mis tetas.

 

- No acabes aún, le dije.

 

Se detuvo un momento para recuperarse mientras me miraba.

 

- Todavía no bebé, le dije

- No quiero que acabes tan pronto, quiero disfrutarme esa verga durísima que tienes un poco más.

 

Nos levantamos, el se sentó en el sillón, luego me senté en sus piernas, acomodándome su

verga, la introduje en mi pussy, y commence a bombear esa verga dura, puse mis manos sobre

su abdomen, el me tomó los brazos y los jalaba para penetrarme con mas fuerza, puse los pies sobre el sofá, para mecerme sobre el más cómoda, el me sostenía del culo, levantándolo para que cayera sobre su verga con más fuerza. No aguante mucho en esa posición, me sentía cansada, pero

quería seguir disfrutando, deje de moverme, mientras tenía su miembro adentro, solo hacía movimientos en círculos, el acariciaba mis pezones. 

 

- Que delicioso culo tienes mi amor, decía mientras me acariciaba las tetas y me penetraba.

 

Caí sobre el, cansada, el me volvió a tirar al sofá y me puso de perrito, 

 

- Tranquila mi amor, yo voy a hacer todo el trabajo ahora.

 

Levantó mi culito, dejándome indefensa, se escupió la mano y luego la paso sobre mi vagina, abrió mis nalguitas e introdujo su verga.

 

- Sufre perra, decía mientras me comía el culo

 

Yo de perrito solo disfrutaba sus embestidas, sus manos encima de mis nalgas mientras metía y sacaba su verga durisima, yo lo veía a los ojos.

 

- Mmmm no pares, le decía

- Cojeme como la puta que soy.

- Deboráme, penétrame, hazme tuya.

- Soy tu perrita obediente.

 

El no decía nada, solo me taladraba con fuerza. en cualquier momento se correría.

 

 

Mis tetas rebotaban, así estando de perrito, sentía su deliciosa verga entrar y salir, como me robaba

era tan delicioso.

 

- No te detengas, me corro, me corro.

 

Me corrí estando en cuatro, el no paraba de penetrarme, mientras me daba nalgadas con fuerza, 

- Sufre perra, eso es lo que querías, 

- Pues comételo todo, 

 

Mis nalgas rebotaban en su entrepierna, mientras me estremecía de placer, de repente se detuvo 

y se separó de mi, dejándome aún en cuatro recuperándome.

 

- Me vas a dejar así, preguntó

 

- No bebé, respondí sofocada

 

Me di la vuelta y me recosté en el sillón. lo llamé con los dedos, abriendo las piernas, esperando a ser penetrada nuevamente.

 

El sonrió.

 

- Tremenda puta. dijo

 

Se recostó sobre mi, abrazándome.

 

Introdujo su verga, que seguía durisima, esperando a estallar.

 

- Ahora me toca a mi bebé, voy a hacerte estallar.

 

Empezó a embestirme, mientras me besaba.

 

- Duro bebé

- No pares

- Te gusta?

 

Gemía casi en su boca, el me penetraba mientras me miraba a los ojos.

 

- ¿ Te vas a venir ?

- Sigue bebé

- Este culo es tuyo, comételo mi amor

- Academe adentro

- Llenáme de ti

 

Me aferré a el, haciendo un candado con mis piernas, carrete dentro de mi.

 

- Ah, gritó

 

Sentí toda su semen recorriendo el vientre.

 

-  ¿ Te gustó ? pregunté

-  ¿ Así te coje mi hermanita? sonreí

 

- Me encantó, cuñadita.