Tenía apenas 10 añitos y sentía una imparable atracción por los hombres.sobre todo los mayores, si gorditos, canosos o velludos mejor.Para entonces iba al 6to grado de la escuela primaria y ese deseo no me daba tregua.Era muy difícil asumirlo, apenas podía entender entonces que era la homosexualidad. Y me torturaba al darme cuenta que el "juicio social" me condenaba a reprimir un aspecto mas que importante de mi verdadero ser.
Una tarde al volver de la escuela esperaba el transporte y pasó por el lugar un compañero de trabajo de mi padre que vivía a pocas casas de lanuestra, se detuvo y me dijo: Vamos Marquitos, te llevo.
Accedí sin siquiera planteármelo, él inició una conversación "guiada" que al principio me pareció inocente, pero a los pocos minutos se hizo un silencio y de la nada me sonrió y apoyando su manaza en mi pierna lampiña y menuda descubierta por el uso de pantaloncitos cortos me dijo <<¿Sabés? No quisiera que te enojes por lo que te voy a decir, pero tenés una mirada de nena que me despierta unas enormes ganas de besarte>>. Me puse violeta de vergüenza, por mi cabeza se cruzaron miles de pensamientos en unos pocos segundos y no pude reaccionar.entonces agregó: <
>.<<¿Querés?>>.
Mi confusión al escuchar esas palabras de un hombre de casi 50 años, casado, amigo de mi padre y unos años mayor que él aún me paralizaba.pero al fin reaccioné y dejé salir de mi boca un tímido <>. Llegamos a su casa, entró el auto en el garaje y cuando se cerró el portón sentí que comenzaba a vivir una experiencia que me cambiaría la existencia. Sabía que podía pasar lo que tantas veces había imaginado y me atraía muchísimo la idea, aunque a la vez pensaba como podía aprovechar esa tremenda oportunidad sin que se me notara a los ojos de mi familia.Ricardo no me dió tiempo a elaborarlo.
Antes de bajar del auto se volcó sobre mí y me dió mi primer beso de lengua.que resistí apenas un instante antes de decidir aceptarlo.nuestras bocas pegadas en la penumbra del garaje se gozaron durante muchos minutos y en mi interior se liberaba definitivamente el deseo de ser "el juguetito" de un macho maduro.me encantaba, ya no había forma de arrepentirme y tampoco quería hacerlo.sentí que me convertía en una hembrita.
No quería que sus besos terminaran.me dijo: <>. A lo cual respondí con otro hambriento beso. Bajamos del auto, fuimos a su cuarto y me dijo: <>.Recién entonces pude hablar y salió de mi interior un <> me beso y guió mis manitos a su bragueta, sin apuro dijo: <> me enloquecía lo que estaba viviendo.aflojé su cinto. Desabroché el botón de su pantalón y bajé la cremallera.me encontré con un bulto aprisionado en su slip que jamás hubiese imaginado tan grande.Ricardo tenía una hermosa verga como de 22 cm de larga por 6 de diámetro.apenas corrí su piel quedó al descubierto una cabeza morada, del tamaño de una ciruela.Deliciosa y ya lubricada con sus fluidos que me parecieron deliciosos. Se la empecé a chupar al principio despacito pero me volvía loquita y en pocos segundos mis movimientos hicieron que me coja la boquita con un ritmo desenfrenado.Ricardo jadeaba, y cuando vio que se venía me dijo ¿querés tragartela amor?, y sin responderle laaprisioné entre mis manos para que no me la quite.succioné sin parar de masturbarlo con mi golosa boca y él entendió que podía hacerlo.tomé un trago abundante de su leche y el resto, que no terminaba nunca de salir desbordó mi boca.apretó fuerte mi cabeza contra su pelvis .suspiró y me dijo: "Te amo.serás mi puta para siempre." después me explicó que ya debía irme hacia cas y agregó: <>. Nos besamos durante unos minutos como enamorados (y creo que lo estábamos), me abrió la puerta y me fui hacia casa absolutamente enamorada.y ya contando las horas para nuestro segundo encuentro.y lo hacía mas hermoso aún su amistad con mi padre.
que rico me gustaría otra historia siges con el has tenido otras experiencias donde vives que significa