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Categoría: Masturbación

Se llama Ximena

Por azares del destino, el trabajo me llevo a cambiar de rubro, y de repente me vi trabajando en el ramo industrial, y me vi trabajando para una empresa que tenía operaciones dentro de una planta de producción dando soporte a usuarios de distintas áreas dentro de oficinas en naves industriales. Dentro de estas naves el ruido era tanto y tan constante que llenaba cada rincón estas enormes instalaciones con ruido de maquinaria trabajando, pequeños vehículos moviendo personal y material de las líneas de producción, montacargas que movían materiales, cargaban y descargaban camiones y tráileres con piezas que al ser movidas sumaban de manera considerada el ruido que ya saturaba estos lugares. 

Y un día, me toco atender un tema de soporte para un usuario dentro de la nave más ruidosa de todo el complejo industrial. A penas al entrar a la oficina no pude evitar ver a una mujer que robo inevitablemente mi atención, pues estaba recargada sobre un escritorio al otro extremo de la oficina inclinada explicando algo a una persona, dándome la espalda, y permitiéndome admirar directamente un redondo, grande, llamativo y tentador trasero, que solo al mirarlo provoco en mí una erección, que fue necesario bajar rápidamente mi mano y acomodar el bulto de manera que no se notara, antes de que ella volteara por todo el ruido que entro a la oficina junto conmigo. 

Es una hermosa mujer de talla grande con unas espectaculares piernas un trasero que puedo definir como una enorme tentación que roba miradas y levanta bajas pasiones en una cara risueña u amable de esas que inspiran confianza desde la primera mirada, y debo confesar que eso me dejo rendido ante si presencia y esa combinación me hizo comenzar a fantasear en lo que haría con ese delicioso cuerpo si tan solo pudiera tenerla a solas. 

Pasaron varias semanas de visitas constantes con cualquier pretexto solo para poder verla a ella y ese cuerpo que me provocaba irremediablemente erecciones cada que la veía, hasta que un día, me senté en su escritorio porque debía revisar su máquina por una falla, y de la nada ella se acercó, y me dijo – puedo revisar el correo que acaba de llegar. A lo que respondí  -por supuesto. Y justo cuando me iba a levantar solo acerco su cuerpo impidiéndome levantarme y su pierna estaba cobre mi mano que yo había colocado obre el borde el escritorio para levantarme, su mano izquierda estaba sobre el respaldo de la silla y sus deliciosos senos se ubicaron a la altura de mi cara, y ella simplemente veía la pantalla del monitor sin ponerme atención y solo leyendo lo que veía en pantalla. 

No sabía en ese momento si esa había sido su intención, si era una insinuación abierta a mi persona o solo era que tenía tanto trabajo y tantos pendientes que ella actuó de manera tan natural sin ninguna intención. Y en ese punto no sé qué me exito más, una insinuación directa o que sin darse cuenta mi cara estaba prácticamente respirando el aroma dulce de sus senos, mientras mi mano estaba atrapada entre el escritorio y su pierna, que poco a poco se movía y se colocaba cada vez más cerca de su ingle. 

Esto se repitió varias veces, y debo confesar que los acercamientos eran cada vez más estimulantes, en alguna ocasión ese delicioso trasero roso por accidente mi mano en una de tantas sesiones de soporte, lo que provocó una erección muy notoria en mí, y al haber estado varias semanas ya sin nada de actividad sexual provoco una reacción inesperada, que se reflejó en una mancha de humedad en mi pantalón que me obligo a ir al baño, para lo cual me levante apresuradamente mientras ella se encontraba a un lado mío, y al moverme detrás de ella para poder pasar, mi pequeño amigo abultado roso por accidente ese hermoso trasero. Al llegar al baño me apresure a limpiar ese fluido seminal que era abundante en mi bóxer, pero al intentar limpiar mi pene húmedo y erecto, lo presione para exprimirlo y eso me provoco una sensación de placer al estar excitado. Lo que provocó que comenzara a frotar mi pene al principio de forma suave y apretándolo para repetir esa sensación de presión en mi pene ya erecto y húmedo. Comencé a frotar la punta de mi pene con el abundante líquido seminal que incrementaba en cantidad recordando ese último rose de su trasero con mi pantalón abultado, hasta que me halle agitado frotando mi pene en el baño ruidoso de una nave industrial imaginando a esa hermosa mujer de trasero grande y delicioso mientras las caricias a mi pene subieron de velocidad e intensidad hasta que termine masturbándome hasta venirme de una manera intensa, abundante que provoco que salpicara la puerta de ese pequeño cubículo del sanitario en el que estaba escondido, autocomplaciéndome después de varias semanas de no tener sexo. 

Al terminar, regrese a la oficina, después de limpiar esa manche blanquizca y transparente que había ensuciado la puerta después de esa liberadora paja. Y ella me vio con algo de curiosidad en su mirada preguntando si todo estaba bien, mientras yo solo asentía con la cabeza. Después de un rato nos quedamos a solas y comenzamos a platicar, de cualquier forma, que se nos vino a la mente, hasta que se volvió más personal la conversación, y me platico de su matrimonio y de cómo no iba tan bien, a lo que le sugerí que se buscara un amigo cariñoso para aliviar la tensión y relajarse, a lo que respondió con una sonrisa coqueta mientras se sonrojaba.  

Se me fue casi todo el día en esa visita y justo para el momento de retirarme de la nave, me despedí, y se me acerco y ella me dio un beso para despedirse, con la diferencia de que ese beso fue muy cerca de la boca, y complemento diciendo te acompaño a la salida mientras se movía a la puerta de la oficina, rosando ese delicioso trasero contra mi mano que estaba colocada a un costado de mi pierna. Una vez fuera de la nave no perdí el tiempo y le comenté que si quería podíamos ser amigos secretos, que yo la escucharía con gusto, y que, si necesitaba algo más que alguien que la leyera, estaba dispuesto a llegar hasta donde ella lo permitiera, con las discreción y respeto que esa amistad requiere. A lo que ella sonrió y me dio su número de teléfono personal y yo procedí a guardar en mis contactos con el nombre de Ximena. 

Desde entonces tenemos largas platicas por mensaje, que van desde trivialidades del día a día hasta insinuaciones y planes sexuales abiertos y muy calientes que llevaremos a cabo. 
Datos del Relato
  • Autor: Gamod
  • Código: 68634
  • Fecha: 02-12-2024
  • Categoría: Masturbación
  • Media: 0
  • Votos: 0
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