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Categoría: Incestos

Se follaron a mi madre en los baños de un McDonald

Habíamos salido del cine y mi madre me dijo de ir a cenar algo al McDonald que había en el mismo centro comercial, Pedimos un par de menús y nos sentamos a cenar, en una de las mesas había un chaval de unos 18, tenía pinta de macarrilla, con el pelo rapado, una camiseta ajustada y unos pantalones de chándal y varios cordones de oro al cuello y sellos en la mano, no hacía más que mirar a mi madre, que es una mujer de 45 años, que me tuvo bastante joven, con 20 años, así que aun a su edad se mantenía muy bien, de hecho, aunque yo tengo 25 años, muchas veces confundían a mi madre con mi hermana.



Lo que más me incomodaba de aquellas miradas es que mi madre parecía haberse dado cuenta de ellas, al igual que yo, pero lejos de incomodarla parecían gustarle y también le lanzaba miradas cuando creía que yo no estaba mirando. Me sorprendía mucho aquella actitud de mi madre, que nunca antes había visto y que me estaba empezando a cabrear, y comencé a pensar de si mi madre, también jugaba de esa manera cuando salía a cenar con mi padre.



Cuando mi madre terminó de cenar la hamburguesa, me dijo que se iba al baño, cuando estaba a punto de entrar al lavabo, me pareció que le guiñaba un ojo al macarra, pero pensé que había sido mi imaginación, un minuto después el macarra se fue al baño y extrañamente algo me hizo “clic” en la cabeza y decidí ir yo también al baño.



Cuando entré no había nadie en el baño de caballeros, ya eran las 0:00 y había muy poca gente en el McDonald, pero lo raro es que el macarra tampoco estaba en el baño de hombres. Pensé en algo terrible, pero me dije “No puede ser, es imposible”. Aun así, me decidí a entrar con discreción en el baño de mujeres, no había nadie en el lavabo y solo una de las puertas estaba cerrada, escuchaba ruidos, así que pensé que era donde estaba mi madre.



No sé porque motivo no dije nada, ni llame a mi madre, en vez de eso, entre el váter de al lado, cerré con el pestillo y muy despacio me asomé al baño de al lado. Lo que vi, casi me hace caerme hacia atrás, el macarra estaba dentro del baño de mujeres, con mi madre, a la que estaba besando apasionadamente.



La zorra de mi madre había pasado del juego de miradas a aquello.



El macarra le quitó la camiseta a mi madre y se la puso sobre el cuello como si fuera una toalla, le subió el sujetador sin quitárselo y comenzó a chuparle las tetas sin que mi madre hiciera nada por pararle.



—Vaya tetas que tiene señora —dijo el macarra, mientras le chupaba los pezones a mi madre— Esto sí que es un buen postre, he estado a punto de lanzarme a sus tetas ahí fuera delante de su novio.



—Jajaja, que tonto eres, no es mi novio, es mi hijo.



—¿Su hijo?



—Sí, tiene 25 años.



—Jajaja, pues yo tengo 18 y me voy a follar a su mamá.



No podía creer lo que veía ni lo que escuchaba, mi madre le estaba contando aquellas cosas al macarra, mientras ese niñato no dejaba de comerle las tetas, sin importarle estar en unos baños de mierda con su hijo esperando fuera.



Mi madre se sentó en el váter y le bajó los pantalones del chándal al macarra, también le bajó los calzoncillos dejando su polla ya erecta ante la vista de mi madre, para ser un chaval tenía una buena herramienta el muy cabrón.



Mi madre no dijo nada, le dio un par de lamidas a aquella polla y luego comenzó a metérsela en la boca, el niñato la ayudaba agarrando la cabeza de mi madre con sus manos marcando el ritmo de la mamada.



Mamá se la chupó un par de minutos y luego se levantó y sentó al chaval donde había estado sentada ella, se subió la falda a la cintura y dijo:



—Fóllame ya, no vaya a ser que mi hijo venga a buscarme porque tardo mucho.



El macarra se rio, le bajó las bragas a mi madre y la situó sobre sus piernas, se cogió el nabo y lo situó a la entrada de su vagina y bajando a mi madre, la penetró.



Mi madre cabalgaba sobre aquella juvenil polla mientras morreaba al chaval, a los pocos minutos el chaval sacando la lengua de la boca de mi madre le dijo:



—Ponte contra la puerta que te voy a dar por el culo.



Sin dejar de subir y bajar sobre la polla del chaval le contestó:



—Ahora no puedo, mi hijo va a empezar a sospechar.



—Joder, pero quiero probar tu culito.



—El miércoles que viene le digo a mi hijo otra vez de venir aquí a cenar y dejo que me des por el culo.



La puta de mi madre estaba concertando una cita para que aquel macarra la diera por el culo.



—Está bien, pero entonces déjame correrme en tu cara.



—Claro que si guapetón.



Mi madre se sacó la polla del chaval de dentro y se arrodillo ante él, el macarra comenzó a pajearse con fuerza hasta que se corrió sobre la cara de mi madre.



Me bajé del váter y me senté pensando en lo que acababa de presenciar, escuché como mi madre le pedía las bragas al macarra y este le decía:



—El miércoles que viene después de darte por el culo te las daré.



—Trato hecho —respondió la muy puta.



Escuché como el macarra salía del baño, como mi madre se lavaba la cara y luego también salía, yo esperé un minuto y salí del baño.



El macarra no estaba y mi madre estaba en nuestra mesa.



—¿Dónde estabas cariño?



—En el baño —dije yo.



—Llevaba aquí un rato esperando.



Será puta pensé, si hace un rato estabas follando.



Recogimos nuestras cosas y ya nos íbamos, cuando a punto de salir del McDonald mi madre me dijo:



—¿Qué película quieres que veamos el próximo miércoles? mamá te invita.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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