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Categoría: Incestos

Se follaron a mi hermana y después ella me consoló

Una noche salí con mi hermana y sus tres amigas a una discoteca, mamá nos dio permiso con la condición de que yo la acompañara para que no se le acercara el padre de su hijito ya que era un tipo casado y unos 10 años mayor que ella, digo era porque se divorció tiempo después.

De todas maneras el tipo se desentendió de mi hermana y del bebé, le juró mil cosas a la esposa y que no vería más a mi hermana pero, mamá sabía que la tentación de cualquier hombre suele traicionar sus mejores intenciones más si la chica era tan hermosa como mi hermana, la llamaré Lora, aunque ese no es su verdadero nombre pero, así le gusta que le digamos.

Ella se puso un minivestido entallado negro y de amplio escote, unas zapatillas negras y se maquillo para lucir maravillosa esa noche, era su primera salida después de lo de su bebé. Aquí en mi ciudad mexicana al sur, en primavera hace mucho calor y más en verano, la gente es muy abierta y las chicas suelen andar vestidas con minifaldas y vestiditos cortos sin problema, yo solo me puse unos vaqueros y una playera negra, zapatos negros y me llevé un suéter por si refrescaba más tarde. Pero, mi hermanita y sus amigas tenían otros planes, en realidad habían quedado de ir a la finca a unos 15 kilómetros del centro de la ciudad, de un profesor de una de ellas que se hallaba solo, la finca tenía piscina y un buen equipo de sonido y un mejor equipado bar, no me quedó otra alternativa que acompañarlas al lugar, para lo que abordamos un taxi que no dejó muy cerca de la finca.

Allí había cinco profesores del Instituto tecnológico, Lora destacaba sin duda como la más bonita, todos menos el dueño de la casa de campo eran ingenieros, este era psicólogo, era el mayor del grupo de unos 36 años, yo me fui a un rincón a ver cómo las chicas nadaban en la piscina, no llevaban traje de baño, solo brasier y pantaletas, una llevaba una tanguita, los ingenieros muy jóvenes, chacoteaban a sus anchas con las chicas.

Lora se quitó el vestido, dejando ver una linda figura, nadie podría creer que era madre de un niño de un año de edad, se amarró su cabello y elegantemente se zambulló en la piscina, la iluminación de la alberca me permitía ver como los tipos las manoseaban su gusto, me fui al bar a servirme un brandy, ahí estaba el psicólogo ¡No te diviertes? Me preguntó. No mucho ¿Por...? Es que Lora es mi hermana y no me gusta mucho verla ahí con esos payasos ¡Cálmate! Te voy a decir una cosa, tu hermana es libre de hacer lo que quiera, incluso de follar con quien quiera, es solo una muchacha que busca su camino ¡Ve y diviértete con sus amigas! No gracias ¿Y usted por qué no se mete al agua? Me gusta ver ¿Otra copa?

Así transcurrieron las horas, el tequila, las demás bebidas hicieron su efecto en nosotros, éramos jóvenes y con las hormonas muy altas pasaron rápidamente a copular sin prejuicios en el césped, la calentura estaba a todo lo que daba. Mi hermana folló, aunque en una habitación con el más guapo de los ingenieros, un tipo de unos 28 años, muy varonil, tuve que meterme al baño a masturbarme para bajarme el calentón, mientras me salía el semen me miré en el espejo y comencé a llorar de impotencia ante el hecho de no ser una de las chicas, bonita, de piel perfecta, ojazos, cuerpos deliciosos y putas como la que más.

Salí y me senté de nuevo en el bar, el psicólogo me observó atentamente dándose cuenta de que había llorado, me preguntó ¿Quieres hablar? No ¿Para qué? Soy buen escucha, mira no sé qué te duela más, si saber que tu hermana está gozando en este momento y tú no o que quisieras estar en su lugar y ser como ella. Guardé silencio, miré hacia el jardín y no le respondí, sacó de su billetera una tarjeta y me la entregó. Llámame si me necesitas, créeme te puedo ayudar. Unas horas después ya estábamos en casa, su nuevo galán nos llevó, primero pasamos a dejar a las otras chicas, eran como las 3 de la madrugada y luego nos llevó a nosotros, tuve que esperar en la puerta que se terminaran de "despedir". Entramos a casa y solo había un recado de mamá encima de la mesa del comedor.

Tuve que ir a trabajar, una compañera no se presentó al hospital y la fui a remplazar, sus hermanitos y el bebé están en casa de la abuela, hay jamón y leche en el refrigerador, llego mañana como a las 10. Mi hermana se metió al baño y encendí el televisor en la sala, encendí un cigarrillo y me acerqué a la ventana a fumar esperando que mamá no oliera el tabaco cuando regresara Lora salió recién bañada, solo vestida con una toalla. Me preguntó ¿Qué tal estuvo? ¿Tomaste mucho no? Algo y para mí estuvo aburrido ¿Por qué no te metiste con nosotros a la piscina? Por no dejar solo al psicólogo. Es buena gente, dijo. Prosiguió: esa finca la tiene para sus aventuras, Mirna dice que a veces se lleva a alguna alumna para allá, pero es muy raro el tipo, a mí me dio algo de pena porque como que es muy mirón ¿No crees? ¿Y qué querías que mirara? Si ustedes estaban cogiendo como perras. Ya hombre ¡Cálmate! Ven conmigo y apaga ese cigarrillo que a mamá le caga oler tabaco. Me tomó de la mano y me metió a su cuarto. Ven te voy a vestir muy bonita, vas a ver que te vas a sentir mejor. Pero, Lora, yo... ¡Nada! Anda, hazlo por mí. Le pregunté ¿Podríamos hablar de lo del otro día? No, no digas nada. Así me maquilló, me puso sus más sexis pantaletas y la peluca, me colgó unos aretes de aro de plástico de clip y me pidió que me pusiera su baby doll verde claro con muchos encajes y cortísimo ¡Anda tonto! No pasa nada, se lo que necesitas, Esteban es muy guapo pero me dejó más caliente, ven acércate.

Ella se puso una playera de tirantes blanca sin brasier, así que sus pechos resaltaban perfectos, me pidió que me acostara y ella se acostó encima de mí con su cabeza dirigida hacia mis pies, en un 69, sacó con ternura mi pene y cariñosamente lo empezó a acariciar y a besar, lo metió en su boca y al mismo tiempo echó a un lado su cabello para que no pudiera mirar, me embarró su vagina rasurada en mi cara y comencé a lamérsela descontroladamente, aunque ya se había duchado olía a sexo, a semen y a pescado, me excité mucho, sacó sin que yo me diera cuenta de dónde un consolador color carne y me untó mucho aceite de bebé, mientras estaba así abierto de piernas ella me lo empujó suavemente abriendo mi culo y me lo metió hasta el fondo, mientras con la mano derecha me acariciaba mi pene, llegué al cielo del placer al instante, se recorrió un poco más hacia mis pies y se metió mi dura verga de un tirón en su vagina, qué momentos tan deliciosos, aun ahora mientras escribo esto me humedezco por el recuerdo. Me vine dentro de ella mientras ella gemía dulcemente. Continuará.

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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