Mi novia y yo vinimos a la Capital para ir a la Universidad. Somos de un pueblo chiquito y venimos saliendo desde la secundaria.
Nos acompañaron nuestros padres y nos dejaron instalados a cada uno en uno pensión en la que les prometieron cuidarnos y controlarnos, cosa que duró los primeros quince días.
Estudiamos carreras diferentes pero las pensiones quedan cerca una de la otra así que todos los días nos encontramos al terminar las clases en un bar, tomamos algo y después la acompaño a su pensión. Pero hace un tiempo le vengo diciendo de encontrarnos en otro lado, es un bar de barrio, con una mesa de pool, un metegol y de día está bien pero a la noche sólo van tipos y yo hay días que salgo más tarde que ella y me tiene que esperar ahí. Me dice que soy un celoso de mierda, que nunca le han dicho nada ni nadie le faltó el respeto pero veo como la miran y me pongo loco, la desnudan con los ojos, está bien, no es para menos, aunque no tendría que decirlo yo, pero es un bombón, una colorada hermosa por donde la mires.
Seguimos discutiendo sobre lo mismo hasta que hace unos días, de esos en que yo salgo tarde, llegué y estaba ella sola y dos tipos jugando pool y el mozo, nadie más.
-Esto no va más- le dije. –Tenemos que buscar otro lugar para que me esperes.
-Ah, otra vez tu celos, terminala querés. Me contestó de bastante mal modo.
-Fijate como te miran, parece que te quieren comer.
-Bueno, deberías estar orgulloso de salir conmigo, en lugar de celarme. Nunca te di motivos.
-Y… la ocasión hace al ladrón no? – Le dije. No fue un buen comentario. Me miró furiosa.
-Así… te vas a arrepentir.
Nunca me había hablado de esa manera, siempre fue una chica dulce y dócil…
Se levantó y fue hacia la mesa de pool.
- No me enseñarían a jugar, mi novio no quiere.
La miraron los dos que estaban jugando más el mozo que los veía jugar, de arriba abajo, me miraron a mí.
-Nosotros no tenemos problema, pero tu novio se va a enojar.
-Ya está enojado, pero se le ira a pasar, supongo
El que había hablado, un tipo de treinta y pico, grandote, me mira y me dice
-Vení, jugamos los cuatro y le enseñamos a tu chica.
-No, hoy no.
-Bueno, entonces jugá vos-, le dice al mozo.
-Ya van a ser las once.
-Un rato, cualquier cosa cerrás la persiana hasta que terminemos.
Empezaron a jugar y el grandote hizo pareja con mi novia, cada vez que ella tenía que tirar se ponía detrás y la arrimaba todo.
Yo estaba furioso pero por otro lado me calentaba ver como los ponía locos y a pesar de eso le dije
-Bueno, ya aprendiste bastante por hoy y además el señor tiene que cerrar.
-Justo ahora que empiezo a divertirme, por otra parte siempre que llega la hora cierra y nos vamos cuando terminamos.
-Si, no hay problema, bajo la cortina y terminamos este partido. Dijo el forro del mozo mirando al tipo grande.
Siguen jugando con el local cerrado y con los vasos de fernet-cola cada vez con más fernet y menos cola, incluso el de mi novia que estaba más que alegre.
-Basta, vamos, ya es tarde.
-Mañana es sábado, y hoy me quiero divertir.
-Y te estás divirtiendo, la estás pasando bien. Le dice el grandote ya muy cerca del cuello de ella y con una mano sobre un muslo que estaba sobre la mesa.
-Si, muy bien. Contesta con una sonrisa que era una invitación.
-Sabés una cosa, Vamos a jugar a algo más divertido. Le dice y tomándola de la cintura la sienta en la mesa.
Yo seguro que iba a reaccionar y lo iba a mandar a la mierda me quedé en el molde. O sorpresa, tomando otro trago le dice
-Si… y a que quieren jugar?
-A lo que tendrías que estar jugando con tu novio pero como está enojado te deja con las ganas. Ella larga una carcajada y yo me levanto
-Me parece que se están pasando de vivos. Vamos
-Tranquilo gaucho, la chica es grande para decidir lo que quiere, si vos te encabronás y te haces el duro con ella bancate el resultado.
La mira a ella y le pregunta
-Y seguimos el juego?
-Se va a enojar mucho.
-No se lo merece?
-Sí, estuviste para la mierda, ahora te jodés. Eso fue para mí.
Le empieza a besar el cuello y los otros dos se acercan. Ella sigue tomando.
-Ellos también juegan. Pregunta ella con mucha picardía.
-El partido lo empezamos los cuatro no? Por que no bajás la cortina de la ventana también. Eso era para mozo, que casi corrió a cerrar y a apagar todas las luces salvo las de la mesa de pool.
A esta altura yo no sé si estaba más enojado, sorprendido o excitado, el bulto en el pantalón ya me molestaba, mi novia, que con el único que había estado era conmigo se preparaba para enfiestarse con tres desconocidos.
Y se estaba enfiestando, ya le metían mano los tres por todos lados. Le sacaron el vaso, la tumbaron en la mesa con las piernas colgando y el grandote que seguía parado frente a ella le abrió el pantalón y empezó a lamerla a medida que se lo bajaba, los otros dos trepados en la mesa le fueron sobando las tetas y levantando la blusa hasta sacársela, a continuación el corpiño. Yo creí que ahí iba a pedirles que parasen, no risas y jadeo de excitación. El pantalón… al suelo, lo único que quedaba era la tanga, los tipos ahí pararon para mirar, acariciándola le piden que se muestre y ella se muestra, se para y da dos o tres vueltas mostrando todo lo que tiene, que no es poco.
-Qué más tenés? –le dicen.
Ella les da la espalda y agachándose como peor de las putas se saca la tanga y se las tira. La ponen otra vez en la mesa y el grande se mete entre las piernas y la empieza a chupar, los otros le lamen las tetas y le dan unos besos de lengua terribles, ella está al borde del orgasmo, yo la conozco bien, el grandote saca su miembro y se lo muestra, ella se lo acaricia y él lo friega contra los labios y el clítoris, creo que ahí tubo el primer orgasmo, antes de que entre y entró, los otros le dieron para que se las chupe y se la fregaron por las tetas. Cambiaron y el grandote se subió a la mesa para ponérsela en la boca mientras los otros se turnaron en cojerla.
-Flaco no vas a venir? Me pregunta uno.
-Si vení y amigos como siempre- me dice ella.
No lo puedo creer, la naturalidad con que lo toma. Y encima a mi me re-calienta, estoy al palo.
Uno de ellos la hace subirse encima montándolo, y los otros se entusiasman con su culo, lo acarician y de a poco le van empujando algún dedo, un poco de saliva, ella se queja y el mozo trae una aceitera de las que son para las ensaladas. Le chorrean una buena cantidad y le meten uno, dos y tres dedos. El grande la llama y la pone en el suelo mirando a la mesa y la hace recostar, le abre los cachetes y se la da por atrás hasta casi acabar y se la pasa a otro que la sube a la mesa en cuatro patas y se la pone también por el culo. El tercero le dice que quiere verle la cara mientras le hace el culo y la pone boca arriba con las piernas en los hombros y se la da. Este no aguanta y acaba, los otros se pajean y acaban uno en las tetas y el grandote se hace tragar.
No se cuantas veces acabó ella pero les aseguro que muchas, la seguían manoseando y ella gimiendo, entonces uno me dice
-Vení porque quiere más, sino llamamos a otro amigo.
-Si, vení, por favor- dice ella. Y yo empacado como un boludo y todo al palo.
-Dejá, llamo al negro.
Y con el celular llama.
-Vení que hay un caramelito, en cuanto? Bueno, ya te abrimos.
Corta y le dice a los otros está en la puerta, vio mi auto y paró para ver que había.
El mozo abre la puerta y entran dos tipos, uno morocho, un poco gordo, yo se que esa clase no le gustan, el otro flaco, canoso, medio barbudo, tampoco es de los que le gustan. La miro está con una mano robándose las tetas y con la otra el clítoris, no lo puedo creer. Antes de terminar de sacarse la ropa ya está el gordo cojiéndola y el viejo metiéndosela en la boca.
El grande se me acerca y me dice
-Andá y cojela porque si no seguimos llamando amigos hasta la hora de abrir.
Aguanté un rato más pero estaba totalmente excitado.
-Ma si, querés ser puta, se puta. Y lo aparté al viejo y se la di para que me chupe. Nunca me la había chupado tan bien, y muerta de risa. Nos turnamos con el viejo y el gordo para cojerla por todos lados, se acabó el aceite y fuimos por más. Al rato se sumaron los otros dos que se habían calentado de nuevo y ya éramos cinco para turnarnos.
En eso estaba ella montando al gordo y el viejo dice
-Haber nena, ya somos muchos para esperar turno, levantá bien ese culito tan redondo que tenés.
Ella levantó el culo y miró para atrás por sobre el hombro, vio lo que se venía y le dijo
-Despacio por favor que esto no lo hice nunca.
-Aflojate y gozá – le dice el viejo acomodándose detrás y dándole su primera doble.
Eso no me lo quise perder y lo aparté enseguida al viejo y así nos turnamos todos hasta acabar, cuando llegó mi turno me la agarró con las dos manos, la puso toda dentro de su boca y la chupó hasta dejarme totalmente seco.
Todos medio reventados nos vestimos y nos fuimos sin decir palabra. Dormimos veinte horas al hilo.
Al otro día lo hablamos un rato largo y al final nos pusimos de acuerdo…
La próxima vez lo vamos a hace con otras chicas!!!