Hola como han estado, tenía tiempo sin escribir y hoy donde mi vida a dado un giro total he regresado para contarles más anécdotas que me han sucedido.

Paola es una amiga de años, ella es una mujer muy soberbia hasta cierto punto te cae mal, pero somos amigas así que siempre la he sobrellevado.

Una ocasión la invite a mi casa a beber unas cervezas, ese día estaba muy estresada y mis mejores amigas no estaban disponibles y ganas de salir no tenía así que llame a Paola para beber unas cervezas.

Arreglé la parte de mi casa donde estaríamos, me puse una minifalda morada y una blusa negra entallada, pues ya eran las 9:30 de la noche y en mi cabeza solo pasaba que vendría ella.

Tocaron a la puerta y al abrir era Paola, pero no vino sola, estaba acompañada por un hombre, alto, gordito, moreno, ¡cara chistosa su nombre es Santos!

P: Perdón por no avisar, ¡él es mi amigo Santos!

C: ¡Hola! ¡Mucho gusto!

S: Espero no incomode mi presencia.

C: Para nada, bienvenidos, ¡pasen!

Debo admitir que si me molesto su presencia ya que estaba claro que tendría un mirón todo el rato, pero acostumbrada a que me miren, me manoseen y todo me resigne y relaje mientras bebíamos la primera cerveza.

S: ¡Tienes una casa muy bonita Cindy!

C: Gracias, ¡pero es de mis padres!

P: Jajá que modesta amiga, es tuya tú también cooperaste.

Al principio estaba apática pero la charla se hizo amena, resulta que Santos es doctor de un hospital privado y de los mejores del país, sus historias me tenían atenta, notaba como el tipo, aunque trataba de disimular no dejaba de mirarme las piernas, en un momento pensé que sería buena idea cruzarla y mostrar un poco de más y eso solo hizo que se idiotizara más.

P: Ya me aburrí, ¡pon música quiero bailar!

S: Si, buena idea, ¿Cindy que tal baila?

C: ¡Pues… me defiendo un poco!

Paola puso música de Rock la cual nos animó, bailábamos, cantábamos y bebíamos, la noche se tornaba entretenida, Santos resulto buen bailarín y me lo demostró cuando bailamos salsa, admito que con el alcohol y la fiesta lo empecé a ver guapo.

En un punto por tanto alcohol comencé a bailar yo sola, ellos sentados reían y me animaban, Paola poco a poco se quedaba dormida, pero Santos no dejaba de verme, eso me motivaba a ser más sensual.

S: ¡Cindy que bien bailas!

C: ¿Te gusta?

S: ¡Mucho!!

Lentamente me acerqué a él meneando mi cadera, el estaba sentado entonces me puse en sus piernas meneando mis pechos y sonriendo, sentí su cuerpo tenso y su mirada lasciva, en un acto de aceleración le di un beso en la boca un beso muy sensual.

S: ¡Esta divina, me encantas!

C: Bueno creo que hay que despertar a Pao, jajá creo que ya es tarde.

Me levante de él y me disponía jalonear a mi amiga cuando Santos tan alto y fuerte que era me tomo de la cintura repagándome a él, sentí su tiesa reata en mis nalgas y su boca besar mi cuello.

Trate de empujarlo, pero el al ser más fuerte me tenía prisionera, pero sus besos en mi cuello y oreja me comenzaron a gustar.

Sus grandes manos bajaron a mis muslos los cuales apretaba rico, de una me dio vuelta y comenzamos a besarnos, el beso era de lengua su lengua era grande por lo que al imaginar que más tenía grande empecé a humedecerme de ahí bajo.

Santos tomo la iniciativa y me llevo hacia la mesa de billar que tenemos en el jardín, me acostó sobre ella y comenzó besarme las piernas, me quito las sandalias y comenzó a besarme los pies, recorría del dedo pequeño hasta mi ingle, levanto mi falda y bajo mi tanga oliéndola en el acto.

S: ¡Tienes unos pies y piernas deliciosas, uhm!!

C: ¡Eres un aventado, uhm!!

Comenzó a chupar mis labios vaginales, su lengua tan larga que era entraba en mi rosando mi clítoris, sentí como con sus dedos abría mi concha para meterme su lengua y saborear los jugos que ella sacaba.

Su sexo oral era maravilloso, yo no dude en gemir, sentía tan rico tener su lengua en mi vagina que me olvide que Paola estaba dormida cerca de nosotros.

Me quite mi blusa y el brasear, Santos subió a besarme el cuello y las tetas y mientras sus dientes mordían mis pezones sus dedos palpaban de manera deliciosa mi vagina, lo cual me tenía cachonda y gozando rico.

S: ¡Que tetas más ricas tienes, uhm!!

C: ¿Si, uhm, te gustan?

S: ¡Toda tu me gustas, uhm! ¿Oye me la chuparías?

C: Uhm, jajá, te tardaste en pedirlo.

Baje de la mesa de billar y mientras nos besábamos lo lleve hacia una silla pof que tenía, le baje el pantalón y su trusa, su verga era gruesa muy gruesa no tan larga pero gruesa, sin dudar comencé a lamerla como paleta, el acostado me acariciaba la frente respirando agitadamente, abrí como pude mi boca hasta meterme toda la cabeza de su miembro, con mi lengua en círculos le estimulaba su glande, sus gemidos crecieron y yo me motive a mamársela más rico.

S: ¡Dios!!! ¡Que rico, uhm, que rico!!

C: ¡Sabe muy rica tu verga nene!

S: ¡Si!!! ¡Es tuya, cómetela nena, uhm!!!

Logré meterme casi la mitad de esa verga gruesa en mi boca, chupaba lamia y mordí su trozo, Santos se retorcía y gemía, increíblemente Paola no se despertaba, pero honestamente tenía rato que nos olvidamos de ella.

S: ¡Ah!! ¡Que rica mamada, uhm, que rica mamada!!

C: ¡Agh!! ¡Que rico sabor!!

S: ¡Ponla en medio de tus tetas, uhm!

C: ¿Así?

S: ¡Oh por dios!!!

Le hice una masturbación con mis tetas que lo tenía en el cielo, yo gozaba sentir su dureza en medio de mis pechos, sentí que se precipitaba, pero no quería que terminar aun, deje de hacerle eso y me subí en el ensartándome sola y poco a poco su grueso miembro.

C: ¡Dios!! ¡Uhm!

S: ¡Ah, Cindy, agh!!

Me movía en círculos y subía y bajaba mi cadera para meterla mejor, el gemía y lamía mis tetas, su verga se sentía tan rica tan dura y yo disfrutaba el placer.

Al ser el tan alto y gordito me cargo y se puso de pie, comenzó a metérmela cargándome, yo lo abrazaba del cuello y gemía, su verga entraba y salía rico, mis jugos empezaban a salir de la excitación tenida.

S: ¡Que rico coges, uhm, ah!!

C: ¡Tú también, uhm, necesitaba esto!

S: ¿Que no tienes novio?

C: ¡Si, pero anda de viaje, uhm!!

S: ¡Pues aquí estoy yo nena!

Me bajo y me dio vuelta yo me recargue en la mesa de billar empinándome un poco el me tomo de las nalgas y me al introdujo lento, de esa manera la sacaba y la metía yo disfrutaba la sensación.

P: ¡Tienes unas nalgas riquísimas, uhm, ah!!

C: ¡Así, métemela, uhm, ah!!

P: Paola me dijo que me gustarías solo con verte y no se equivocó.

Sus movimientos aumentaron, se movía fuerte empujándome con todo y la mesa de billar, yo gemía y no para de pedirle más, quería sentirlo todo, su verga me tenía toda loca.

C: Así Santos, dame verga, cógeme, ¡cógeme duro!

S: Toma, uhm, tómala toda, ¡ah!!

Movía mi cadera en círculos, él se empujaba ms rico, yo me mojaba toda, gemía y le pedía más verga, Santos me babeaba por la excitación, estábamos por alcanzar el éxtasis.

S: ¡Cindy, me vengo, uhm, me vengo!!

C: ¡Sácala papi, uhm, ah!!

S: ¿Te los hecho dentro, ah?

C: ¡Donde quieras chiquito, uhm, ah!!

Sentí como expulsaba chorros de semen, yo tenía espasmos y mi orgasmo era fenomenal, ambos gritamos de placer, que rico sexo me había dado ese doctor.

El quedo quito atrás respirando agitadamente y yo con la cara en la mesa de billar llenándola de silaba y sudor cuando de pronto escuchamos un grito.

P: ¡Que carajos paso aquí, que cabrones son!

Era Paola que al parecer se despertó al oír nuestros gritos, ambos nos separamos y fuimos por nuestras ropas, mientras nos vestíamos escuchábamos sus reclamos.

P: Que ojetes, ¡mínimo me hubieran invitado!

S: ¡Perdón, pero no aguante más!

C: Amiga me conoces, sabes que soy de sangre caliente

P: Pues me deben una cogida eh, jajá.

Y así termino esa rica velada donde el doctor Santos me dio un buen baile y me quito lo estresada.

Con cariño Cindy.