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Categoría: Románticos

Sábado por la mañana

Es sábado por la mañana. Sabía que este fin de semana estaría solo en casa, así que te propuse que vinieras a dormir conmigo y aceptastes.

Abro los ojos, tu cuerpo esta junto al mio. Abro y cierro los ojos repetidamente. Un brote de luz entra por las rendijas de las persianas, suficiente para distinguir con nitidez los objetos y formas pero insuficiente para saber si 2 calcetines son del mismo par o no.

Me giro hacia ti, aun duermes. La verdad es que es un poco incomodo los 2 en esta cama, pero supongo que la incomodidad ha valido la pena.

Sonrio. Tu estás ahí. Pese a creermelo no deja de asombrarme. Tu cuerpo yace desnudo junto a mi propia desnudez.

Te doy un beso ágil en el pelo como dandote unos rápidos buenos días. La sangre acude a mis musculos para un movimiento rapido presa de una idea, pero me detengo y me levanto suavemente para que no despiertes.

Busco la estufa y la acerco a la cama con prudencia de no provocar ningún accidente, pero enfocando todo el calor posible a la cama, no me gustaría que te resfriases.

Retomo mi posición original y ahora si, te beso con mas suavidad. Mis labios besan tu cabello. Mis dedos acarician la circunferencia de tu oreja apartando cualquier pelo presente. Despejando la parte de tu cuello que queda justo detrás de tu oreja para darte otro beso.

Mi mano se acerca a la ropa que cubre tu hombro, la coje con decisión. Hay 2 ideas en mi mente. Dar un fuerte tirón para contemplar toda tu desnudez de golpe, como un flash, pero esto te despertaria de una forma prediciblemente no deseada, demasiado bruscamente; puede darse el caso de que despetaras bien igualmente, pero es menos probable. Así que opto por la segunda, que es más tierna, como traerte suavemente del sueño a la vigilia.

Bajo suavemente esa protección que te envuelve, huelo tu hombro entornando los ojos, lo beso despacio con una suave presión, sonrio, tengo la tentación de darte un gran lametón, pero me contengo.

Bajo un poco más la ropa, se descubre más tu brazo, un poco de espalda queda al descubierto, me estremezco, beso esa pequeña porción de tu piel, emito un suave mmmm como el que saborea un delicioso manjar.

Hecho aliento en mi mano, para calentarla, la deslizo bajo las sabanas acariciando tu brazo, suavemente, mientras aspiro el aroma de tu nuca mmmmmmm.

Mi respiración se agita, la sangre se acelera.

Trato de calmarme, me digo a mi mismo "Tengo que seguir" "Despacio".

Tu pareces notar algo, te giras, quedas bocarriba, emites una especie de "mmmm". Me quedo muy quieto. Te observo. Parece que sigues dormida. Respiro aliviado.

Alejo la mirada de tu rostro y miro tu cuerpo.-"¡Oh!¡Dios mio!"- Pienso para mis adentros. Esto empieza a volverse insoportable. Dos enormes prominencias levantan con fuerza la ropa de la cama.

Vuelvo a mirar tu cara, sigues dormida, ni una leve sonrisa ante la cara de bobo que debo tener. Casi me siento un poco decepcionado, como si quisiera que te hicieses la dormida. Aprovecho tu nueva posición para besarte bajo la barbilla justo donde termina el cuello, otra vez suavemente. Desciendo suavemente en 4 besos, el cuarto ya se sale del cuello, por el limite inferior esta vez.

Otro tres besos a cada lado, suaves como los anteriores, saboreando la quietud del momento y el cuello esta terminado, recorro con mis besos de hombro a hombro, una suave hilera de besos de ida y otra de vuelta un poquito más abajo.

Bajo un poco más la ropa, quedan a la vista tus pezones. Contengo la respiración y sigo descendiendo hasta que tus enormes pechos quedan al descubierto. Son hermosos, hasta cuando duermes. Sumerjo mi cara entre ellos, para notar su tacto contra mis mejillas, lo hago con suavidad, para que no despiertes y presa de una especie de hipnotismo. Beso entre ellos, un beso suave y calido.

Inhalo. mmmm hueles a hembra.

Paro. Presto atención. Sonrio. Creo que ya. Te has despertado y te haces la dormida. Te gusta el juego. Me reconforta sentirlo. Mi sonrisa se hace mas amplia. Vuelvo a besarte entre los pechos, pero un poco más abajo.bajo un poco mas la ropa y beso lo que descubre.

Cuando estoy a medio camino, te oigo que chisteas.

- ¡Tsi, tsi! - Oigo suavemente - Aquí te dejaste algo. - Dices con una sonrisa.

Miro, tu indice presiona uno de los pezones. Sonrio subo hasta el y comienzo a besar tu dedo. Tu lo quitas, y dices: -No, no, el dedo no.

Sonrio. Doy un casto beso a tu pezón. Rodeo tu pecho con mi mano. Cierro mi mano apretandolo.

Doy otro suave beso al otro. Lo rodeo igualmente. Y lo apreto igual que a su hermano.

Los junto.

Les paso mi lengua mojandolos. los succiono. Sonrio y miro a tus ojos.

- Vaya, ya despertaste- Digo mientras mis pulgares hacen saltar tus botones pasando por encima.

Los apreto con el pulgar y el indice, y los amaso entre ellos.

Te arqueas gimes y dices: -Noooo. Solo besitos. Las tetas ya estan, puedes seguir bajando.

Sonrio. -Mala- Apreto un poco más fuerte y tiro de ellos, mientras mi boca busca la zona que circunda tu ombligo.

La acaricio con mis llemas calidamente, y voy besando, con mi boca entre mis dedos paso por toda tu tripita, acariciando y besando.

Acaricias mi pelo.

Sonrio, algo me hace pensar que te gusta.

Bajo un poco mas la ropa, al limite de tu pubis, aun no se ven los pelitos.

Beso la carte que esta junto a la ropa, de un estremo de tu cadera al otro.

Voy lentamente, se que te hace sufrir mi lentitud, cada 3 besos te doy un pequeño lameton y beso sobre el.

Desciendo un poco mas. El vello de tu pubis y el nacimiento de tus ingles esta a la vista. Que hermosa visión. Hago una cuevita con la ropa de cama, justo encima de la tuya. Inhalo -mmmmm embriagador, fuerte pero embriagador.- - Tonto.- Te oigo decir.

Sonrio. Muerdo con ternura, abarcando tanto como puedo de la parte alta de tu pelito, abriendo mi boca de tu izquierda a tu derecha o al revés. La cierro en una suave y humeda caricia de mis labios y mis dientes. Para terminar en un sonoro y chupetoso beso.

Te ries.

- Quieta o te morderé de verdad.

Beso tus pelitos, el nacimiento de tus ingles, la parte alta de tus muslos.

Mi buen corazón desciende por tu ingle derecha, bajando más la frontera textil. La detengo justo cuando va a aparecer tu rajita. Presiono la ropa contra ti. Y meto la lenguita debajo, hasta que mi puntita da con el inicio de tu calida abertura, sonrio al sentir los pelitos. Sigo avanzando y mi puntita apenas entra un centimetro. Se mueve allí intentando avanzar, pero no puede más. Asi que regresa a su sitio.

Me encante tener tu coño tan cerca de mi boca, tan a mis disposición.

Podría estar así toda la vida, con tu miel lista para que yo la coma.

Me recreo, no bajo más la sábanas, las aguanto con las llemas de mis dedos para que no bajen. Con las puntas de los dedos de la otra mano dibujo el controno de tu sexo. Recorriendo cada pliegue, dejando entrar un poquito de tela en cada uno de ellos.

Es hermoso, abro mi boca cuan grande es, y por encima de la sabana consigo metermelo todo dentro. Mojo la tela con mi saliba consiguiendo que se pegue mas a ti y notar mejor tu tacto. Mi lengua entra decidida, metiendo un poco mas la sabana.

- Mmmm. Creí que me ibas a destapar toda.- Te oigo decir. Te has vuelto a estremecer.

Sonrio.

Apoyo las llemas de mis indices justo en el borde de la sabana, ya sobre tu piel, cerca de las ingles. Mis dedos se hunden ligeramente en tu piel, descienden recorriendo tus ingles, los labios de tu cueva a parecen como la fruta más jugosa.

Los huelo muy de cerca, casi los acaricio con mi nariz.

-Mmmm.- Acerco los dedos de mi mano derecha, te toco estas humeda y caliente.

-Sigue.

Deslizo un dedo por la rajita, acaricio de abajo arriba con apenas la llema de mi dedo dentro.

-No, mmmmm, que sigas desnudandome.

Bajo un poco mas la sábana, te muerdo en el muslo, en la parte alta, cerca de la cara interior.

-¡Ay!

- Te lo mereces.

- Shhhhh. Sigue.

- Mala.

Beso, la parte alta de tus muslos que quedó descubierta, besitos tiernos, pequeñitos.

-Te saltaste una parte.

Todo en mi se acelera. Deslizo mi lengua y mi labio inferior por tu muslo, hasta llegar a la cadera, beso toda tu cadera, de derecha a izquierda, saltandome tu trangulo mágico.

- mmmm ¿Que el coñito no es del cuerpo?. Suspiras.

Tu ironia suspirando casi me vuelve loco.

Colmo de besitos tiernos y pequeñitos todo tu coño, casi parece que lo refresque, pero mi polla no puede estar más dura.

Sigo con el juego que yo mismo empecé. Besos tiernos y pequeñitos, aunque no quepa en mi de excitación.

Bajo un poco más las sábanas, hasta casi la rodilla, cubro de besos, la zona descubierta.

Tus piernas se mueven.

Miro hacia arriba. Te estas retorciendo ligeramente, tus manos intentan abarcar todo tu cuerpo.

- Sigue.

Cojo con fuerza tus piernas, casi las estrujo.

- Isa, si no paras de tocarte no respondo.

- Jo, ya paro.

Masajeas tus pezones con el pulgar y el indice antes de abandonarlos.

Pones una mano a cada lado de tu cuerpo.

- Sigue.

Bajo un poco más la sábana, hasta dejar tus rodillas al descubierto.

Beso tus dos rodillas y el trocito de muslo que aun no había besado. doblo ligeramente tu rodilla derecha, levantandola y girandola hacia afuera, acaricio con mi mano tu muslo interno, subiendo despacio. Sonrio pícaro, miro hacía arriba, veo que tus manos se dirigen de nuevo a tu cuerpo.

- Esas manos.

Protestas, das una sacudida sobre ti misma, pones una mano a cada lado y coges con fuerza la sábana que hay debajo de ti.

- Así esta mejor.

- Cabrón.

- Hmmm, así que esas tenemos.

Subo mi mano por tu muslo interno, acariciandolo con toda la palma calida y suavemente, le sigue mi boca, con besos lentos, cadenciosos.

Veo como cojes con fuerzas las sábanas, te retuerces.

Deslizo mi mano, hasta meterla debajo de tu coño, entre tu culo y las sábanas, dejando salir un poco la palma, como una cuchara.

Mi lengua sale de mi boca, se pega a la parte baja de tu muslo, por el lado interno, lo moja y va subiendo suavemente. cuando voy por medio muslo noto como tu calor aumenta, cuando ya estoy cerca de tu ingle tu flujo desciende suavemente sobre la palma de mi mano.

Mi pulgar se cuela dentro de tu coño y hace circulitos suaves, notando toda la humedad calida. Tu licor desciende sobre mi mano.

- Estas más apunto que en la vida.

No respondes nada.

Saco mi mano de donde esta.

Me dispongo a meter 2 dedos.

- Para, no sigas por ahí.

Me detengo, segundos de quietud, se respiran en toda la habitación, como si se hubiera congelado el tiempo.

- Sigue con lo de los besos.

- ¿Estas segura? - No.

- ¿Ni siquiera un poco?.

- Jorge.

Dirijo mi boca a tu nectar, abro ligeramente tu vulva como una almejita, veo tu clitoris duro, inchado y empapado. Saco mi lengua. Apunta hacia el.

Dejo deslizarse un poco de saliba por mi lengua hacia tu bultito. Lo toco con la punta de mi lengua, lo presiono con la parte más ancha. lo masajeo circularmente. Tu te arqueas hacia arriba y te corres abundantemente sobre mi boca.

Vuelves a caer sobre la cama, te quedas completamente reposada.

Datos del Relato
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