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Ruta sexual (II)

Después de haber bajado del camión, como habrán leído en la primera parte, Laura, Rosa y Jesús se presentaron, mientras conversaban se dirigieron por la avenida en busca de una cafetería o un lugar discreto, pero no fue así, la única cafetería en la zona estaba repleta de parroquianos y no estaba adecuado para lo que en realidad buscaban y lo que es peor el día se ponía cada vez más húmedo; fue a Jesús a quien se le ocurrió la idea de caminar dos esquinas a tras, lugar donde había dejado su jeep, un Montero de cinco puerta y cristales tintados.

Tapados en la gabardina de Jesús llegaron al lugar y enseguida abordaron el vehículo que estaba estacionado en un lugar bastante discreto, fue Rosa quien pregunta.

- ¿ Ahora, qué hacemos?. - - ¿ Qué cree? Dijo Laura quitando su falda de botones y quedando en su parte inferior con la tanga que esta vez estaban tan metidas en su culo que casi no se veía. - - ¡Oh!, qué bien, dijo Rosa despojándose de la suya

Jesús se muda al asiento trasero, replegó los asiento de la tercera fila para el lado y luego jaló un resorte en la parte superior del segundo asiento y estos se extendieron como colchones, convirtiendo la parte trasera del jeep en una cama. La chica lo veía trabajar en silencio, habían comenzado sin él, Laura la más diligente empleaba sus dos dedos mayores y se penetraba ligeramente, en cambio, Rosa pasaba un dedo suavemente en forma de circulo por su clítoris.

Ya Jesús estaba caliente, quitó sus pantalones y de forma suave acostó a Rosa y termino de desnudarla totalmente, luego colocó a Laura sobre Rosa, quedando las conchas de una sobre la otra, haciendo tortillas, él se colocó en la parte trasera y les abrió las piernas de ellas y metió la cabeza para luego lamerlas de abajo hacia arriba y de arriba abajo, coincidiendo con los movimientos que ellas hacían al follarse, cuando Rosa hacia fuerza para arriba, la lengua de Jesús la penetraba, cuando Laura presionaba hacia abajo, la lengua de Jesús recorría todo su interior, pero ellas no perdían el tiempo y se besaban los pechos y se mamaban las lenguas, aquello era un frenesí, la excitación dominaba el ambiente, un olor a sexo se había apoderado del espacio Y el quejido de placer de las chicas eran más fuertes que los del motor del jeep.

Jesús quiso poner otro ingrediente, penetró a Laura con un dedo y luego a Rosa que estaba más mojada, recogió todos los flujos que pudo y luego lo unto en el culo de cada una, y con el dedo mayor de la mano derecha penetró a Laura por su rosado culito que ya antes en el camión había violado, y con el dedo mayor de su mano izquierda, penetró a Rosa, esta última comenzó a tirar unos berridos, no sé si de dolor o de placer, parecía que nunca la habían cogido por el culo, pero pasados unos momentos ambas chicas gritaron enloquecidas, mientras una pretendía tragarse la otra y apretaron ambas el culo aprisionando los dedos de Jesús dentro, temblaron y dieron un alarido dejando simultáneamente salir todos los flujos de que una mujer es capaz, quedaron casi desmayadas una sobre la otra, Jesús se estaba dando tremendo gusto, todos los flujos de ellas caían en su boca, sabían iguales, olían rico y lo excitaban cada vez más, la verga estaba a punto de explotar y quería penetrarlas; como las chicas habían dejado de moverse él se arrodilló sobre el trasero de Laura y de forma suave la penetró, Laura despertó como por arte de magia, comenzó a mover de nuevo el culo pero esta vez con un enorme palo dentro, Rosa se fue deslizando por debajo, saliéndose de debajo de Laura hasta quedar justo en su coño, comenzó a chuparla en su clítoris y en ocasiones ponía sus labios en los lados del pene de Jesús y la sentía suavemente delirases hasta el interior de Laura y salir untado de sus jugos. Jesús aprovecha aquella situación para comenzar otro juego, comenzó a elevarse más alto para penetrar a Laura más profundo y volvió a elevarse hasta que su pene salía de ella, entonces descendía en la boca de Rosa, penetrándola hasta que ella apretaba los labios para que no le entrara más, él no había notado cómo y con qué gana Rosa se metía dos dedos doblados en forma de un gancho, se jalaba el coño para arriba como si quisiera romperlo, arrancarlo de ella, no gritaba porque desde su posición era bastante difícil hacerlo.

Jesús no aguantaba más y así se lo hizo saber con un enorme grito, preludio de una gran descarga que no se hizo esperar, la primera descarga con toda su presión cayó en lo más profundo de Laura y la otra en lo más profundo de la garganta de Rosa, que lo retuvo aprisionándole el pene con sus labios para hacerlo que terminara de acabar en su boca, luego volvió a penetrar a Laura que tembló de nuevo dejando bajar un sudor frío por su espalda y se vació plácidamente y sin ningún ruido.

Rosa seguía haciendo de la de ella, Laura estaba rendida, el día había sido fuerte para ella, pero Jesús seguía con las ganas de penetrar a Rosa, así es que comenzó lentamente a sobar los muslos de la chica y a besar sus tetas enormes, su pene no tardó mucho en recuperar su postura, la penetró suavemente y comenzó a florara por unos cinco minutos la bombeó, pero ella estaba cansada de esa posición y dio la vuelta para sentarse sobre él en forma de caballo y clavándose la verga en lo más profundo comenzó a cabalgar al ritmo que más les satisfacía.

Laura se había vuelto a calentar, se montó en forma de caballo sobre Jesús, pero justo con su coño en la boca de él, que comenzó enseguida a penetrarla con su lengua, Rosa gritaba, el placer la había dominado, sentía que las fuerzas la abandonaban y unos temblores se adueñaban de sus controles motrices, extendió sus manos y se abrazó de Laura adhiriéndose a su espalda que de por sí no tenía fuerza, por esto Laura agarró las manos de Jesús y entrelazando sus dedos formando puños inició la ultima cabalgada, ella podía sentir el semen correr por los conductos de Rosa, sabía que en cuestión de segundo explotaría y ella también, era como una corriente que pasaba de Rosa a ella y ella la transmitía a Jesús por sus manos, los tres sabían Lo que iba a pasar y querían que les pasara juntos, Rosa fue primero, dio una última clavada y en ella puso sus fuerzas, su dolor, sus empeños, su sentido, sintió que su cuerpo se volvía líquido y que todo se les salía por su concha y luego perdió el sentido; por su parte Laura sentía los temblores de Rosa que a su espalda se derretía en todos los sentidos, la sintió desmayada a su espalda y aquello le dio un escalofrío, como una oleada sintió un frío a su espalda y con un gran quejido sé abandonó a seguir el curso de aquel orgasmo, apretó su concha sobre la boca de Jesús que tuvo que hacer malabares para respirar y dar su propio grito, devolviendo las corrientes distribuida entre ellos y quedando tendido los tres unidos por el semen, el sudor, las conchas, el pene y la lengua.

Pasó una hora para que ellos se recuperaran, habían tenido una experiencia sexual que sabrían que jamás se repetiría, sabían los tres que algo así ocurre una sola vez en la vida, se pusieron la ropa arreglándose lo más posible, luego Jesús la llevo próximo a donde vivían e intercambiaron sus teléfono acordado verse la semana próxima.

Cuando Jesús se estacionó en la cochera de su casa miró los asientos del jeep reclinado, escenario de una película sexual y reparó en algo que le causo risa.

-Ja, ja, rió de buena gana.

- Las chicas dejaron sus tangas, se dijo en silencio.

Continuará

Jesús

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