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Categoría: Maduras

Rosa me ayudo a ser mejor guitarrista

Hace algunos años de esta historia. De todos es sabido que las mujeres de origen latino son bastante fogosas. Tuve la oportunidad de comprobarlo en primera persona. Perdí la virginidad con una mujer de ecuador, de 39 años. Delgadita, 95 de pecho. Tono de piel oscuro, pelo oscuro y ojos marrones preciosos. Se llamaba Rosario.



Fue la primera vez que lo hice. Nunca lo olvidaré: fue lo más maravilloso que me ocurrió nunca. Después he hecho el amor con varias mujeres. No se si será porque me estrené con ella o porque los polvos que he echado no han sido tan buenos, pero ninguno se acerca a mi primera vez.



Por aquel entonces, yo estaba estudiando bachillerato. Tenía 18 años. Por la tarde, yo estaba en una pequeña escuela de música donde me preparaban para poder acceder al conservatorio. La escuela estaba abierta a todo el mundo que quisiera aprender y, claro está, pagara la mensualidad correspondiente. Rosario era otra alumna. Ambos tocábamos la guitarra e íbamos a la misma clase. Estas sesiones prácticas duraban una hora y era por parejas o grupos de cuatro personas como máximo.



Un cierto día, el profesor nos dijo lo siguiente: "Tocáis muy bien, pero de forma individual. Tenéis que ir los dos a tiempo, no uno a su ritmo. Tenéis que tocar al mismo tiempo. Las dos voces deben de compenetrarse. La solución es que quedéis más a menudo y ensayéis juntos".



La verdad es que me fastidiaba la idea de tener que "adaptarme a Rosa" porque tenía que hacer los correspondientes deberes del instituto y el quedar para tocar me quitaría tiempo para poder quedar con mis amigos. ¡Que equivocado estaba! ¡Si alguien me hubiera dicho qué ocurriría más tarde…!



Invité a Rosa a mi casa a ensayar. Quedamos una tarde a finales de de junio. Mis padres iban a estar fuera hasta bien tarde, con lo que no les molestaríamos con la música. Ya había acomodado en el salón para colocarnos allí, cuando Sonó el timbre y apareció Rosa. Vestía una camiseta blanca y una faldita vaquera bastante sexy.



-¿Me demoré demasiado?-Me preguntó Rosa.



-No, llegas a su hora-le respondí yo- pasa.



Nos acomodamos, afinamos los instrumentos y comenzamos a ensayar. El tema que teníamos que preparar era "What a Wonderfull Word" de Louis Armstrong. Al principio, digamos que tuvimos bastantes problemas para coger el ritmo. Poco a poco, parecía que la cosa iba tomando forma. Tras una hora y algo sin parar de tocar, decidimos hacer un pequeño descansillo y tomar algo. Fui a la cocina a preparar dos vasos de zumo de melocotón bien fríos con hielo. Al volver del salón me encuentro a Rosa viendo una foto mía de bebé desnudo en la bañera.



-¿Este bebé de la foto eres tú?- me preguntó con una pequeña sonrisa.



-Sí, soy yo- le respondi.



-mmm, es que sales muy lindo, no más.- me dijo ella



-Gracias



-Lo que más me gusta es que sales denudo. ¿Me dejarías verte desnudo?



Me quedé totalmente de piedra. Si me pinchan no me sacan sangre. ¿Había oído bien? ¿Quería verme desnudo?



-¡Eh!, ¡reacciona!, ¡era una simple broma!- me dijo ella riéndose.



Nos reímos bastante tiempo de aquella broma. La verdad es que no se porqué, pero desde ese instante la vi de otra manera, era como si me empezara a atraer. La empecé a mirar con otros ojos. Comenzamos a hablar de mis estudios, mis planes de futuro, de su vida.... Ella me contó que estaba soltera y sus hijos estaban en Ecuador porque no podía traerlos aún. Estuvo saliendo con un hombre pero cortaron hacía un año.



-La verdad es que eres distinto a todos los hombres con los que he estado: eres simpático, guapo, tocas bien la guitarra, estudioso, se puede hablar contigo de cualquier cosa… -me dijo Rosa.



-¡Gracias!



-Los hombres con los que he estado solo les gusta, beber y hacerse…- Rosa estaba haciendo movimientos con la mano hacia arriba y hacia abajo, una paja invisible-Seguro que tienes muchas chicas a tu alrededor.



-La verdad es que no.- le dije- Nunca he salido con una chica.



-Nunca habrás salido con una chica en plan formal, pero sí que habrás tenido algún rollo con alguna chica.



-No- le dije yo- Las chicas no me hacen demasiado caso.



-¡¿no me digas que eres virgen?!- preguntó sorprendida



-Sí, nunca he besado a una chica, nunca he hecho el amor… todos en el instituto se burlan de mí por eso… - yo estaba algo cabreado-¿Qué tiene de malo ser virgen?



-¡Ay papi!, No tiene nada de malo ser virgen- me dijo ella. Se acercó a mí, me besó en la mejilla y me dio un abrazo.- ¿estás mejor?



-Sí.



-Oye- me dijo- si quieres yo puedo quitarte esa carga.



-¿Harías el amor conmigo?- le pregunté



-Bueno… si quieres sí.- me contestó ella- Perder la virginidad es algo muy bonito, muy especial para cada uno. Si quieres experimentar qué se siente al besar una mujer puedes besarme. Pero si quieres dejar de ser virgen, quedamos otro día y lo hacemos. Quiero que te lo pienses mejor y no tomes la decisión a la ligera.



-¿Me dejas que te bese?- le pregunté a Rosa.



-Sí- me contestó ella- Es más, te voy a besar yo. Cierra los ojos.



Cerré los ojos. A los pocos segundos pude sentir en mis labios una pequeña presión. La sensación era cálida, agradable, maravillosa, placentera… me pasaría la vida describiéndola y nunca habría adjetivos suficientes para ello.



-¿Te gustó?- me preguntó



-Sí, muchísimo. ¡Ha sido maravilloso!



-¿Quieres continuar? – me preguntó.



-Por supuesto.



Los besos se siguieron continuando. Ella cogió mi mano y la puso en su culo. Después la cogió de nuevo, la metió debajo de la camiseta y me dejó tocar su pecho. Tuve una erección descomunal. Ella se dio cuenta de eso y pegó su chochito a mi pene.



-¡eh, tienes una buena verga!-dijo ella sorprendida- Por curiosidad, ¿cuánto te mide?



-17cm



-No está nada mal… ¿te apetece tocarme algo más o no?



-Me gustaría, si es posible…



-¿sí?- preguntó ella



-… tocarte el chocho.



Agarró mi mano y la metió debajo de la falda. Mi polla estaba apunto de reventar. ¡Estaba tocándole la vagina a una mujer y ella estaba disfrutando! Tenía el chocho cálido, con pelo y muy mojado. Ella iba guiándome por donde tenía que tocar. Me decía, "saca el dedo y vuélvelo a meter"… "¡Sí, oh...!", "¡sigue, no pares!"… "¡Me corro, me corro!" Al final, ella tuvo un orgasmo. Notaba como sus líquidos se deslizaban en mi mano.



-¡Ha sido buenísimo!, Gracias- y me besó- lo has hecho muy bien.



-Rosa, lo he estado pensando y quiero hacerlo



-¿De verdad?- preguntó Rosa- ¿Estás tú seguro?



-Sí, seguro. Me he sentido por primera vez en mi vida fantásticamente y quiero que seas tú la mujer que me haga el amor por primera vez.



-Pues mi rey, te aseguro que no te vas a arrepentir de esto- me dijo y me besó- ¿Te gustaría hacerlo con música?



-Lo dejo en tus manos. Haz lo que quieras.



-¡No papi!, es tu primera vez y tú tienes que estar a gusto. ¿Hay alguna canción que te gustaría escuchar mientras lo haces?



Encendí mi ordenador, y puse "Lotus Feet" de Steve Vai de tal forma que se escuchara permanentemente en el ordenador. (Os aconsejo, que a partir de aquí pongáis esta canción mientras leéis esto. Será más real.)



-Mi canción favorita es esta- le dije a Rosa



-No has podido elegir canción mejor. A mi me gusta también Steve Vai.



Empezó a quitarse la ropa, dejó al descubierto sus dos hermosos pechos y se quitó el tanga que era de color azul. Ella me quitó la ropa.



-Papi, yo me pongo encima, tú relájate y disfruta



Empezó a chuparme la polla muy suavemente, muy despacito. Por la puntita, por los lados, se la metía hasta donde le cabía. Yo no paraba de gemir y de respirar de forma irregular…



-¿Estás preparado? – preguntó ella



-Sí



Entonces sacó de su bolso un preservativo y me lo puso.



-Siempre suelo llevar alguno por si las moscas. ¡Vamos al ataque!



Se colocó encima de mí, y de repente noté como mi polla se introducía en su vagina. Ella se movía bien. Me hacía sentir lo que nunca antes había sentido y siempre soñé. Cómo su cuerpo se unía con el mío. Hubo besos, abrazos, caricias, frenesí.



-¡Me corro, me corro!- gemí yo



-Yo también- dijo ella.



Un mutuo "¡ah!" se produjo en la habitación. Nos vestimos, ella recogió sus cosas y se marchó pues ya era muy tarde y mis padres estaban apunto de llegar. Otros días quedamos para ensayar y para hacer el amor, a parte. A ella le estoy realmente agradecido por lo que hizo aquél día por mí.



Así fue como perdí la virginidad. Gracias a todos los presentes por leer este relato. Me llamo mariano y acepto cualquier sugerencia, comentarios, etc…


Datos del Relato
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