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Quieres que te diga cosas románticas, como que, que pienso demasiado en ti, en momentos en los que no debiera, que pienso muchas veces que estamos solos (donde sea) y que nos aprovechamos de ese momento para hacer y darnos el amor que queremos recibir el uno del otro. Imaginate tú y yo caminando hablando abrazados o agarrados de la mano mirándonos con gran deseo y sin atrevernos ninguno de los dos a dar el paso, el paso que tanto deseamos dar cualquiera de los dos, pero por si no acertamos con el momento justo y se produce el rechazo del otro no nos atrevemos a dar, pero seguimos mirándonos con ojos encendidos por la pasión, pero agarrotados por los nervios "será el momento o no", simplemente se nos nota hasta en la respiración que con solo las mirada nos provoco cierto sofoco, nos paramos y nos ponemos uno frente al otro, seguimos mirándonos y vamos acercándonos el uno al otro lentamente hasta que se tocan nuestros labios, primero un beso tierno y leve, con miedo por el rechazo, pero no lo hay, Hay aceptación y una preciosa sonrisa de alivio por haber dado ese beso, que parece ser el principio de mas y que en estos instantes hay miradas de pasión. Volvemos a acercarnos, de nuevo lentamente y nos damos otro beso, con mas pasión y más largo las bocas entre abiertas pero con miedo aún de recibir la lengua del desenfreno, me besas tiernamente los labios el superior el inferior, lo mismo hago yo, mientras tanto nuestras manos ya no están entre lazadas, las vamos deslizando hasta llegar abrazarnos y hacer que nuestros cuerpos se junten ...................
Tu me acaricias y yo también toco tu espalda siento tu respiración intensa mientras me sigues besando, estos besos empiezan a ser diferentes, más intensos, empiezan a juntarse nuestras bocas como siempre hemos estado deseando, nuestras lenguas empiezan su guerra particular por ser la ganadora en esta batalla de pasión. Mientras tanto nuestros abrazos también empiezan a ser mas apasionados y las manos empiezan a deslizarse a partes del cuerpo más apetecibles de tocar por las ganas de producir todo el placer posible e imposible de dar.
Yo empiezo a buscar tus caderas marcadas por un pantalón negro de pana fina y que no deja ver el tanga que tienes puesto, pero no importaba con mis manos descubriré tus formas haciendo que el grado de excitación aumente hasta unos limites exageradamente altos, tu mientras tanto me abrazas apretándome con fuerza haciendo sentir tus preciosas manos en mi espalda. Ya no nos besamos en la boca, ahora empiezas a besarme en las mejillas y vas acercándote al lóbulo dándome besos tiernos, dejando sentir tu respiración en mi cuello para provocar mayor excitación, tu cuerpo y el mío están cada vez más juntos siento como tus pechos se aprietan contra mí cada vez con mas fuerza, en estos momentos no me hace falta tocarte con mis manos para sentir tus pechos, con todo estos juegos haces que hasta mis piernas tiemblen, por el momento que estamos pasando.
Ahora parece que nos tomamos un respiro y nos separamos, nos miramos sin decirnos nada e intentamos que alguna parte de nuestros cuerpos siempre se sigan tocando Tu pecho se separa de mí, pero tu pelvis intenta seguir tocan mi pene erecto por el amor y la pasión del momento, tu abres un poco las piernas para poder llegar mejor a mi miembro, con una mirada maliciosa pero encantadora, te acercas a mí pene y cuando lo consigues empiezas a frotarte lentamente, mientras sigue mirándome de esa forma excitante..................................
Mientras sigues frotándote con mi pene me coges de las manos y las llevas a tus pechos y empujando tu misma. Yo no tardo mucho en meter mis manos por debajo de la camiseta y acariciar tus pechos solamente separando un sujetador negro y sexy de tocar tus pechos.
Sigo tus indicaciones y acaricio tus pechos mientras nos besamos apasionadamente, mis manos no tardan en deslizarse por tu espalda para desbrocharte el sujetador y dejar tus pechos al aire, cuando notaste que te desabroché el sujetador tu misma y ante mí asombro tu te quitaste la camiseta haciendo que me echara hacia atrás para ver tus hermosos pechos y seguir acariciando y besándolos. Tú seguías empujando tu pelvis contra mi paquete y cada vez con mas fuerza, bajé una de mis manos hasta tú culo para apretar aún con mas fuerza, contra mi paquete, estábamos desenfrenados y ya empezábamos a soltar algún que otro gemido, eso me excitaba más.
No tardé tampoco en meter mi mano por debajo de tu pantalón y de tu tanga para tocar tu culo sabrosón como diría un sudamericano, no me corté en hacerlo, en enredar mis dedos en tu tanga para apretarlo suavemente contra tu coño, noté una reacción y creo que agradable al sentir que algo se introducía entre tus labios vaginales, seguí así un ratito apretando mi mano contra tu culo y tarando suavemente del tanga. Ya no aguante mas y dejé de acariciar tus pechos y me decidí por llevar mi mano a tu entrepierna, apretándola contra el pantalón para sentir la calentura que tenias en tu coño, al notar esa calentura, no tuve mas que hacer todo lo que pudiera por aliviarla, abrí tu bragueta y metí mi mano dentro viendo en tu cara un gesto de satisfacción que aunque profundo no llegó a producirte ningún gemido, que al poco de introducir mi mano en tu coño no tardarías en producir.
Me entretuve un rato en tu entrepierna tocando tu coño por encima de tu tanga, pero tu con una de tus manos mientras yo acariciaba tu coño retiraste hacia un lado el tanga para que pudiera disfrutar de todas del amor que se desprendía de tu entrepierna, al sentir esa humedad y comprobar que querías que te tocase ahí y de esa forma empecé a bajarte los pantalones, que con tu ayuda resultó ser mas fácil y rápido, cuando dejaste al descubierto tal maravilla no pude contenerme y bajé mi cabeza hasta tu coño para poder saborear el amor que fluía del coño mas hermosa que había visto, empecé por besarlo pero pronto de besarlo y comencé a lamer los labios vaginales, hasta encontrar tu clítoris, la sensación fue tan agradable comprobar que cada vez que pasaba mi lengua Por él, tú te estremecías de placer, que mi estado era de éxtasis total, combinaba el lamer tu clítoris con leves mordisquitos en él, a la vez que introducía uno o dos dedos en la vagina. Cuando hacia esto podía escuchar tus gemidos de placer, gemidos que me seguían estremeciendo.
Tú en esos momentos solo querías que te comiese el coño y que lo hiciese con frenesí ya que estabas a punto de conseguir un buen orgasmo, cuando adiviné él porque de tus ganas seguí comiéndome tu coño, me preparé para recibir flujo vaginal producido por tu orgasmo.
Jadeabas de placer y de cansancio, pero no te veía con ganas de que la cosa terminara así, en cuanto te recuperaste del sofoco empezaste a acariciarme y besarme el cuello dándome lametones.......................
Tu no querías parar ahí, te apetecía hacerme gozar y yo deseaba que me hiciese gozar. Mientras besabas mi cuello tu mano recorrió mi cuerpo hasta llegar al bulto que había en mi entrepierna, te aferraste a el con fuerzas, con intenciones de no dejarlo escapar, como si tuviera intención de irse, pero ni mucho menos, solo quería sentir tus caricias y no la hiciste esperar, desabrochaste los botones de la cremallera del pantalón y metiste la mano dentro para encontrarte un miembro duro por toda esta maravillosa situación. Tampoco dejabas de besarme el cuello y la boca mientras tocas mi polla, empiezas a desabrochar los botones de mi camisa y mientras haces eso también me besas el pecho dando en mis pezones mordisquitos leves que producen placer, pero tu nunca sueltas el miembro. Tocas la polla y los huevos, sabes lo que haces se nota que no es la primera vez que masajeas esa parte del cuerpo de un hombre, me encanta la sensación esa de saber que as tocado y estado con algún otro y que me prefieres a mí, ser el elegido por ti me excita.
Cuando consigues desabrocharme la camisa y as besado durante un buen rato los pechos, bajas lentamente besando y mordisqueando igualmente, hasta llegar al siguiente obstáculo, mis pantalones, no tardas en desabrochar los botones de la cremallera y comprobar la erección que tenia, miras mi miembro y seguidamente me miras a los ojos y sin dejar de mirar coges mi polla abres tu boca y empiezas a dar besos y lametones empezando por el blanden. Las sensaciones que tenía al sentir verte hacer eso y verte hacerlo no son definibles.
Ver como lamías mi polla con esa maestría para hacerme sentir en la gloría es sensacional, ver como vas besando y lamiendo toda la polla hasta llegar a los huevos y hacer lo mismo, ver como abrías la boca e intentabas introducirte los dentro chupándolos no hay forma de describir esas sensaciones. Sabias lo que te hacías cuando manejabas mi polla, no querías que me corriese rápido y dejaste en paz la polla, te acercaste de nuevo a mi boca y seguimos besándonos apasionadamente con nuestros cuerpos pegados tu sintiendo mi polla en tu entrepierna, yo sintiendo como te movías para poder sentir la cerca dé tu coño y sentir tus pechos restregándose con mi cuerpo, tu lengua y la mía se entrelazaban dentro de nuestras bocas y nos abrazábamos y apretábamos nuestros cuerpos el uno contra el otro. En uno de los momentos decidiste que querías sentir mi polla restregarse por tu bonito culo y te diste la vuelta poniendo tu culo encima de la polla empezando a moverte despacio con sensualidad, mientras yo acariciaba tus pechos maravillosos, mis gemidos empezaron a fluir por mi boca producidos por la excitación que me provocabas.
Mientras frotabas tu culo contra mi polla la cogiste con una de tus manos y empezaste a frotarte con mi polla tu coño, al poco de iniciar esto tu también empezaste a gemir e incluso para mi gran sorpresa, porque no lo esperaba de ti comenzaste a insultarme diciéndome cosas como estas “"Cabrón sigue así, me estas poniendo cachondísima nunca nadie había conseguido que me pusiera tan cachonda cobradazo mío. Sigue así y te doy lo que más deseas de mí cabrón y gemías” . No sabia que te gustase eso de insultar cuando te ponías tan cachonda, a mi no me importaba, al oírte decir todo eso y pensando que al insultar tú no te importaría que te insultase en momentos de máxima excitación y como este era una de ellos y habiéndome comentado todo la anterior, no dude en utilizar un lenguaje mas duro y a comentarte que no te arrepentirías por darme tu virginidad que e haría gozar mas que a cualquier mujer con la que estado, porque tu y el cuerpazo de golfilla de lujo que tienes se lo merece. Al decir esto tu miraste hacía atrás también sorprendida por haberte comparado con una golfa, pero ya sabia que no eras nada de esto.
En ese momento de diste de nuevo la vuelta y seguiste restregándote la polla por todo tu coño pero sin introducirlo, aún no estabas convencida del todo, como para perder la virginidad conmigo, yo sentía que no tardarías en pedirme que te penetrase, pero nunca te lo iba a pedir para no hacerte sentir presionada, quería que cuando fuese, fuese con absoluta convicción tuya y te entregases a mí completamente y sin ningún tipo de preocupaciones. Seguíamos los dos jugueteando, con mi polla por él alrededor de tu coño que estaba húmedo como nunca había notado en una mujer, mientras me besabas apasionadamente y seguías con la polla cada vez mas ceca de tu coño, ya te atrevías a enfrentar el glanden de la polla con el agujero de tu coño, pero sin introducirlo, rodeabas el agujero, volvías a enfrentarlo pero no te introducías, yo no te decía nada pero me estaba dando cuenta de lo que hacías y seguía sin decir nada, solo disfrutaba de esta mas que maravilloso momento de estar contigo, sentirte mía y disfrutar con todo mi amor de lo que tu me ofrecieses. Te besaba, te agarraba de tus nalgas, acariciaba tus hermosos pechos, los besaba lamía, mordisqueaba, mientras tu seguías jugueteando con mi polla entre tu clítoris y tu agujero del amor. En uno de los esos movimientos que hacías entre clítoris y agujero, no se si intencionadamente o por descuido introdujiste levemente el pene en ese maravillo so agujero y la sensación fue increíble tanto para mí como para ti, el gesto de tu cara cambio se te veía mas complacida y seguiste introduciéndote la parte del glanden como unas diez o quince veces y cuando me di cuenta que ya no ibas a poder pasar sin tener mi pene dentro de ti te pregunté si me ponía preservativo y te quedaste un poco parada y retiraste el pene de tu agujero, te lo pensaste un instante y me contestaste que por favor me lo pusiera.
Esto corto un poco en ambiente de excitación pero cuando terminé de ponérmelo en seguida nos pusimos de nuevo en estado de excitación como si nada hubiera pasado, tanto fue así que esta vez no jugaste con el pene, lo cogiste y te lo introdujiste casi entero, hasta que notaste un ligero dolor pero un dolor que enseguida lo asumiste y terminaste por introducirte todo mi pene hasta tocar con los huevos.
Me tenias a tu merced podías hacer lo que quisieras conmigo y lo que me hacías me tenía extasiado, no se si por quien estaba haciendo el amor o por que lo hacías de maravillo, pero me encontraba mas halla del cielo, sentir como se introducía y salía mi pene de ti, mirar esa cara tan maravillosa que rebosaba satisfacción, satisfacción producida por mi al estar dentro de ti y sintiendo lo que sentía por ti, quería trasmitirte todo mi amor, mi pasión, mi deseo de tenerte siempre así, pagada a mí, pegados los dos. Para ti esto era la primera vez pero no lo parecía, no se si es algo innato lo de follar para parecías la diosa del amor, mi diosa del amor. Después de un tiempo moviéndote lentamente para ir haciendo hueco en tu agujero, cuando lo conseguiste tus movimientos comenzaron a ser mas rápidos y con mas fuerzas, era como al principio cuando restregábamos nuestros cuerpos el uno contra el otro, pero con la ropa puesta, ahora sin ella. Estos movimientos tan enérgicos solo podían significar una cosa, que estaba llegando un hermoso orgasmo tus movimientos se aceleraban con frenesí, tus gemidos no eran sonidos susurrantes, empezaban a parecerse a gritos de placer, pero gritos, yo tampoco podía aguantarme mi cuerpo comenzaba a convulsionarse al intentar aguantar la eyaculación, tenía que hacerlo al intentar estar tu tan cerca del orgasmos, tu primer orgasmo conmigo dentro tenía que ser inolvidable, los dos gritábamos, parecíamos animales, ya te agarraba del culo y te empujaba hacía mi, tu enganchado a mi haciendo lo mismo parecía que intentábamos entrar los dos lo máximo el uno dentro del otro y cuando noté por dos casas que estabas en pleno orgasmo que fue cuando diste un grito tremendo de placer y note una gran humedad entre tus piernas, yo me relajé y lo mismo que tu empecé a correrme dentro de ti y gratando por todo el placer que me habías infligido. Con nadie había sentido tal placer, tal gusto mientras realizábamos los juegos previos a hacer el amor y con nadie había sentido tal sensación de compenetración, mientras nos mirábamos y de la forma que lo hacíamos, mientras nos tocábamos y por la forma de hacerlo y cuando penetraba tu vagina hasta el fondo con mi pene, todas estas sensaciones fueron diferentes a cualquier otra vez. La sensación de plenitud en todos los sentidos fue completa.
Al terminar de hacer el amor los dos nos derrumbamos, abrazados, sin decirnos nada, simplemente pensado en todo lo que había pasado y como había pasado y por mi parte disfrutando como nunca lo había hecho del sexo. No nos mirábamos ni hablábamos, pero notaba que tu estabas tan satisfecha como yo.
Después de que pasaran unos minutos de nuevo agarraste mi pene, lo acariciaste de nuevo, y me preguntaste, si me había gustado. Empecé a reírme y con una sonrisa de oreja a oreja te dije que si, que había sido la primera vez que había llegado al orgasmo a la vez que la chica, que esto había sido inmejorable y si se podía mejorar solo sería contigo.
Después de decir esto y con la mano aún en el pene te acercaste a el y antes de metértelo de nuevo en la boca me dijiste, “ Este mástil necesita que le limpien un poco después de haberme hecho ver el cielo y a continuación quitaste el preservativo con cuidado para que no se saliese nada de el y los restos que quedaron en el pene comenzaste a lamerlos y a dejarme la polla limpia de todo residuo que hubiera en el.
Nunca podría olvidar esto.
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