Hacer el amor con Elda era toda una felicidad, sentir su boca mamandome la polla, besar cus labios, su rostro, su cuello, lamer y chupar sus pezones, sentir cuando se endurecían en mi boca, hacerla venir en uno y a veces dos orgasmos con mi lengua, y lo mas divino, cuando se deslizaba mi pene en su canal vaginal, bién lubricado, apretadito, y meterle mis ocho pulgadas al fondo y vaciarme en ella con chorros de generoso semen, y verla su rostro hermoso, lleno de placer, sus ojos cerrados y su sonrisa de satisfacción, realmente hermoso, estaba tan enamorado que un día le pedí que suspendiera los anticonceptivos, porque quería un hijo con ella.
Elda tenía dos meses de embarazo, y un día cenando en su casa en compañía de Rocío, le pregunta mamá, desde antes que yo lo conociera, tú hablabas mucho de él, y llegué a pensar que entre ustedes, había algo, como se conocieron? Rocío se me quedó viendo, con deseos de contar la verdad, yo la ví y le dije, cuéntaselo yo creo que no deben haber secretos. Rocío le contó cuando nos conocimos y las circunstancias, que hubo una relación sexual, entre nosotros y que hacía cuatro meses tuvimos otra, y que la verdad es que ella se había enamorado de mí, desde que me conoció, pero nunca se imaginó que ella iba a ser mi mujer, y que incluso ya iba a ser madre, lo que para ella era una inmensa felicidad, porque aparte de su nieto era el hijo del hombre de quién se enamoró. Yo sentí dura la confesión, Elda se quedó pensativa unos instantes, se le rodó una lágrima y sonriendo me tomó de una mano, y con la otra tomó la mano de Rocío, y dijo: nunca pensé que se daría un triángulo amoroso, madre tú no tienes un hombre que satisfaga tus deseos sexuales, y eso creo que sólo debe hacerse con quién uno ama, pero creo que él puede satisafcer a las dos. Me quedé perplejo, ante la situación, salí a comprar un cigarrillo, y luego de diez minutos llegué a la recamara de Elda y empezamos a hacer el amor, como decía al principio era sensacionl, luego de los orgasmos divinos de Elda, me corrí en ella, al cabo de un rato me dice, dúchate y ve a complacer a mamá.
Entré a la recámara de Rocío, estaba en calzón sin brasier, la tomé en mis brazos y empezamos a besarnos, tomé en mi boca esos deliciosos pezones, ella gemía de placer, la besé su conchita depilada, y la hice venirse con mi lengua, ella empezó a chuparme la pinga de un forma deliciosa, cuando la penetré lentamente sentía delicioso como mi pene se abría camino, en su vagina, lisa y ella apretaba con sus paredes vaginales, mi polla, y entre el mete y saca ella empezó a gemir y me empujaba con sus talones, sintiendo su orgasmo y yo no pude contenerme y desemboqué en ella mi rio de semen, como media hora después se unió Elda en la cama, y no se todavía como pasó, pero a raíz de esa noche casi siempre hacíamos el amor los tres juntos y era más exitante, ellas tenían orgasmos de escándolo, y yo no sé donde producía tanto esperma.