~Bueno empezare diciendo que mi nombre es Ana Laura, soy una mujer de 27 años de edad, ojos cafés claros, pelo negro bien cuidado, piel blanca y labios sexys pintados de rosa, también utilizo maquillaje para verme más bonita y al igual me pinto las uñas de rojo. Mi cuerpo es delgado, mis senos no son muy grandes, poseo unas nalgas bien formadas y unas piernas bien torneadas y sensuales. Trabajo de secretaria en una oficina de teléfonos, soy de clase media y vivo en México Distrito Federal.

Mi novio es un caballero de 30 años, caucásico, ojos color negro, pelo un poco rubio natural, rostro varonil y es de piel blanca. Su cuerpo es bastante atlético, con muchos músculos, no tiene un pene muy grande ni es muy durable en el sexo pero aun así con los pocos momentos que duramos haciendo el amor me quedo satisfecha pues lo amo y el a mí, además es un buen hombre. Es gerente ejecutivo y trabaja en la misma oficina que yo realizando contratos de teléfonos en distintas partes de la ciudad.

Bien ahora iniciare la historia que será breve pues no hay mucho que contar y todo sucedió muy rápido pero aun así me hizo el amor con toda su pasión en el elevador de mi apartamento. Yo y mi novio acostumbramos tener sexo casi diariamente, al igual que nos gusta experimentar cosas nuevas para no caer en la rutina, debo agregar también que soy una mujer muy caliente, coqueta y de cierta manera un poco fácil pues me encanta seducir a los hombres sólo para que me hagan el amor todas las noches desde que perdí mi virginidad en mi colegio a mis doce años de edad. Yo misma me que considerado como ninfómana pues siempre me gusta tener sexo con hombres súper expertos y que duren por lo menos tres horas follandome, me encanta sentir como entra y sale el pene de los hombres en mi vagina y muchos más me vuelvo loca en esa increíble explosión final llamada orgasmo, sin embargo esta vez me puse de novia con otro hombre a quien fuera del sexo yo misma siento amarlo y por ello no me importa que no sea un experto en el sexo, el es un hombre maravilloso que me ama como a nadie en el mundo al igual que yo y sin duda ya estoy planeando casarme con él.
Mi novio todos los días pasa por mí para ir al trabajo al igual que me acompaña hasta mi apartamento al terminar las labores. Todo inicio una mañana de viernes cuando él fue a traerme hasta mi apartamento para ir juntos a la oficina, esa mañana de alguna manera andaba muy caliente e impaciente de tener un buen sexo antes del trabajo, eran como eso de las 8:00 de la mañana. En fin recibí a mi novio con un súper beso tan caliente que él de inmediato entendió que estaba muy excitada, ambos entramos al elevador para bajar del edificio, de una vez ahí dentro mi novio me inicio besar en los labios tan apasionadamente que mi calentura aumento aun mucho más, luego bajo a mi cuello dándome besos con ligeros mordiscos.

Ante esto ya estaba tan excitada que ni me acorde donde estábamos sólo le dije con voz muy dulce ¡Hazme el amor cariño mío! Él ni lo pensó más segundos, de inmediato detuvo el elevador, desabrocho mi blusa para besar y lamer mis senos, luego subió mi falda y me bajo mis bragas hasta mis rodillas, comenzó a comerme el coño pasando su lengua por toda mi vagina y como estaba en mis días de regla mi vagina estaba un poco empapada de mi sangre menstrual, más al no le importo esto, luego libero su pene por el cierre de su pantalón y me lo coloco en la entrada de mi vagina. Luego me retranco con fuerza en la pared del elevador e inicio a metérmela lentamente con tanta pasión que me estaba volviendo loca de placer al sentir como su pene se adentraba cada vez más en mi rajita vaginal, mis gritos de placer eran un poco fuertes y aumentaron cuando comenzó al mete y saca con una velocidad un poco grande. Duramos haciendo el amor como diez o doce minutos aproximadamente pero sin duda fueron minutos de intensa gloria infinita e indescriptible, al final el hecho todo su semen dentro mi vagina y esto me causo un intenso orgasmo muy hermoso. Al sacármela todo el semen cayó en el piso mesclado con un poco de mi sangre menstrual, ambos nos vestimos rápidamente, yo me acomode mis bragas y falda al igual que limpie mis piernas del semen caído, al salir del elevador varias personas ya estaban esperando por lo que salimos despavoridos antes que vieran el resto de semen que había quedado en el piso del ascensor.
Todo ese día anduve con un intenso morbo del sólo pensar que el elevador pudo tener alguna cámara escondida donde nos filmaron nuestro gran momento caliente, a causa de ello ya ni quiero regresar a mi apartamento pero en fin hare como que no paso nada.