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Categoría: Lésbicos

Rico sexo lesbico con mi mejor amiga en la oficina

Entre chicas nos contamos muchas cosas pero la realidad es que siempre guardamos algún secretillo que no nos atrevemos a compartir, yo me llamo Vero y tengo 24 años, soy soltera y aun vivo con mis papas, Brenda es mi mejor amiga desde la secundaria y ahora trabajamos juntas en la administración de un hotel 5 estrellas, ella es de mi edad pero ya esta casada y tiene una nena de 3 años, nos tenemos mucha confianza, Brenda me ha platicado hasta de 3 ocasiones que le fue infiel a su esposo sin contar toda clase de cosas que nos pasaron antes de que se casara y yo a ella también le he platicado hasta lo mas intimo y loco que me ha pasado, pero como dije al inicio, siempre nos guardamos algo que no nos atrevemos a contar. Aunque ya no somos unas niñas cuando estamos juntas siempre somos muy juguetonas en todo sentido, desde hacernos bromas, hasta jugar luchitas o cualquier tontería. Por parte de Fernando su marido se supone que le caigo bien pero el a mi… hummm… no tanto, se me hace un hombre muy creído y payaso pero nos llevamos bien a secas y otra cosa que es importante aclarar es que yo tengo mi novio con el que ya cumplí 3 años de relación y aunque el dice que me ama y yo le digo lo mismo, la realidad es que no creo amarlo tanto como para llegar a casarme, pero nos llevamos super bien en todo sentido, incluso en lo sexual es muy muy caliente y siempre que podemos nos escapamos a darnos pasión, sin embargo le he sido infiel un par de veces.

 

Mi historia comienza cuando empezaron los contagios de COVID-19 pues poco a poco comenzamos a tener menos clientes en el hotel, después cerraron el hotel por completo aunque en el área administrativa, seguridad y mantenimiento todavía seguimos trabajando con el personal reducido, a Brenda y a mi nos programaron para trabajar en el mismo horario y los mismos días, solo dejaron a 6 personas para cubrir todo lo de la administración divididas en 3 turnos, durante la primer semana a Brenda y a mi nos toco el turno nocturno, después nos asignarían otro turno, pero no había nada que hacer y nadie en todo el hotel, la primer noche nos pasamos mirando películas y platicando, solo por momentos alguien nos hablaba para pedirnos algún material que necesitaban pero nada mas, recuerdo que eran cerca de las 2:00 am cuando Brenda me dijo que le dolían los pies, pues aun cuando no hay huéspedes debemos usar las zapatillas de tacón alto, se sentó en su silla, se quito las zapatillas y me dijo que si le sobaba los pies, me senté para ponerme frente a ella y tome uno de sus pies para ponerlo entre mis piernas y sobarse lo, pero como dije al principio, todos tenemos algún secreto, el mio es que aunque no me gustan las mujeres, Brenda siempre me ha gustado mucho, creo que ambas somos guapas, aunque claro que no somos unas modelos pero ambas tuvimos mucho pegue con los hombres y desde las primeras veces que la llegue a ver desnuda a Brenda durante la secundaria, algo causaba en mi que me hacia tener pensamientos muy sexuales con ella, sin embargo nunca hubo algún tipo de insinuación ni de ella a mi ni de mi a ella, pero ese día resulta que al estar acariciando su pie no me aguante las ganas de decirle que siempre me habían parecido muy bonitos sus pies, ella en plan de broma y en medio de una sonrisa me pregunto —¿Solo mis pies te parecen bonitos? con tremendo mujeron frente a ti y ¿solo te gustan mis pies? honestamente me dio pena y le seguí en juego diciendo que era lo único bonito que ella tenía, pero continué masajeando su pie, por unos segundos nos quedamos calladas Brenda también en plan juguetón levanto su pie para ponerlo en mi cara, entonces no se porque lo hice, aun no entiendo pues ademas de todos hay cámaras por todos lados, pero no me aguante y en lugar de quitar la cara como supongo que ella pensaba que yo reaccionaría, bese la planta de su pie, entonces Brenda en lugar de bajar su pie de nuevo lo dejo levantado a la altura de mi cara y me miraba a los ojos, yo me deje llevar por el momento y comencé a chupar sus dedos, solo lo hice por unos segundos pero ninguna de las dos dijo una sola palabra, bajo su pie de nuevo y quedo entre mis piernas como antes, pero ella y yo no nos dejábamos de mirar a los ojos, entonces sentí que el pie de Brenda se metía majo mi falda y lo movía para acariciarme, la verdad ya estaba muy excitada y la deje hacerlo mientras continuamos sin decir nada, apenas y llego a rosar mi vagina pero me estaba gustando, solo que yo sabia que nos podían ver por las cámaras aunque no estaba segura de que hubiera personal en monitoreo y le dije que nos podían ver y saco su pie de entre mi falda, cambio de pie y ya no paso nada mas que el simple masaje que le estaba dando, lo extraño es que ambas nos quedamos sin hablar, cosa rarisima, ella y yo nunca nos quedamos sin temas para platicar y me sentía con algo de miedo, no quería perder su amistad por nada del mundo.

Pasaron unas horas mas donde miramos una película en silencio, yo en realidad estaba hundida en mis pensamientos sobre lo que había pasado, entonces le pregunte a Brenda si quería café, me levante a prepararlo a la oficina de mi jefe donde tiene una cafetera, justo estaba cargando el agua en la cafetera cuando Brenda entro a la oficina y se paro junto a mi, ambas sabemos que no hay cámaras en la oficina, nos miramos un poco y sin decir una palabra nos besamos y fue algo divino, algo verdaderamente mágico, los labios y lengua de Brenda son suaves, sus besos eran mas tiernos que apasionados, no era como cuando besas a un hombre y prácticamente te quiere violar con la lengua porque creen que eso nos excita, Brenda y yo disfrutamos ese primer beso como si fuera el primer beso en nuestras vidas, pero las cosas no quedaron ahí, pues el beso nos hizo abrazarnos y aun cuando dejamos de besarnos no dejamos de abrazarnos, podía ver a unos pocos centímetros de mi y con todo detalle sus preciosos ojos aceitunados, las pequeñas pecas que tiene sobre su nariz respingada y hasta sus dientes un poco metidos pero perfectamente parejos, le limpie el labial que se había embarrado un poco y ella comento —¿Que? ¿ahora resulta que ya somos lesbianas? Yo solo me sonreí y recargue mi cabeza en su hombro mientras ella acariciaba mi cabello, nos dimos un segundo beso pero esta vez si fue con un poco mas de pasión, al mismo tiempo sentía las manos de Brenda en mi espalda y las bajaba lentamente a mi cintura, podía sentir sus uñas largas tocando mi piel aun sobre mi blusa, yo busqué besar su cuello y ella giro la cabeza para dejarme hacerlo, el olor de piel era riquísimo, no solo por su perfume, también su piel tiene un aroma delicioso que podría ser entre el olor de jabón y su olor natural, le comencé a desabotonar la blusa del uniforme y lleve mis manos a su busto, me di cuenta que el bra que tenia se desabrocha por el frente y lo solté para acariciar directamente la piel de su pecho, tenia los pezones levantados y se los chupe suavemente, ella no dejaba de enredar sus manos en mi cabello y fue ella la que me hizo seguirla a la silla de mi jefe, se sentó y yo me puse sobre ella aunque aun de pie, me quite las zapatillas para poderme acomodar y seguir besando la y también poder seguir chupando los senos de Brenda, poco a poco me puse de rodillas y ella se subió la falda hasta la cintura, yo primero bese sus muslos y fue bajando lentamente con mi besos a sus rodillas, Brenda levanto una de sus piernas un poco para poner su pie de nuevo cerca de mi cara, yo sabia lo que quería que hiciera y le bese o mas bien le chupe cada centímetro de sus hermosos pies, pase mi lengua entre cada uno de sus dedos mientras chupaba cada uno, después Brenda abrió sus piernas poniéndolas sobre los brazos de la silla y yo me regrese con mis besos hasta llegar a su vagina, Brenda no se había depilado pero no le crecen largos y como son castaños no me molesto para nada, moví su tanga a un lado para que me dejara besar cada milímetro de su vagina, fue una experiencia totalmente diferente a todo lo que había probado, su vagina es rosada por completo, su sabor al igual que su aroma no lo puedo describir pero me llevo al cielo, ni siquiera necesite sentir unas manos en mi cuerpo y mucho menos un pene penetrándome, solo estar entre sus piernas besando, chupando esa piel deliciosa y suave me tenia hiper excitada y muy lubricada, pero Brenda también lo estaba disfrutando tanto como yo, ambas estábamos en el nirvana en esos momentos, por desgracia nos interrumpieron con un gran susto, pues escuchamos la voz de uno de los de seguridad afuera de la oficina de mi jefe, por suerte no tiene ventanas que den a nuestros lugares, como yo estaba mejor vestida que Brenda rápidamente me acomode la ropa y el cabello, me puse las zapatillas y Brenda me limpio el labial que tenia en la cara y salí a preguntar que se le ofrecía, mientras yo sacaba la impresión de su listado de personal, Brenda salio ya arreglada con dos cafés, me parece que el chico de seguridad no sospecho nada, pero vaya susto que nos puso.

Cuando el chico se fue y nos volvimos a quedar solas, Brenda y yo nos reímos mucho por el susto que nos dio, ya en calma volvió a hacer el comentario de antes.
Brenda —¿Entonces Que? ¿somos o no somos lesbianas?
yo —Pues a mi que me preguntas, ni siquiera me gustan las viejas
Brenda —Pues ni a mi me gustan, pero pinche Vero, en serio que me pusiste bien cachonda
yo —Y tu a mi… No se que me paso, no le vayas a decir a Fernando porque me va a dar mucha pena con el
Brenda —¿Estas loca? como crees que le voy a decir, ¿te imaginas como se pondría? al rato no iba a querer que te volviera a ver

La siguiente noche todo comenzó normal pero se podía sentir un poco de tensión entre Brenda y yo, pero no era una tensión en el mal sentido, mas bien era como no saber como portarnos la una con la otra, supongo que ella al igual que a mi, nos daba miedo la reacción de la otra si intentábamos hacer algo fuera de lo normal como alguna caricia, pero en algún momento de la madrugada Brenda me ofreció un café y me pidió que la acompañara, en cuanto estuvimos fuera de la vista de las cámaras, nos volvimos a besar, Brenda me dijo que no habia podido dejar de pensar en lo que había pasado, que no quería que dejáramos de ser amigas si algo salia mal, pero que tenia muchas ganas de volver a hacerlo, yo le confesé que también había pensado todo el día en ella y que solo estaba deseando estar a solas con ella, nuevamente Brenda se sentó en la silla de mi jefe y repetimos la misma historia, cuando yo estaba de rodillas buscando besar su vagina me di cuenta que se había depilado, era como un mensaje donde me decía que sabia que volvería a pasar, eso fue un detalle que me gusto mucho, saber que Brenda se habia preparado para ese momento era confirmar que también me veía como yo lo hacia desde hacia algún tiempo. Esa noche nadie nos interrumpió, Brenada me dijo que me debía lo mismo que yo le estaba haciendo, me pidió que yo me sentara en la silla de mi jefe y comenzó a besarme por todos lados, la boca, el cuello, los senos, el estomago, las piernas, los pies y mi vagina, las sensaciones que se experimentan con una mujer no tienen nada que ver a lo que se siente con un hombre, sus manos suaves, pequeñas y delicadas saben donde tocar para excitar, sus besos son perfectos y por primera vez en muchos meses tuve un orgasmo y fue uno de los mas ricos que he sentido, los suaves labios de Brenda y sus manos delicadas me hicieron sentir toda clase de cosas.

Después de esa segunda vez, las cosas ya fueron mas directas, no es que tuviéramos una relación como tal pero ambas buscábamos estar a solas y disfrutarlos todo lo posible, las noches que nos quedaban en ese turno las disfrutamos teniendo sexo en la oficina de nuestro jefe, en los turnos de día no se podía hacer nada pero de vez en cuando nos besamos en los lugares donde no hay cámaras y cuidándonos de algún compañero, pero no tardamos en ir por primera vez juntas a un hotel para disfrutarlos como se debe, solo fueron unas semanas que seguimos trabajando, después suspendieron todas las actividades y aunque nos llamamos todos los días durante la cuarentena no fue lo mismo que verla y tocarla, apenas hace unas semanas la vi al lado de Fernando y no pude evitar sentirme celosa, pero es su marido y no pudo decir nada, es la primera vez que tengo una relación con otra mujer y es una lastima que sea a escondidas, no por pena, si no por que esta casada, así que no espero mucho de esto, solo disfrutar de la persona que fue mi deseo secreto durante años, la quiero como amiga y como mujer creo que me estoy enamorando, solo espero no salir lastimada.

Datos del Relato
  • Categoría: Lésbicos
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