Después de dar las ordenes a las esclavas domésticas de llevar a los arados a las nuevas esclavas los Amos, se dirigieron a su sala de descanso en la que ellos tenían todo tipo de lujo y que solo ellos tenían derecho de gozarlo, solo podían entrar en ese salón las esclavas al ser requeridas por sus Amos, y precisamente en esos momentos regresaban las esclavas para seguir cumpliendo con sus obligaciones domésticas después de llevar a las nuevas a los campos de arado.

Los Amos al ver pasar a las perras les hicieron la seña para presentarse ante ellos, las perras enseguida se postraron y lamieron los pies de sus dueños absolutos, para de inmediato esperar sus nuevas órdenes. Sus Altezas dispusieron que las perras llevaran dos tinas con agua fresca, y así poder refrescarlos pies de sus amados dueños para después darles un buen masaje, ya que la caminata del bazar los habían cansado. Las esclavas se retiraron para buscar las tinas con agua fresca que les habían ordenado llevar.

Ya de regreso con las tinas, se dispusieron a masajearles los pies uno a la vez mientras el otro pie se refrescaba. Estaban en pleno ritual cuando el joven amo dijo a su esclava “sabes que, ya que hace mucho que perdiste tus derechos para ser considerada de la familia, me estoy aburriendo de ver siempre la misma cara, así que deberás buscarme a tu reemplazo”. En la cara de la perrita se dibujó de inmediato la angustia de ya no saberse útil a los pies de su joven amo, ella imploró y hasta ofreció su total devoción y servicio las 24 horas del día con tal de no verla ya como un estorbo, la esclava empezó a besar y lamer los pies de su joven Amo con angustia por ya no ser requerida. Al ver su padre esa reacción de total dominio, aprovechó y le dijo lo mismo a la que un día fue su mujer.

“HEMOS VISTO EN EL BAZAR MUY BUENOS EJEMPLARES” y pues la verdad tener un modelo nuevo no nos vendría nada mal. Ambas perras lloraron, imploraron y hasta permitieron ser usadas como alfombras ese día.

Tu putita, me vas a conseguir a dos de tus mejores amigas y les dirás que tu amo requiere muevo ganado, eso bajo la consigna de que quieras seguir aquí a mis pies, ya que de no cumplir mi deseo, serás llevada al bazar, y de igual manera para ti madre, así que ya saben qué hacer si no quieren terminar colgadas en el bazar.

Ambas perras respondieron con los ojos empapados de tanto llorar, no Amos, por favor, se los suplicamos, haremos lo que sus majestades ordenen, pero no nos lleven al bazar. El par de dueños les dijeron pues si desean seguir a nuestro servicio ya saben qué hacer, las perras dijeron “si Amos será como ustedes ordenen”. Terminado el masaje les dijeron a sus esclavas, ahora lárguense, tienen que cumplir sus nuevas tareas, las esclavas besaron y lamieron los pies de sus Altezas como si de ellos se les fuera a ir la vida.

Ambas perras salieron con tal prisa de su encierro, que hasta se les olvido hacer la reverencia para poderse retirar. Mientras las esclavas se retiraron a cumplir su encargo, el padre dijo “OYE HIJO QUE GRAN IDEA TUVISTE, HACERLES CREER QUE LAS ECHARÍAMOS”, si apá, la verdad estaban aterradas y se sentían perdidas.

Faltando unos cuantos minutos para cumplirse ya dos horas de la partida de las perras se escuchó como se abría la puerta de la hacienda, eran las esclavas que regresaban con lo dispuesto por los Amos, de inmediato se postraron a sus pies y con la cabeza pegada al piso dijeron “nuestros Amos aquí les traemos lo que nos ordenaron trajéramos, les trajimos las mejores perras en hermosura y servicio”.

Las perras recibieron la orden de retirarse a sus deberes y que los dejaran a solas con los nuevos ejemplares. Las perras se retiraron sin siquiera decir “pio”, no fuera a ser que sus amos se arrepintieran y si las echaran a la calle o en el peor de los casos terminaran en el bazar siendo exhibidas como mercancía barata o dañada.

Empezó la acostumbrada exploración de agujeros y ver que tanto kilometraje tenían en su haber, pero tal parecía que las amiguitas de la esclava del joven amo por su cortad edad no tenían aun kilometraje recorrido, eso provocó que su valor de perrita se incrementara, después hicieron que se acercara la esclava de más edad y aunque se veía con algún kilometraje recorrido, por lo demás se veía tener un buen aguante y empuje para estar rendida a sus pies. Les hicieron dar una vuelta de 360° y así poder evaluar sus carnes por todos los ángulos. La mayor tenía una buena parrilla y una muy atractiva cola, por lo que tal parecía sería un placer verla a 4 patas, ya fuera para ver la parrilla casi al piso o echar una rica mirada a esa hermosa cola.

La perrita joven aunque aún no era una completa belleza, su cuerpo prometía un buen desarrollo, y si desde pequeña se les adiestra para obedecer, después de un tiempo será una opción de tener a los pies de alguno de los dos Amos. Se les dijo que ahí sus nombres no existían, solo se les llama como perras o esclavas, fuera de ahí solo tendían los privilegios que ellos como sus amos quisieran autorizarles. Las perritas agacharon la cabeza y agradecieron el privilegio de servirles, de todas maneras no tenían otra opción más que obedecer, ya que Vivian en la ciudad esclava femenina.

Los amos les aclararon que ahí solo ellos dormían dentro de la hacienda, ellas solo podían estar dentro para estar sirviéndoles, pero que sus lugares permitidos para su estancia en sus ratos libres que incluían la comida y el tiempo de dormir, solo eran las caballerizas o establos. Se les dijo a las nuevas perritas que tendrían las mismas funciones de sus amigas, pero alternadamente, es decir si ellas estaban lamiendo sus pies, las nuevas harían el aseo y viceversa. Las nuevas mascotas aceptaron con agrado.

Las esclavas domésticas fueron llamadas para decirles que se llevaran a sus compañeras a las caballerizas o establos. Ellas obedecieron al instante.