Fuí al funeral del padre de un amigo, la tarde era fría y soplaba un viento fuerte, fuí al auto, para traer un sueter, y fué cuando nos vimos, su mirada era de asombro, talvéz porque nunca empezó encontrarme en ese lugar, ya eran más de doce años de no vernos, estaba nerviosa, iba acompañada por una hermana de mi amigo, después supe que estaba casada precisamente con un hermano del amigo, fué un saludo corto de hola, y no más, al termino del funeral deslizó en mi mano una tarjeta de presentación, era la dirección donde tenía su oficina, ella trabajaba como decoradora de interiores. Fuí a tomar unos tragos, y empezé a recordar momentos de intimidad con Rosaura. La conocí cuando ella tenía 14 años, yo ya pasaba de los veinte, la iba a traer a su colegio, su carita preciosa, su cuerpo ya formadito, de pechos erguidos y culo parado, piernas delgadas pero torneadas. Eramos novios, desde los 14 de ella hasta cumplir los 17, las caricias eran fuertes, ella me masturbaba, y yo le lamía su concha, pero no se animaba a darme su virginidad, El día que cumplió sus 17 años, la llevé como siempre al apartamento donde pasabamos las tardes jugueteando con nuestros cuerpos,pero nunca se la había arrimado a su cuevita, esa tarde, desnudos los dos, le acerqué la pija a su raja y empezé
a pasarsela de arriba a abajo, la punta le entró, en su vagina y luego de un fuerte apretón se rompió su himen y la clavé al fondo, ella se zafó, se vistió y salió corriendo del apartamento y nunca más la volví a ver, la buscaba pero ella siempre me esquivaba. Para los nueve días de fallecido el padre del amigo, asistí a una misa con la intención de verla, pero ella no llegó, por lo que al día siguiente le llamé por teléfono, y me dijo que no había ido a la iglesia por no verme, pués el día del funeral cuando me vió, supo que aún me amaba, y que no podía olvidar que fuí su primer hombre.

Preparé un ardid para verla, por fax solicité una cotización para renovar la decoración de mi oficina, y por la misma vía me contestaron que irían el día siguiente a las cuatro de la tarde, para ver la oficina y poderme así dar un precio, a todo esto quién firmaba todo era una secretaria. Al día siguiente, se fueron todos a las tres de la tarde pués les indiqué que ese día irían a trabajar personas de la oficina de decoración. A las cuatro de la tarde se presentó Rosaura, un conserje la hizo pasar, y fué su sorpresa verme nuevamente, iba con un traje sastre, su falda gris abajo de la rodilla, mostrando unas pantorrillas de ensueño, su saco cruzado, del mismo color, mismo que se quitó, quedandose con una blusa de seda blanca, en la cual se marcaban sus senos hermosos y erguidos, al cerrar la puerta, la tomé de la cintura y le prendí un beso, no me lo respondió, y me pidió que hablaramos del negocio, al concluir, y ver los apuntes, quedamos muy cerca y esta vez fué ella quién me besó, besos llenos de pasión, de lujuria, nuestra ropa pieza por pieza fué quedando sobre la alfombra y paramos en le sofá en un delicioso 69, la penetré como loco en su hermosa vagina peluda, tibia y lisa, la bombié fuerte, ella me mordía el hombro, y acariciaba con sus dedos mi espalda, y gemía de placer, me susurraba al oído que siempre deseó tener mi verga en el fondo de su vagina, nos corrimos los dos como desesperados, y así vivimos por bastante tiempo un romance prohibido.