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Categoría: Confesiones

Queriendo conocerle más...

Fuimos novios cuando muy niños, teníamos 10 y 11 años, incluso mi primer beso llegó a ser con él, nunca hubo besos de lengua, solo piquitos inocentes... Pasados los años siempre me quedó la duda de cómo sería el cómo amante, que tal serían sus verdaderos besos, que tal serían sus caricias, como será su pene, como será su manera de hacer el amor... Hasta que un día, por cuestiones de la vida, tuve que volver al barrio de mis andanzas, donde crecí, donde aún vivía el, me atrevo a visitarle y resulta que me recibe muy gratamente, con mucho cariño y una gran sonrisa, siempre hubo un cariño especial entre nosotros, luego de saludarnos y hablar un poco de nuestras vidas, le digo:



Yo: ¿Sabes...? 



El: Dime....



Yo: siempre me quedó la curiosidad de saber que tal son tus besos...



El: Nos pasa lo mismo, estas hermosa, ganas de besarte no me faltan.



Nos ponemos de pie, él me toma por la cintura, yo coloco mis manos rodeando su cuello, nos quedamos mirándonos, parecíamos dos niños nerviosos, ante su primer beso...



Le digo...



Yo: ¿Tienes miedo? Yo no como.... Bueno, si como, pero como rico...



Él se sonríe con picardía, acercándose a mi boca y juntando nuestros labios, surge aquel maravilloso beso, besaba riquísimo, de esos besos que no quedan allí, de esos besos que te llevan a mas, que hacen que todo se humedezca y se endurezca, que rico beso.... 



Se detiene, me mira y le digo...



Yo: Que rico besas, imagino así harás lo demás.



El: (sonriendo) Bueno, vamos para que lo descubras...



Vuelve a besarme, esta vez con más pasión, tocando mis caderas, bajando sus manos hacia mis nalgas, apretándolas y agarrándolas disfrutando, yo comienzo a tocarle el pecho, meto mis manos debajo de su camiseta, sintiendo su piel, su abdomen, acaricio un poco su espalda, me encantaba todo lo que sentía.



El comenzó a besar mi cuello, diciéndome suavemente al oído "Estás rica"... su rostro se dirigió a mi escote, besando un poco mis senos...



Ya los dos nos encontrábamos muy excitados, yo comencé a abrir su pantalón, el me quitó la blusa, se quedó mirando con gusto mis senos y siguió besándolos, le quité la camiseta, ya su pantalón estaba abierto y meto mi mano debajo de su ropa interior, sintiendo aquella maravillosa y caliente erección, deseosa de sentir, tocar y penetrar, el me quita el sostén y comienza a chupar mis senos, yo estaba muy excitada, le digo "Que rico pene tienes".... "Quiero tenerlo en mi boca" Eso lo hace excitarse más, me baja el pantalón, me deja ya sin ropa, me recuesta al sofá, abre mis piernas y dirige su boca hacia mi vagina, lamiendo ricamente mi clítoris, succionando toda la humedad que mi cuerpo había creado por lo que estaba sintiendo con él, chupaba riquísimo, estaba disfrutando totalmente lo que él me hacía, lo miro y le digo "Es mi turno"... Me agacho, acaricio su pene de arriba a abajo con mis manos, sintiéndolo todo, me lo llevo a la boca, estaba muy erecto y caliente, comienzo a chuparlo, lamiéndolo, introduciéndolo en mi boca, chupando de arriba a abajo, él me toma del cabello y me dirige los movimientos a su gusto, placer era lo que sobraba en el momento. Me levanto y le digo "cogeme, hazme tuya, haz lo que quieras"...



Su mirada ya era otra, una mirada de un macho muy excitado. Agarrándome la cara me vuelve a besar, baja rápido con desespero vuelve a chuparme lo senos, me da la vuelta, me recuesta al mueble poniéndome casi en cuatro y comienza a penetrarme.



Que rico mi amor, sigue, sigue, no pares... le decía.



Me encantas... Me dijo.... que rico conocernos en estos aspectos...



Mientras me seguía clavando su rico pene, dándome duro, demostrando lo que sentía, agarrándome los senos, mordiéndome suavemente la espalda. Pasados los minutos le digo "Quiero sentarme sobre ti"...



Él se sienta y enseguida voy yo encima de él...



Ayy que rico, me encantas, me encanta tu pene, que rico se siente. Y sigo moviéndome de arriba a abajo, mis caderas se movían al compás de mi necesidad de sentirlo, el teniéndome de frente sigue chupándome los senos, rico, con mordisquitos, me besa, con su lengua recorriendo toda mi boca, besa y muerde mi cuello.



Mientras yo me sigo moviendo encima de él, inclinándome un poco hacia atrás para sentirlo todo dentro de mí, que me doliera rico, me encanta, le dije. Muévete duro, dame duro.... El me agarra de las nalgas, apretándolas rico para moverme a su antojo, ya los dos estábamos por venirnos, yo tenía cara de perra excitada, me sentía muy bien con él, total.... lo conocía de toda la vida. 



Sigo moviéndome de arriba a abajo, lo beso, dame más duro, muévete rico.... 



Ayy que rico amor, lo haces rico, me encantas.... Me voy a venir le dije....   a los segundos llegó mi orgasmo, muy rico y fuerte, el, al sentir mis gemidos y las palpitaciones de mi vagina en su pene pues también se vino, todos sudorosos y excitados nos miramos y nos volvemos a besar, aún con las respiraciones aceleradas, que rico besas, que rico coges, que rica estás, me dijo.



Que rico haberte conocido en este aspecto, le dije.



Me levanté, nos vestimos, nos volvimos a besar, hablamos otro rato, compartimos números de teléfono y me fui, despidiéndose con un rico abrazo y otro beso...


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