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Categoría: Incestos

Que Tía

Llegué a casa pasadas las cinco de la tarde, estaba sólo ya que mi madre había viajado con una señora y su hija que por cierto era ahijada de Mamá, se iban por diez días a los EEUU como regalo de quince años, ya que por muerte reciente del padre de la chica no pudieron hacerle su fiesta.

Fuí directamente a mi habitación y estaba viendo la televisión,cuando oí chapoteos en la piscina, corrí la cortina para ver hacia la piscina y me dí cuenta de que mi tía Carolina,hermana gemela de mamá, había llegado a casa. Estuve observandola varios ,minutos desde la ventana estaba más hermosa que nunca a sus 53 años aún era una mujer sensual, y de un cuerpo precioso, salió de la piscina para tirarse al piso sobre una toalla, tenía puesto un bikini rojo, que contrastaba con su piel blanca, sus piernas firmes y torneadas dobladas y abiertas, su entrepierna estaba frente a mis ojos, estuve contemplandola por largo rato, deleitandome y evoqué el par de veces que cogimos en la casa de la finca. Ya tenía casi un año de no verla, y las preguntas que me hacía era: Si sabe que mi madre no está en el país, porqué está en casa? será por un asunto importante que tiene que solventar? si la última vez que estuvimos juntos dijo que sería la última y no hablar más de ello,entonces porqué vino?, porqué a ésta hora está en la piscina si hace frío, y además tuvo que haber oído cuando entré, porque casualmente una ráfaga de viento cerró la puerta al entrar y fué un portazo tremendo que retumbó en toda la casa, luego pensé que ella sabía de la atracción que ejercía sobre mí, su cuerpo hermoso, y era una forma de mostrarme sus encantos. Bajé hasta la piscina, ella al sentir mi presencia abrió los ojos, y me sonrió dulcemente, y me dice porqué tardaste tanto en venir? luego agregó por favor alcánzame el albornoz, que ya hace frío y vamos a tu habitación que necesito de tu calor, y no preguntes más y olvida lo que dije de ya no más sexo contigo , lo único que sé es que no he dejado de pensar en tí y en la felicidad y placer que me dás, me haces vibrar y siento algo especial que ni mi marido me dió, y después de tantos años de viudéz despertaste en mí este deseo tan fuerte, y no puedo sacar de mi mente ese pene tan especial, grandote y grueso que me lleva al paraíso.

Mientra subíamos las gradas, ella adelante de mí, observada sus nalgas paraditas y duras, su cintura fina, que bién cuidada estaba la tía y quién lo iba a decir, o pensar que a la larga se había cuidado para mi deleite. Al entrar a mi habitación directamente se fué a la ducha, momentos después estaba junto a ella jugueteando con el jabón en nuestros cuerpos, ella deslizaba su mano en lo largo de mi pene y con la otra mano enjabonaba mi espalda, en tanto yo jugueteaba con su vsgina y sus hermosas tetas. mientras nos fundíamos en un beso largo y lujurioso, nos fuimos a la cama y sin secarnos el agua nos tiramos sobre ella en un super delicioso 69. Muy suavemente me chupaba el glande y jugaba con su lengua, se metía un poco más y me chupaba deliciosamente, succionandome suavememnte, el placer era inmenso su boca tibia mamaba con uns exquisitéz indescriptible, al mismo tiempo que sus uñas suavemente se deslizaban en mis testículos y parte del tronco, yo hacía mi parte con lenguazos enérgicos recorría desde su ano hasta su hermoso clítoris, que pulsaba cada vez que lo chupeteaba, ella gemía de placer, y sentía como sus nalgas se contraían y endurecían a cada chupetazo, de su vagina salían abundantes líquidos entre aciditos y salados que yo tragaba con vehemencia, ella estaba ya a punto, se sentó sobre mi rostro y se empujó hacia mi boca, casi no podía respirar, le levante las nalgas, subí ni cabeza y aprisioné con mis labios su clítoris, y empezé a chuparselo fuerte lo tenía todo dentro de mi boca, y al mismo tiempo mi lengua encartuchadita y la punta dura hicieron mella en ella y empezó a jadear fuertemente, apreto sus muslos a mi rostro, se tiró hacia adelante metiensoae la verga en la boca y empezó a morderme suavemente y a mamerme rápido ella empezó a convulsionar, y decirme cosoas ricas empezó a venirse, yo subí las caderas para entrar más en su boca, y exploté dentro de ella, nos corrinmos juntos, gimiendo los dos, así nos quedamos un rato, ella se acostó a mi lado y nos besanos dulcemente, y me decía que esa semana Ella recuperaría el placer y pasión perdida durante el año que no me tuvo. Me ofreció sus pechos hermosos y duros, caray cuanta jovencita no la envidiaría si viera y tocara esos pechos blancos hermosos firmes, su aureala color rosado pálido y su pezón rojo, apuntando hacia el frente, busqué su cuello terso y suave que al contacto de lengua y labios se erizó la piel, mordisquié sus orejas, besé su rostro hermoso, y su boca tibia y roja, mis ojos azules se perdieron el los de ella también azules, y de nuevo otro beso y otro y muchos más, chupé de nuevo sus pechos, y bajé hasta su vientre plano y bajé a su almeja cubierta de bellos castaños, finitos y suaves, con mis dedos abrí su raja, y enpezé a laner sus labios rosaditos y su clítoris rojito y erecto, metí la lengua en su hoyito lleno de liqúidos aciditos, le dí vuelta quedando boca abajo, recorrí desde la parte posterior de su cuello y besé centimetro a centimetro su espalda lisa y suave, besé sus caderas anchitas, lamí los hoyitos que se le hacían arribita de la nalgas, y luego mordiscos a estas, las cosquillas la hacían contraer sus nusculos poniendo sus pompas mas duritas, le lamí el ano, metí mi mano por bajo para acariciar su vulva estaba super empapada, la tomé por la cintura y la subí hasta dejarla en cuatro, como perrito, acerqué el glande a su vagina, ella misma lo dirijió hasta su cuca, la frotó a lo largo de su ranura humedeciendolo y lo puso en la entrada empujandose hacia mi, la cabeza entró, la sacó y volvió a poner, ella se empujo hacia mí y yo hacia ella, la pija se fué deslizando en su concha super mojada y estrechita, se fué a la mitad, la saqué y la volví a penetrar esta vez hasta el fondo, soltó un gemido de placer, y suavemente entraba y salía, mientras que mis manos estaban sujetando sus pechos, que estaban balanceandose en cada embestida, era un placer inmenso sentir el roze de mi verga en sus paredes vaginalaes ya calientes, era fantasico volver a entrar del todo así estuvimos varios minutos gozando al maximo, ella me pidió cambiar de posición se sentó sobre mi a cabalgar, le daba duro, entraba y salía de golpe, yo sentía a veces dolorcito cuando se sentaba de golpe, sentía como que si me iba a rasgar el pellejito, cerró los ojos apretó sus labios y empezó a cabalgar fuertemente, yo subí la pelvis y ella empezó a decirme que se venía, y pujó fuerte se la metió todita, sentí las contracciones de su vagina, estaba sudando, su frente perlada, su espalda lisa del sudor al igual que sus muslos, la coloqué boca arriba, la clavé al fondo ella subió sus piernas a mi cintura, la bombié con energía busqué su boca y en un beso apasionado me derrané en le fondo de su vagina, ella solo ne decía que era fabuloso sentir cada chorro de leche inundandola, palabra QUE TÍA.
Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 5.63
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
lobo_calientee27
lobo_calientee27 15-02-2014 03:14:33

waauuu que buen relato excelente

Veneno
invitado-Veneno 20-03-2011 00:00:00

Estoy de acuerdo muchos tenemos tias sensuales y suculentas pero somos pocos los que hemos podido satisfacer el deseo inexplicable de hacerles el amor con ansia y placer

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