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Categoría: Masturbación

¿ Qué pasó mi niña ?

¡Jaaameees!¡Ups...! ¿qué pasó? - no viniste anoche. ¿Te dió "chusto"? - ¡Todos son iguales!.... ¡son puras promesas y en eso se quedan!…..

Cómo te equivocas « mon Ange » escucha, a las 22:30 hrs. me dí una ducha de 15 minutos, luego puse dos o tres gotitas de agua de colonia bajo mi bata y serenamente me dirigí a mi dormitorio.

Sentí un poco de frío al entrar o tal vez fue la emoción de esperar tu llegada.

Así fue que en medio de esa febrilidad, agregué unos maderos a la chimenea, preparé unos traguitos y me senté encima de la cama a esperar.

Por la ventana percibí el desasosiego vegetal, el viento mecia las doradas hojas donde la luna proyectaba su hilo de plata.

Bajo la tenue luz, comencé a adivinar tu sensual presencia.

Llegaste sin hacer ruido, te volviste a la puerta y le echaste llave, dejaste deslizar sensualmente el nudo que te envolvía en sedas.

Me quedé quieto, no fuera a despertarte o a despertarme.

Me miraste serenamente, con una risa lujuriosa. No te asusté, por el conrario percibí en tus ojos ese brillo que provoca la ansiedad y vi abrirse tus labios en una sonrisa que me hizo vibrar dulcemente.

Me puse de pie. Acercaste tus manos a mis hombros yo puse mis manos en tu nuca y te atraje dulcemente entreabiendo mis labios a medida que los tuyos esperaban que mi ansiedad y tu ansiedad expresaran sin palabras todo lo que habíamos guardado aquí dentro.

Mis manos resbalaron dulcemente por tu cuerpo y sentí que te estremecías mientras recorría la sinuosidad de tu piel.

Era demasiada mi imprudencia, tus manos se habían paralogizado y quedado mudas en mis hombros.

La noche siguió su curso nupcial.

Cuando todo pareció llegar al final de un ogasmo infinito, no sentí reproche, sin embargo, tampoco sentí tu respiración.

Te pregunté, ¿tienes miedo? y no me contestaste.

Aparté mis manos resignado, volviste a anudar tus sedas mientras llorabas.

Sin abrir la puerta fuiste desapareciendo, con el mismo destello y el silencio como sentí que invadías mi cuarto.

Miré la hora, eran cerca de las cinco de la madrugada.

Mis ojos buscaron la ventana con la esperanza de verte partir en un vuelo de pájaros o en un cesto de magnolias.

No vi nada, no vi nadie.

Mis manos jugaban con mi sexo ya complacido y fatigado.

Busqué tu olor por mis sábanas, quise dibujarte en la puerta.

Está mañana me desperté tranquilo, una sonrisa en los labios y escuchando tu voz. - No te voy querer mon Chèr James -

Entonces no supe si había realizado mi sueño o si mi sueño finalmente se había convertido en realidad.





Fin
Datos del Relato
  • Categoría: Masturbación
  • Media: 6.26
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
Juan Andueza G.
invitado-Juan Andueza G. 17-06-2003 00:00:00

Todavía no se aprecia originalidad, aunque ya bastante mayor manejo idiomático. ¿ Seguimos ?

Andrea May
invitado-Andrea May 16-06-2003 00:00:00

Monsieur James que no te va a querer.....todos tenemos el no por delante, la cosa pasa por luchar y conseguir el si....acaso no es asi???

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