Yessenia sabe y disfruta cuándo se pone livinoso y erótico el amante.

Encontrandolo varias ocasiones sin que lo vea ni se entere el mismo, al olerle y frotarse con toda la cara la falda azul oscura de su uniforme de trabajo, imaginandose que la lleva puesta vivamente Yessenia.

También al fisgonear en el gabetero tocando y oliendo sus pantis limpios igualmente se lo frota en toda la cara del amante esplendorosamente a su despensa y a su costa.

Ya cae en cuenta propiamente que cuando la abraza y se le pega en cualquier parte y a cualquier hora se siente con una expresión corporal de mucha alegría y felicidad hasta de dominio completamente de Yessenia en carne propia.