En cierta ocasión fuí invitado a una reunión, a una escuela de magisterio rural, en una población cercana, para llegar al lugar se dejaba la carretera asfaltada, y se tomaba un camino de terracería de aproximadamente cuatro kilometros. Antes de llegar a la escuela, alcanzé a tres chicas que estudiaban en el lugar, y que habían caminado el trayecto, por lo que me ofrecí llevarlas. Dos de ellas me dijeron que esperara un poquito, que iban a orinar porque ya no aguantaban, la que mas ganas tenía no le importó mi presencia, y enfrente a mí se bajó las bragas soltando el chorro de orines, y fué imitada por la otra, las veía orinar, sus vaginas escurriendo orines por sus vellos, ese espectáculo me excitó mucho, mi bulto empezó a crecer, la otra chica solo se sonreía de verme excitado se bajó las bragas y se puso a orinar frente a mí. Oscilaban entre los 16 y 17 años de edad, una de ellas muy apenada me dijo: Disculpe pero ya no aguantábamos, la chica que orinó de último me dijo que como ya les había visto sus vaginas, era justo que yo les enseñara mi pene, me bajé los blue jeans, y salto mi verga completamente parada, grande y gruesa, la más chica sólo se llevó la mano a su boca, y las otras dos los ojos como platos. Estaban nerviosas y en parte excitadas, la más despierta de ellas se acercó y la tomó con una mano y empezó a masturbarme suavemente, luego les dijo a las dos que lo hicieran, y la imitaron, una de ellas dijo que su novio la ponía a chuparle el pito, y que le gustaba hacerlo, y animó a las otras a hacerlo, y así torpemente empezaron a mamarme la pija, estaban super calientes, me recosté sobre el asiento del carro, y le pide a una de ellas que se sentara sobre mi rostro, y empezé a lamerle la almejita, aún con rastros de orines, localizé su clitoris, y empezé a chuparselo, las otras se turnaban mi verga, la chiquilla que estaba sobre mi empezó a arquearse y a gemir, se había corrido,luego subió otra, y empezé a lamer su almeja, ésta chica tenía un explendido clítoris, grande y grueso, se lo podía muy bién prensar con los labios, mientras mi lengua jugaba con el, ésta chica se vino mucho más rápido que la anterior, porque sentía más la sensación, cuando esta chica se vino, me corrí en las bocas de las compañeritas, la mayorcita, se sentó sobre mi, y empezé a lamer su coñito, las otras dos se acercaron para ver como mi lengua jugaba con su vagina, me moría por penetrarlas pero eran virgenes, cuando la última chica se corrió, yo ya tenía nuevamente la pija a todo, así acostado empezaron a frotar sus vaginas con la cabeza del pene, luego volvieron a la carga chupando y mamando, hasta que me terminaron de ordeñar, fué super. Quedamos que otro día las invitaría a comer y seguir la fiesta, una de ellas me llamaría por teléfono y escogerían el día. continuará